Un G7 de seis contra uno
El G7 concluyó su cónclave de Taormina (Sicilia) sin evitar lo inevitable. La reunión de los países más ricos del mundo comenzó con vocación de unidad, pero acabó evidenciando la gran brecha que separa al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, del resto de sus socios. El eje de la discordia fue la lucha contra el cambio climático. La canciller alemana, Angela Merkel, lo expuso sin disimulos: “Vivimos una situación de seis contra uno“.
Taormina fue la Cumbre de un solo hombre. Todos pendientes del magnate neoyorquino y de su volubilidad. Los aliados lograron, poco a poco, vencer sus reticencias en cuanto a Rusia y el liberalismo económico, pero no pudieron convencerle en una cuestión clave: la lucha contra el cambio climático. Estados Unidos no suscribió la postura del resto de líderes (los jefes de Estado y de Gobierno de Canadá, Japón, Italia, Alemania, Francia y Reino Unido, además de los presidentes del Consejo y la Comisión europeos), que mostraron su compromiso total con los Acuerdos de París de 2015 sobre la reducción de emisión de gases de efecto invernadero.
Con Trump enrocado, los ‘seis’ maquillaron el desacuerdo dando “más tiempo” al estadounidense para establecer una postura. La declaración final así lo recoge: “EEUU está en proceso de revisar sus políticas sobre cambio climático y sobre los Acuerdos de París y por eso no está en posición de unirse al consenso en este tema“. Por primera vez en la historia del G7, sus miembros no muestran consenso en este asunto.
El resultado fue algo frustrante y la única que no trató de disimularlo fue Merkel. “El debate sobre el clima ha sido muy difícil y muy insatisfactorio”, dijo a los periodistas de su país antes de partir a Berlín. Para la canciller, la indefinición de Trump significa que “por el momento, no hay ninguna señal de que EEUU vaya a permanecer en el Acuerdo de París”.
El primer ministro italiano, Paolo Gentiloni, anfitrión de la Cumbre, también se mostraba como Merkel frustrado por la falta de acuerdo. “Espero que esa fase de revisión concluya pronto y bien. Pronto porque la incertidumbre es grave y bien porque el Acuerdo de París necesita de la contribución de EEUU”, manifestó en su rueda de prensa de conclusión del evento.
Un “cuento chino” para Trump
Gentiloni no había podido leer lo que Trump había tuiteado minutos antes, con su habitual verborrea virtual: “¡Tomaré mi decisión definitiva sobre el Acuerdo de París la semana que viene!”. Horas antes, su asesor económico, Gary Cohn, había señalado que el magnate había acudido a Taormina “a aprender”. “Ha venido aquí a ser más inteligente. Sus puntos de vista están evolucionando”, añadió.
No era nada que no supiera el G6, como algunos analistas llaman al grupo tras la disensión de EEUU. El presidente republicano ha declarado en varias ocasiones su intención de salirse del marco de París e incluso dijo que el calentamiento global del planeta era “un cuento chino”. Más allá, este marzo firmó un decreto rebajando las normativas para la lucha contra el cambio climático.
Trump marca su ritmo
El presidente francés, Emmanuel Macron, terció a favor de Trump. “Ha habido progresos”, dijo señalando que antes del G7 se daba por seguro que Washington abandonaría el Acuerdo de París. “Es un hombre pragmático; estoy seguro de que ratificará el acuerdo”, reiteró. “Trump escucha y tiene voluntad de trabajo”, añadió en un tono diplomático. Pero el que se mostró más optimista fue el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, que llegó a calificar la cumbre de “éxito” antes de anunciar que la próxima reunión del G7 -bajo presidencia canadiense- tendrá lugar el año que viene en Charlevoix (Quebec).
La reacción de las ONG no se hizo esperar. “Europa, Canadá y Japón se han levantado hoy, revelando lo lejos que está Trump del resto del mundo en cuanto a [políticas contra el] cambio climático”, incidió Jennifer Morgan, directora ejecutiva de Greenpeace. “El presidente Trump debe volver a Washington y tomar la decisión correcta, tomarse en serio el cambio climático y actuar con el resto del mundo”, concluyó.
En Taormina, Trump marcó desde el principio su propio ritmo. Primero, con los gestos, llegando tarde a la ceremonia de recepción que reunía a los líderes en una foto de familia en el escenario del imponente anfiteatro griego y no uniéndose a ellos durante el breve paseo que les llevó hasta un mirador para contemplar el Etna. Luego, con los contenidos, pues el G6 tuvo que trabajar duro con el fin de vencer las reservas de Trump para suscribir la “lucha contra el proteccionismo” que se reflejaría en el texto final y para convencerle finalmente de que es necesario actuar con firmeza con Rusia.
Su lado más macarra
Así, en la declaración final del G7 se aboga por “mantener abiertos los mercados”, pero se concede, en un guiño a Trump, mantenerse firme “contra todas las prácticas comerciales injustas”. Sobre Rusia, Taormina amenaza con nuevas sanciones a Moscú si no cumple los Acuerdos de Minsk para llevar la paz al este de Ucrania, una cesión que no se veía clara el viernes, en la inauguración de la Cumbre, con el presidente estadounidense asediado en su país por los vínculos de su entorno con el Kremlin.
Si en su gira por Oriente Próximo el republicano mostró su faceta de ‘hombre de Estado’, nada más pisar suelo europeo cambió de tono y mostró su lado más macarra, humillando a la OTAN, empujando al primer ministro de Montenegro -recién estrenada su membresía en la Alianza- en la foto de familia y revelándose como un difícil negociador en Taormina.
En un discurso ante los soldados estadounidenses destacados en la base siciliana de Sigonella, que sirvió para hacer un balance de nueve días de gira, remarcó sus posturas ante el G7 y se adjudicó como un logro el acuerdo sobre comercio global. “Tuvimos un gran número de desacuerdos, pero he expuesto mi visión en materia de comercio sobre empleos bien pagados”, afirmó. “Hemos hecho grandes progresos para promover la seguridad y la prosperidad de EEUU, de nuestros amigos y aliados”, resumió sobre su viaje
Pero antes de despegar rumbo a Washington en el Air Force One, Trump elogió en particular el acuerdo sobre lucha contra el terrorismo suscrito el viernes, durante la primera jornada del G7. “El terrorismo es una malvada amenaza. Ganaremos. Traeremos la paz a través de la fuerza”, declaró.
(Tomado de El Mundo)
Haga un comentario.