Cumbre Corea del Norte – Estados Unidos a punto de comenzar
Autoridades de Singapur de la mano de expertos estadounidenses y norcoreanos robustecen desde ahora la seguridad en la zona donde tendrá lugar la cumbre entre el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el líder de Corea del Norte, Kim Jong Un.
Está cerrado el acceso público al Hotel Capella, en la isla de Sentosa, escenario de la reunión del martes próximo que genera muchas expectativas, tanto por el destino del programa militar nuclear norcoreano, si se llegara a algún acuerdo, y por el encuentro entre los dos mandatarios quienes tuvieron fuertes roces verbales el pasado año.
Pero, insultos, amenazas y motes, quedan atrás. Lo más importante para la humanidad, sin dudas, es la desnuclearización de la península coreana cuya piedra inicial colocó Kim en su discurso de año nuevo a principios de enero.
En ese momento el líder norcoreano manifestó su deseo de que atletas de su país participaran en los Juegos Olímpicos de Invierno PyeongChang, 2018.
El anuncio que desencadenó un conjunto de acontecimientos, entre ellos un histórico encuentro entre Kim y el presidente surcoreano, Moon Jae In, el pasado 27 de abril.
También emanó la posibilidad -casi al punto de concretarse el martes 12- de la reunión entre Trump y Kim.
Aunque la agenda del encuentro aún se desconoce, sobresale que los gobernantes dialogarán sobre el fin del programa militar nuclear norcoreano, criticado por Washington y defendido por Pyongyang.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Corea del Norte reafirma que la fabricación y desarrollo de armas estratégicas en su país constituyen una inevitable medida autodefensiva ante las amenazas de Estados Unidos y sus aliados, para defender la soberanía y la integridad territorial, la vida pacífica del pueblo y los derechos a la existencia.
La cancillería advierte que es Washington quien debe estar en el banquillo de los acusados por ser el caudillo de la proliferación de este tipo de armas y para las cuales invierte fondos astronómicos.
Estados Unidos fue el primer país que desarrolló armas nucleares y es el único que las ha usado en en los bombardeos atómicos sobre Hiroshima y Nagasaki durante la Segunda Guerra Mundial.
Actualmente, tiene mil 367 armas nucleares desplegadas, cuatro mil almacenadas, y dos mil 800 en espera de ser desmanteladas, un arsenal nuclear capaz de convertir a la Tierra en un lugar inhabitable, según la Asociación de Control de Armas con datos del Departamento de Estado estadounidense.
Además, el Comité Nacional Coreano por la Defensa de la Paz, asegura que Estados Unidos infringió el Tratado de No Proliferación -que prohíbe la introducción de armas nucleares en un Estado o región- y convirtió a la vecina Corea del Sur en el mayor arsenal nuclear del Extremo Oriente.
En un acta, esa agrupación señala que después de la aparición del Tratado Estados Unidos emplazó en Corea del Sur cañones de 155 milímetros, bombas, misiles y bombarderos nucleares e introdujo hasta la bomba N conocida como ‘arma diabólica del siglo XX’ y el misil nuclear de mediano alcance Pershing 2.
A eso suma que para este país asiático es difícil olvidar la guerra de Corea (1950-1953), donde el ejército de Estados Unidos bombardeó indiscriminadamente a la población civil y arrasó con poblados, hospitales, escuelas, plantas eléctricas.
‘Bombardeamos todo lo que se movía’ afirmó el ex secretario de Estado de Estados Unidos, Dean Rusk, al referirse a ese conflicto bélico que terminó con un armisticio.
El general Curtis LeMay, jefe del Comando Aéreo Estratégico durante la contienda, dijo que ‘después de la destrucción de 78 ciudades y miles de aldeas en Corea del Norte y de la muerte de una cantidad innumerable de civiles […] A lo largo de unos tres años, exterminamos a alrededor del 20 por ciento de la población’.
La guerra de Corea es considerada una de las más sangrientas de la historia pues se estima que murieron unos 38 mil soldados de una coalición internacional auspiciada por la ONU, incluyendo al ejército estadounidense; un millón y medio de surcoreanos y cerca de otro millón y medio de norcoreanos.
Los asesinatos de civiles cometidos por las fuerzas estadounidenses en Shinchun, provincia de Hwanghae, motivó al destacado artista Pablo Picasso a crear su obra Masacre en Corea, con el cual renovó su compromiso pacifista y antimilitarista inaugurado con el Guernica.
Tras este oscuro capítulo de la historia asiática, una nueva posibilidad se abre hacia la paz con el encuentro de Trump y Kim en Singapur.
Pyongyang, que ya desmanteló su centro de ensayos nucleares, rechaza llevar a cabo una desnuclearización unilateral, mientras tanto, Estados Unidos lo exige de manera total, verificable e irreversible, y transportar las armas desmanteladas hasta el principal centro de investigación nuclear de Oak Ridge, Tennessee, en suelo estadounidense.
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