William Castillo argumentó que el país brasileño es blanco de una recolonización que emprende el Gobierno de Estados Unidos en la región

El viceministro de Comunicación Internacional de Venezuela, William Castillo, denunció hoy que en Brasil existe una ruptura de la democracia, a raíz de la destitución por el Congreso, sin los argumentos suficientes, de la expresidenta Dilma Rousseff, en 2017.

En declaraciones a la prensa, Castillo argumentó que el país sudamericano es blanco de una recolonización que emprende el Gobierno de Estados Unidos en la región, proceso iniciado entre 2009 y 2010, y que tiene ahora como objetivo la persecución política del exmandatario brasileño Luiz Inácio Lula Da Silva, quien lleva más de 90 días en prisión tras estar acusado por corrupción, sin pruebas.

“Lula es injustamente acusado, lo cual revela un proceso de degradación de la política y la justicia brasileña”, enfatizó el dirigente.

Calificó que el deterioro democrático de Brasil se ha trasladado al Poder Judicial, como muestra de una ‘crisis profunda’ que vive esa nación.

Castillo enfatizó que el Partido de los Trabajadores mantiene a Lula como su candidato para las próximas elecciones presidenciales, a realizarse en octubre de este año, en las cuales, según las encuestas, el líder progresista es favorito y cuenta hasta la fecha con una intensión de votos del 31 por ciento.

Ante este escenario, el viceministro indicó que de no permitir que el exmandatario participe en los comicios se podrían considerar como ilegítimos e ilegales, ya que se violarían los derechos políticos de millones de brasileños que quieren recuperar la democracia.

Igualmente, advirtió que América Latina atraviesa un proceso de ‘aniquilamiento político’, que busca acabar con los liderazgos de izquierda y citó los ejemplos de los expresidentes Rafael Correa, en Ecuador, y la argentina Cristina Fernández de Kirchner, ‘blancos de persecuciones judiciales’.

Asimismo, se refirió al mandatario Daniel Ortega, quien afronta planes desestabilizadores en Nicaragua, y enfatizó que a todos los líderes progresistas latinoamericanos ‘se les quiere aplastar para evitar que los procesos populares regresen al poder por la vía democrática’, alertó.