El financiamiento del estado, aliado imprescindible de la recuperación
El próximo 4 de octubre se cumple un año del paso del huracán Matthew por esta provincia. El poderoso meteoro tocó tierra sobre las seis de la tarde por la comunidad maisiense de Punta Caleta y salió alrededor de la medianoche por el cercano punto de la bahía de Mata, en Baracoa.
En su terrorífica estancia de unas seis horas en tierra, batiendo con categoría cuatro, el ciclón prácticamente molió a los municipios de Maisí y Baracoa, y afectó también, de manera considerable, a Imías, San Antonio del Sur y Yateras.
La cólera de Matthew afectó 42 338 viviendas (de ellas destruyó totalmente 8 413) y 2 189 instalaciones estatales de los cuales se han recuperado el 99 %. También causó severos estragos en las redes eléctricas y de comunicaciones, y en la agricultura, principal sector económico del territorio.
El fenómeno hidrometeorológico golpeó a los cuatro renglones agrícolas que más tipifican a Guantánamo: coco, cacao, café y forestal, al igual que a los cultivos varios, liderados por el plátano. Baste decir que en Baracoa, la meca del cocotero en el país, casi la totalidad de las 6 408 hectáreas de este cultivo fueron dañadas, y que más del 90 % de las plantaciones cayeron derribadas por la fuerza de los vientos, sin posibilidades de recuperación.
Según informes de la Oficina de Estadísticas en el territorio, los perjuicios causados a la provincia totalizaron 1 774, 5 millones de pesos, de los cuales 379,2 corresponden a la Agricultura; 283,6 millones a la reposición de viviendas; 59,8 millones a bienes y servicios dejados de efectuar; 51,2 millones a instalaciones; 17,6 a gastos por medidas preventivas, y 983,1 millones a otras pérdidas.
RECUPERACIÓN
Hasta el 15 de septiembre último se habían recuperado 33 139 viviendas, cantidad que representa el 98 % de las que sufrieron derrumbe parcial, o sus techos fueron destruidos en parte o en su totalidad.
De acuerdo con el más reciente informe del Consejo de Administración Provincial (CAP), restan por restablecerse, en esas tres categorías, algo más de 600 moradas. Mientras, que de las 8 413 derrumbadas totalmente, se han restablecido alrededor de 1 000, de ellas 830 mediante los llamados módulos de solución definitiva, entregados por el Estado, principalmente, a aquellas familias que habitan en sitios montañosos lejanos y de difícil acceso.
Para hacer su nueva casa, esos damnificados reciben 18 tejas de zinc con su caballete, 20 bolsas de cemento, un fregadero, puntillas y cables para los que se ubican en zonas electrificadas; mientras que la madera, proveniente sobre todo de la palma y otros árboles derribados por el meteoro, corresponde buscarla a los beneficiados.
El avance en la recuperación de las viviendas afectadas con derrumbe total, marcha mucho más lento que en las restantes categorías, en correspondencia con el mayor daño y la cantidad superior de recursos que demandan para resarcirse.
Las 6 413 casas restantes que ostentan ese nivel de afectación tendrán respuesta mediante el plan de edificación estatal y la construcción por esfuerzo propio, informó Carlos Martínez Turro, vicepresidente del CAP.
Para esas familias se construyen las primeras 72 petrocasas en Limones, Maisí, y edificios multifamiliares en diversos lugares de ese municipio y Baracoa, distinguiendo Paso de Cuba (Baracoa), donde cuatro inmuebles ese tipo están en terminación, dos en estructura y similar cantidad en cimentación.
Ardua ha sido también la recuperación en el sector agrícola, pero al igual que en las viviendas, el avance es incuestionable. Con el auxilio de varias provincias del país, en pocos meses quedó restablecido un alto por ciento de las áreas dañadas de café, cacao, forestal, cultivos varios y coco.
De este último renglón, el más perjudicado, en lo que va de año se han sembrado 1 706 hectáreas, de las 4 279 previstas en el programa de plantaciones hasta el 2019, aseguró a Granma Alexis Toirac Perera, director de la empresa agroforestal y coco Baracoa.
Significamos que por el daño provocado al cacao, café y coco, esos renglones estarán varios años sin restablecer su potencial productivo alcanzado hasta el momento del paso del huracán, lo que generará cosechas inferiores y consiguientemente un alto costo en su recuperación. En los casos del coco y el café dicho periodo pudiera extenderse incluso de cinco a seis años, o tal vez un poco más, opina este reportero.
RESPALDO FINANCIERO ESTATAL
El Estado cubano ha respaldado plenamente, con un alto monto financiero, el resarcimiento de los daños de Matthew a Guantánamo. Ello está corroborado con la entrega de los recursos monetarios y materiales para el restablecimiento de las viviendas, la agricultura, instituciones estatales, redes eléctricas y de comunicaciones, así como los viales.
En este último sector las erogaciones han sido, más que millonarias, históricas. Baste significar que solo en el vial Yumurí-Jobo Claro (conocido también como desvío Boruga, por la torcida y empinada cuesta que evade) se han invertido alrededor de 38 millones de pesos; mientras que en el tramo Neblina-Cayo Güin el monto rebasa los 20 millones, y en ambos continúan los trabajos, iniciados en octubre del pasado año, apenas unos días después del azote del destructivo ciclón.
Algo más de 18 millones y medio de pesos fueron aprobados este año para la ejecución de la carretera Moa-Baracoa, tarea que incluye la construcción por trabajadores y especialistas venezolanos del nuevo y fastuoso puente sobre el río Toa.
De acuerdo con la Ley del Presupuesto del Estado y otros mecanismos financieros existentes, ante la ocurrencia de un huracán u otro desastre natural, varias son las vías que posibilitan afrontar los gastos de la fase recuperativa de un territorio, o de varios.
Entre ellas está la reserva que posee el presupuesto estatal para gastos corrientes y de capital, la cual está a disposición del Ministerio de Finanzas y Precios, y de los consejos de administración de las asambleas provinciales del Poder Popular, para sufragar gastos imprevistos, como fue el caso de Matthew.
Otra fuente de recursos, tal vez la principal, lo constituye la reserva para subsidios a personas naturales por acciones constructivas en sus viviendas, la que tiene por destino prioritario a las familias damnificadas.
Dicha reserva en el presupuesto central se planifica sobre la base del 8.5 % del importe recaudado por concepto de impuesto sobre las ventas de materiales de la construcción a precios liberados. De los ingresos que se captan por este tributo, el 51.5 % se destina a esos subsidios, en correspondencia con las decisiones de los gobiernos provinciales, mientras que el monto restante también financia gastos de los presupuestos locales, publicó recientemente el periódico Trabajadores.
De acuerdo con el semanario de la Central de Trabajadores de Cuba, en 2016 se asignaron 1 365 millones de pesos para subsidiar la adquisición de materiales de construcción, en beneficio de más de 28 500 familias cubanas, lo que avala el monto de tales fondos.
También el Presupuesto del Estado tiene la posibilidad de ejecutar otras acciones como las transferencias corrientes y directas a los presupuestos locales, e incluso las reasignaciones o redistribución de cifras aprobadas y consignadas para diferentes destinos, dentro del marco de los límites de gastos establecidos por la ley.
Otro mecanismo de financiamiento se tiene en los créditos bancarios, empréstitos a los cuales pueden concurrir las personas naturales y jurídicas para recuperar inmuebles y capacidades productivas.
En el caso de las producciones agrícolas perjudicadas resulta una garantía el aseguramiento de bienes que para ese sector ofrece la Empresa de Seguros Nacionales (Esen).
La intensa labor de recuperación de los estragos provocados por Matthew en este territorio, como se demuestra, ha tenido en esas fuentes de financiamiento un aliado imprescindible para restañar los daños en el menor tiempo posible y no dejar a ninguna persona desamparada.
(Tomado de Granma)
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