A pesar de caminar con dificultad, María del Carmen Ferrer Castañeda rinde homenaje cada año al héroe Foto: Juan Carlos Dorado

“Mi abuela fue novia de Camilo Cienfuegos”, contaba muchas veces el Raúl Ernesto en el círculo infantil y luego en su escuela primaria. En realidad, la afirmación del pequeño era la historia escuchada en casa desde que tuvo nociones de esta fecha, que no era sino otra de las muchas bromas del Señor de la Vanguardia a su compañero de trabajo en Ciudad Libertad, casado con María del Carmen Ferrer Castañeda (la abuela), para entonces de 17 años.

“Él solía coger mi foto del buró de mi esposo y la ponía en el suyo, así a todo el que llegaba le enseñaba mi imagen y me presentaba como su novia”, confiesa la propia María del Carmen (Carmucha), mientras como todos los años camina, flores en mano, junto al niño hacia el Malecón de Cienfuegos donde cada 28 de octubre es recordado el Héroe de Yaguajay.

A pesar de los pocos meses que María del Carmen y su esposo compartieron de la compañía de Camilo allá en las oficinas del Comandante Rebelde en Ciudad Libertad, ella no ha dejado ni un solo año de enviarle sus flores a través del mar.

Al igual que esta anciana que ahora desanda el tramo hasta ayudada de su bastón, el pueblo cienfueguero, y de manera muy especial los niños desde los primeros grados de la primaria y los jóvenes de otras enseñanzas, llegan hasta el Malecón para rendirle tributo al de la barba y sombrero alón en cada aniversario de su desaparición física.

(Tomado de Cinco de Septiembre)