Los frutos de la tierra como mejor regalo
Fieles a su estirpe guajira, los integrantes de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP), de Camagüey, se aprestan a celebrar el aniversario 55 de la organización con lo mejor que saben hacer: sacándole mayores frutos a la tierra e incrementando el aporte de alimentos al pueblo.
Así lo ratifica Aida Díaz Figueredo, presidenta de la ANAP a esa instancia, quien precisa que si bien todas las producciones contratadas (incluida la entrega de leche a la industria) se cumplen al cierre del primer cuatrimestre del año, los volúmenes distan bastante aún de la demanda real del territorio.
“El sector cooperativo-campesino, sostiene, resulta decisivo en el empeño camagüeyano por responder al reclamo de las máximas autoridades del país de multiplicar los niveles productivos, crecer en el acopio, elevar la calidad de las cosechas y contribuir a reducir los precios de venta a la población”.
Los más de 27 000 asociados a la organización campesina, buena parte de los cuales son usufructuarios de tierra, aportan alrededor del 80 % de la producción agropecuaria local, con mayor peso en la ganadería vacuna (leche y carne), la cría porcina, la apicultura y el cultivo de viandas y hortalizas.
De ahí la participación de las 258 cooperativas en el programa de recuperación integral de los principales polos productivos de la provincia, que gracias a la cooperación interinstitucional abre nuevas capacidades de siembra y pastoreo en zonas hasta ahora insuficientemente explotadas o cubiertas de marabú y malezas.
“En ese empeño, explica Aida Díaz Figueredo, las juntas directivas están llamadas a desempeñar un papel mucho más activo en cuanto a exigencia, control y vínculo con los productores, que facilite el intercambio, la capacitación y el asesoramiento para elevar los indicadores de eficiencia y los rendimientos agrícolas”.
La presidenta de la ANAP en Camagüey refiere que, a partir de las medidas para estimular las producciones, llámense precios de compra o aseguramiento tecnológico, hoy se respira un ambiente favorable de trabajo entre el campesinado, aunque existen potencialidades para que la entrega sea superior.
“Lo importante, asegura, es poner a producir, y bien, las más de 400 000 hectáreas de tierra de que dispone el sector cooperativo-campesino en el territorio y ejercer un mejor control sobre lo que se acopie, única manera de abastecer de manera estable los mercados y placitas de nuestras ciudades y poblados”.
(Con información de Granma)
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