Ante actos violento, gobierno nicaragüense insta a la paz
El llamado a la paz resuena en cada rincón de Nicaragua ante la violencia perpetrada por grupos vandálicos que pretenden retornar al pasado sangriento de esta nación centroamericana.
El pueblo y el gobierno piden continuamente el cese a la criminalidad, alentada -según denuncias- por manipulaciones políticas de la derecha contra nuevas reformas al seguro social.
La vicepresidenta Rosario Murillo aseveró que Nicaragua no quiere volver a manchar la bandera azul y blanco con sangre de hermanos.
Con el objetivo de sembrar el odio y la zozobra delincuentes cometen crímenes contra la familia, los jóvenes, la patria, que tanto costó unir, reconciliar y trascender sus rencores propios de las guerras y los conflictos del pasado, aseveró Murillo.
Según constató Prensa Latina, miles de nicaragüenses marcharon de forma pacífica en los últimos días en respaldo a las políticas del gobierno y en contra de la violencia.
Las tensiones han calado a tal punto que las autoridades reportan al menos 10 personas asesinadas, entre ellas adolescentes, jóvenes, policías, civiles y un periodista mientras cumplía su labor.
Minúsculos grupos vandálicos atacaron medios de comunicación, ambulancias, clínicas móviles, comercios, autos, instituciones gubernamentales, viviendas familiares y espacios públicos, según imágenes divulgadas por medios periodísticos locales y comprobadas por Prensa Latina en el terreno.
Son trágicos y dolorosos estos momentos que atraviesa Nicaragua, donde la minoría continúa su asonada egoísta y asedia el buen corazón de las mayorías, que queremos trabajar con seguridad y derechos creando bienestar, agregó la vicemandataria.
El diálogo resulta el único camino para la estabilidad del país, según afirmó el presidente Daniel Ortega durante una comparecencia televisada en cadena nacional.
El mandatario manifestó la disposición del Ejecutivo de retomar las conversaciones con el sector privado sobre las mencionadas reformas para contribuir a la paz, la seguridad, el trabajo y tranquilidad de las familias.
Ortega reconoció el derecho de la minoría a criticar, pero no a conspirar para destruir, promover la violencia y peor aún buscar en Estados Unidos a los grupos políticos más extremistas, racistas y exterminadores, para que financien planes de desestabilización en el país.
Al respecto denunció que las recientes protestas fueron infiltradas por vándalos, lo cual criminaliza las manifestaciones de los jóvenes, muchos de los cuales desconocen a los verdaderos promotores de estos crímenes.
En este contexto, los trabajadores apoyan el diálogo entre el sector público-privado y defienden las medidas para garantizar la restitución de derechos sociales a los y fortalecer el Instituto Nicaragüense de Seguridad Social.
A pesar de la disposición del gobierno para abordar en consenso las reformas, los actos de violencia continúan en el país, lo cual para muchos pone en evidencia los verdaderos intereses de los grupos vandálicos.
El jefe de Estado resaltó la importancia de que la juventud conozca la historia, el dolor, el terror, la tragedia de las guerras vividas en Nicaragua para que valore y defienda la paz que goza desde 2007.
(Con información de Prensa Latina)
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