Los presos de Guantánamo: Un problema para EEUU
Llegaron a la Bahía de Guantánamo como hombres jóvenes, capturados en los campos de batalla de Afganistán y otros lugares al principio de la guerra contra el terrorismo que Estados Unidos emprendió tras los ataques del 11 de septiembre de 2001.
Más de 15 años después, la mayoría de los reclusos de la famosa prisión militar estadounidense han alcanzado la madurez o padecen problemas de salud relacionados con la edad, agravados también por sus condiciones de vida previas al encierro.
Esta semana, la Casa Blanca pareció reconocer lo obvio: sin un plan o voluntad política para hacer algo con los 40 internos que quedan en Guantánamo, algunos de ellos podrían quedar varados allí por el resto de sus vidas.
La instalación “está experimentando fallas estructurales y de sistema que, si no se abordan, podrían en el futuro presentar riesgos de vida y seguridad para nuestras fuerzas de guardia y los detenidos”, dijo la Casa Blanca en una declaración a legisladores, al pedir fondos adicionales para reconstruir la prisión.
“Tampoco cumple con los requisitos de la población de detenidos envejecidos”, agregó.
El Pentágono no divulga información sobre los internos de Guantánamo, pero los archivos filtrados por WikiLeaks y publicados en The New York Times dan una idea.
En promedio, la edad de los reclusos allí es de 46,5 años. Pero las torturas, conflictos o malas condiciones de vida previas a su captura, junto con el encierro actual, empeoran su estado de salud.
El mayor, el paquistaní Saifullah Paracha, cumplirá 71 años en agosto. El más joven es el ciudadano saudí Hassan Mohammed Ali Bin Attash, quien nació en 1985 y ahora tiene 32 o 33 años; solo tenía 16 o 17 cuando fue capturado en 2002.
Ni el Pentágono ni la Bahía de Guantánamo respondieron de inmediato a las solicitudes de comentarios para esta historia.
– Rampas para sillas de ruedas –
El recluso quizás más famoso de Guantánamo, el presunto autor intelectual del 11-S Khalid Sheikh Mohammed, tiene 53 años.
El bigote negro que lucía cuando fue capturado en 2003 ha crecido hasta convertirse en una voluminosa barba gris, que ahora tiñe de naranja.
James Connell, el abogado de Ramzi Binalshibh, acusado de ser uno de los co-conspiradores de Mohammed, dijo que ha notado algunos acondicionamientos para los prisioneros envejecidos.
“Algunos de los espacios para los encuentros de abogados y clientes ahora tienen rampas para sillas de ruedas”, contó a la AFP, agregando que también vio manijas para ayudar a los reclusos a levantarse del baño.
Pero, subrayó, “hay mucha necesidad de un tratamiento que no se ha brindado”.
El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) visita Guantánamo unas cuatro veces al año para asegurarse de que la prisión cumple con los estándares de detención y para evaluar el trato de los detenidos.
“Es importante garantizar que se cumpla adecuadamente con sus requisitos de salud, y estamos comprometidos activamente en un diálogo con las autoridades estadounidenses sobre este asunto”, dijo a la AFP Marc Kilstein, portavoz del CICR en Washington.
Entre las enfermedades crónicas relacionadas con la edad que pueden agravarse por el encierro están la insuficiencia cardíaca, diabetes, problemas cognitivos y enfermedad hepática.
– Enormes costos –
A los contribuyentes estadounidenses les cuesta más de 450 millones de dólares al año mantener a los prisioneros en la Bahía de Guantánamo.
Esa cifra solo aumentará a medida que envejecen, indicó a la AFP la experta en seguridad de Amnistía Internacional Daphne Eviatar, ya que a Estados Unidos “se le exige según el derecho internacional que les den tratamiento médico”.
“Al mantenerlos en Guantánamo, el gobierno de Estados Unidos se está comprometiendo esencialmente a cuidarlos por el resto de sus vidas”, explicó.
Muchos estadounidenses desconocen que su país todavía mantiene prisioneros en la instalación de Cuba.
Cinco de ellos han sido acusados de conspiración para realizar los atentados de 2001 y están siendo juzgados por un proceso especial asolado por desafíos legales y demoras interminables.
Del resto, dos han sido acusados de otros crímenes, dos han sido condenados y cinco recibieron órdenes de liberación bajo el gobierno de Barack Obama, pero quedaron atrapados bajo el mandato de Donald Trump, quien ha dicho que quiere enviar a los capturados del Estado Islámico a Guantánamo.
Pero la mayoría -26 reclusos- nunca ha sido acusado de nada y sin embargo se los considera demasiado peligrosos para dejarlos en libertad.
Nueve detenidos ya han muerto en Guantánamo desde que abrió sus puertas en 2002, principalmente debido a suicidios, según los militares.
Como van las cosas, es poco probable que esas muertes sean las últimas.
(Tomado de Ventana Política)
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