Central termoeléctrica Antonio Guiteras: Los rostros de la proeza
En dos semanas estará de vuelta. Esa es la meta, dijo el 10 de septiembre Rubén Campos Olmos, y un intercambio de miradas, como fuego cruzado, puso en dudas el vaticinio del director de la central termoeléctrica (CTE) Antonio Guiteras.
Aquel domingo, horas después de la marcha de Irma, un pronóstico así parecía más cosa de optimismo desbordado que predicción lógica. “Eso es puro cuento”, asentimos algunos colegas, mientras cámaras y móviles querían llevarse una imagen buena de algo tan malo.
Generaremos en 15 días, repitió el director a la presidenta y vicepresidenta del Consejo de Defensa Provincial, mientras los ojos de ellas, Teresa Rojas y de Tania León, no daban crédito a la destrucción observada en exteriores de la planta. Así y todo, el hombre insistía: “En dos semanas…”.
El 27 de septiembre, a las 2:28 p.m., el bloque quedó sincronizado al sistema electroenergético nacional (SEN). En términos matemáticos, Campos fracasó, se pasó en dos días, dirían exigentes. Y, como si no bastara, al día siguiente, sobre las 10 y tanto de la mañana, “un fallo en un elemento electrónico vinculado al funcionamiento del generador” la sacó de servicio, y eso averió la caldera, informó Campos.
Lo que vino después fueron tres días con sus noches y madrugadas, hasta que la CTE volvió a echar los humos que marcaron su retorno al SEN, en un tiempo récord en verdad, que nada tiene que ver con un error de cálculo matemático, y no es que lo diga yo.
Alfredo López Valdés, ministro de Energía y Minas, lo aseguró: “Solo el socialismo permite que un esfuerzo tan coordinado y tan grande se haga en tan poco tiempo. Una avería de tanta magnitud como esta hubiera durado meses, de no ser por el socialismo y porque la dirección lo ponga todo”.
López Valdés asoció también la pronta recuperación a la manera en la que se preservó la planta entre el 9 y 10 de septiembre, obreros lidereados por Campos, que pensaron primero en cuidar el bloque que sus vidas, y esa actitud marca un momento crucial en los plazos estimados del restablecimiento.
El propio director ha dicho que el turno dos, dirigido por Pablo Piedra, algunos trabajadores de las áreas eléctrica y automática, y de la Empresa de Mantenimiento a Centrales Eléctricas (Emce) impidieron “que la fuerte situación climatológica afectara la parte tecnológica, y sobre todo la turbina del generador, la caldera, y el resto del equipamiento”.
Luces de todas partes
Con luces de todas partes se alumbró la CTE Guiteras. La recuperación fue obra de muchos, de sus 436 empleados, de las 63 organizaciones de diversos sectores y la coordinación permanente del consejo de defensa provincial.
Las principales acciones estuvieron en la demolición de escombros y evacuación de la casa de agua de mar y la planta de hipoclorito de sodio, recuperación de las dos bombas de agua de mar y los filtros rotatorios, demolición y evacuación de los muros rompeolas.
Nadie olvida allí lo hecho por los 15 buzos de tres organizaciones, mucho menos la evacuación del canal de salida y el sifón, y de la materia prima generada, que contó con la participación de una brigada nacional, como tampoco lo sucedido en la parte de condensado.
“Nunca vi a tantas personas unidas en pos de un mismo propósito a pesar de ser de colectivos distintos”, reconoció Román Pérez Castañeda, especialista principal del grupo de diagnóstico. “Muy relevante ha sido el desempeño de la CTC en la provincia y del sindicato, un claro ejemplo de la capacidad que tienen para movilizar a los trabajadores”.
Fue precisamente la CTC la impulsora de un movimiento emulativo que premió en cada semana los mejores desempeños, iniciativa que abrió el camino para el acto que este 13 de octubre inició un programa de entrega de condecoraciones y estímulos por la recuperación, que abarcará a todo el país.
En la ceremonia de la CTE Guiteras se le puso rostros y nombres a una “avería convertida en victoria”. El miembro del Buró Político del Partido y secretario general de la CTC, Ulises Guilarte De Nacimiento, mostró satisfacción cuando colocó la bandera de Proeza Laboral en las manos de representantes de los cuatro colectivos que la recibieron: la Empresa de Construcción y Montaje en Matanzas, la Unión Nacional Eléctrica, la CTE Antonio Guiteras y la Empresa de Mantenimiento a Centrales Eléctricas (Emce).
Momento antes de entregar el estandarte afirmó que “como en otras ocasiones, ante el llamamiento del General de Ejército Raúl Castro Ruz a nuestro combativo pueblo, la movilización para la recuperación fue masiva y expresión de los profundos sentimientos humanistas y solidarios que nos distinguen como cubanos”.
Junto a los laureados con la medalla de Hazaña Laboral, también se congratuló con la Jesús Menéndez, concedida por el Consejo de Estado, al ingeniero Alcides Meana Báez, fundador de la CTE, entre otras condecoraciones y distinciones de la CTC, y los sindicatos de Energía y Minas, y la Cultura.
En el grupo de personas imprescindibles en el restablecimiento de la Guiteras muchos insisten en mencionar nombres que figuran en la memoria afectiva de un colectivo que los vio allí, día, tarde y noche, detrás de aquello y de lo otro. Diosdado, Idobaldo, Robertico y Osmar son algunos de ellos.
Por tanta gente, y por los hombres de Campos, los tiempos de retorno al SEN han sido una marca envidiable. Él siempre supo que se podía. “No perdimos tiempo en los diagnósticos. Siempre estuve claro de algo, había que cumplir. No quedaba otra que comenzar inmediatamente la recuperación. Los megaWatts de la Guiteras son decisivos para el país”.
(Tomado de Girón)
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