Donald Trump pronunciará hoy un discurso en la Casa Blanca para conmemorar los seis meses de la reforma fiscal, considerada su principal victoria legislativa.

El presidente estadounidense, Donald Trump, pronunciará hoy un discurso en la Casa Blanca para conmemorar los seis meses de la reforma fiscal que aprobó el Congreso en diciembre pasado, considerada su principal victoria legislativa.

Esa normativa, cuyo centro es una considerable reducción de impuestos, estableció disminuciones fiscales para los siete tramos de tasas individuales -aunque estos beneficios son temporales- y bajó de forma permanente la tasa de impuesto corporativo de 35 a 21 por ciento.

Hace una semana, al cumplirse medio año desde que el 22 de diciembre Trump firmó la iniciativa fiscal y la convirtió en ley, la Casa Blanca emitió un comunicado en el que dijo que la reforma hizo tres cambios importantes para ayudar a los trabajadores y las pequeñas empresas.

Según la mansión ejecutiva, con ella se redujo la cantidad de dinero que el gobierno saca de los cheques de los estadounidenses; se puso a los empleadores del país en igualdad de condiciones con los competidores extranjeros; y se eliminaron docenas de exenciones impositivas y lagunas fiscales.

Además del alivio para las familias trabajadoras, la reforma fiscal es esencial para restablecer el dominio económico de Estados Unidos. Los resultados se pueden ver en el entorno comercial de nuestra nación, ya que las empresas estadounidenses comienzan a invertir una vez más, añadió el texto.

Un artículo de opinión publicado ese mismo día en el portal digital The Hill resaltó que los impuestos más bajos para las empresas de todos los tamaños estimulan la economía y que los estadounidenses están sintiendo los efectos de su revigorización.

Pero un texto de ese tipo difundido esta semana en el diario The Washington Post manifestó que el logro legislativo más importante del presidente fue un atraco de los ricos que no ayudará a los trabajadores.

‘Las codiciosas corporaciones han utilizado sus ganancias inesperadas para recompensar a los directores ejecutivos y accionistas, mientras que los salarios de los empleados en realidad han disminuido’, señaló el material.

Más allá de esos criterios, recientes encuestas señalan que la medida que parecía destinada a conseguirle gran apoyo al Partido Republicano para los comicios de medio término de noviembre próximo se ha vuelto menos popular con el paso del tiempo.

De acuerdo con una encuesta de la Universidad de Monmouth publicada este mes, solo un 34 por ciento de los estadounidenses dijo aprobar el paquete fiscal del partido rojo, frente a un 41 por ciento que lo desaprueba.

Tales datos representan una disminución con relación a abril, cuando los niveles de apoyo y rechazo eran de 40 y el 44 por ciento, respectivamente; y mucho más con respecto a enero, cuando tenía tanto un 44 por ciento de respaldo como de desaprobación.

(Con información de Prensa Latina)