La fugaz agonía de la tesis
Por: Claudia Yilén Paz Joa, estudiante de Periodismo
Miro el correo electrónico una vez más, el chat de Facebook, de Twitter y de todo cuanto sitio social habito. Si tan solo respondiera… Repito en voz baja. Hace seis meses no imaginé que la Doctora en Ciencias de la Comunicación «X» y el Especialista en redes sociales virtuales «Y» fueran a quitarme el sueño. Hace cuatro años, esto de hacer una tesis parecía tan lejano…
Alrededor del proceso de confección del trabajo de diploma existen mitos y leyendas, de los cuales ningún estudiante debe desprenderse.
«Sentirás que no te alcanza el tiempo; no dormirás el día antes de la entrega; correrás detrás de tutores y consultantes, serán días angustiosos…», aconsejan algunos con ciertas dosis de pesimismo. Otros llegan con frases de aliento: «eso nos pasa a todos; verás cómo en 15 minutos se acaba la agonía de tantos meses; todo se puede; después te animas y haces la maestría».
Y todo es en parte realidad. Largas horas de lectura, búsqueda de información, revisión y corrección son la cabeza de «esta muñeca». La gestión de entrevistas personales o vía correo electrónico y el sentir que el cronómetro comienza en reversa desde enero, parecen ser síntomas generales.
Lo son también el hecho de confeccionar una carpeta e ir versionando cada documento en dependencia del grado de corrección. Así, los documentos de un estudiante de quinto año que se encuentre inmerso en este proceso llevan el nombre «Tesis 1; Versión enero; Últimos apuntes; Tesis ahora sí» y toda una retahíla de título ingeniosos, plagados de humor o desesperación en último caso.
En otro orden de complejidad y no menos importantes se encuentran los recursos materiales tan citados por mi profesor de metodología de la investigación, aunque desde hace unos años las tesis se entregan en formato digital. Sin embargo, computadoras, grabadoras de audio, cámaras fotográficas o de video son necesarias para algunos estudiantes, al menos de la carrera de Periodismo, que decidan elaborar un producto para la producción, ya sea radial o televisivo. En ocasiones la ausencia de estos se presenta como una dificultad y complejiza el proceso de producción.
Así, poco a poco van apareciendo voces que se suman a tu causa y ofrecen ayuda incondicional. Es entonces cuando la página dedicada a los agradecimientos comienza a ponerse «gordita y bonita» y como autora, temes dejar fuera a alguien.
Pero no todo es tan oscuro. Aprender algo nuevo cada día es fascinante, y esta es una importante vía para hacerlo.
Nuestras universidades, medios de comunicación y nuestro país en general lo necesitan, la tesis es una herramienta eficaz que los directivos y los estudiantes deberían aprovechar para innovar y solucionar problemas existentes. Entonces, esta fugaz pero real agonía no será en vano.
Tomado de Granma
G.R.R.
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