Destacada labor de esgrimistas cubanos en Barranquilla
Un sable viejo, un cubierto, una trompeta de graderío y un garrafón plástico que en algún momento perteneció a una nevera de agua, son los instrumentos musicales. Yunior Reytor es el director de la banda y compositor de los coros. Los hermanos Hansel y Harold Rodríguez le secundan. Yamirka Rodríguez, Seily Mendoza y Yania Gavilán ponen las voces y el baile. Suena la conga cubana de la esgrima, ritmo que guía las victorias en Barranquilla-2018.
«Tamayo saca la arepa… llegó el aceite, eh, eh, eheheh», es uno de los tantos coros que improvisan para animar luego de cada toque cubano. Entre cantos, desde el público lanzan gritos de apoyo al compañero que está en la pista. «¡Dale mosquetero! ¡Mantén la presión y abre! ¡Sencillo de punta! ¡Muévete que queda poco!» Y cuando termina cada pelea corren al centro para lanzar por el aire al campeón, no importa si es Michael Carty que mide 1.90 metros o Cristina Moreno que pesa 57 kilogramos.
Ese es el ambiente que inspira al equipo cubano de esgrima, que recuperó el título por países en los Juegos Centroamericanos y del Caribe, 12 años después.
Hace un cuatrienio, la Mayor de las Antillas abandonó Veracruz con apenas dos oros y siete bronces, nada que ver con épocas anteriores en las que se llegó a dominar todas las pruebas.
El renacer de la esgrima, con victorias en las siete finales disputadas –cuatro individuales y tres por equipos– fue quizás la actuación más sorprendente de la delegación cubana en Barranquilla-2018. Antes de arribar a tierras colombianas, se les pronosticaba tres oros a lo sumo y aquí rompieron con lo previsto al ganar a atletas de mayor trayectoria, incluso con ventajas abrumadoras como el 44-30 del florete femenino sobre Venezuela o el 45-36 de los hombres de esa misma arma frente a México. La esgrima fue una de las mayores alegrías para la Isla en las jornadas finales, cuando cada día la primera derrota de Cuba en estos Juegos desde 1970 se hacía más inminente.
La habanera de 28 años Seily Mendoza, campeona de Veracruz, la santiaguera de 21, Leidis Maris Veranes, y el camagüeyano de 27, Michael Carty, sobresalieron con par de títulos cada uno. Aunque lo más importante es la espléndida actuación colectiva de la familia de la esgrima cubana, como ellos mismos la nombran.
Pedro Enríquez: «Esto ha sido una actuación destacadísima»
Una vez finalizadas todas las pruebas y ratificado el inesperado liderazgo de Cuba por países, con tres oros de ventaja sobre Venezuela, converso con Pedro Enríquez Gómez, jefe de entrenadores del equipo nacional de esgrima.
Desempeño en Barranquilla: «Esto ha sido una actuación destacadísima de la esgrima en los Juegos Centroamericanos. No vamos a hablar de los pronósticos que teníamos, sino del desempeño de nuestros atletas tanto en la pista como fuera con el apoyo, la alegría y el coraje que caracteriza a los cubanos. Los muchachos se mostraron corajudos y las niñas abrieron la senda del triunfo. Muy contentos estamos. Felicidades para todos los amantes de la esgrima en nuestro país y para todo el pueblo de Cuba».
¿Renacer de la esgrima cubana? «Nuestro esfuerzo hace años ha estado encaminado en volver a formar una generación fuerte técnicamente y con resultados competitivos. Hemos tenido nuestros tropiezos, dificultades y alegrías. A pesar de todo, estamos formando una buena generación que junto con la veteranía de algunos atletas, con el ímpetu del colectivo de trabajo, el apoyo de nuestra escuela y de la dirección del INDER, creo que puede buscar empeños grandes».
Puntos fuertes: «Nosotros teníamos más expectativas con las dos espadas, pero todo el equipo tiene potencial. La espada femenina cogió dos oros, sin embargo el florete masculino fue la mejor área, con par de títulos y un bronce. Los objetivos que estaban propuestos se sobrecumplieron con una efectividad de un 100 por ciento. Tuvimos siete finales y las ganamos todas. Eso se logra con mucho coraje, corazón y combatividad».
Humberto Aguilera: «Los cubanos somos guapos»
El joven holguinero de 22 años fue el encargado de cerrar contra México la última prueba disputada de la esgrima. Humberto Aguilera ganó el último asalto 7-3 al azteca Raúl Arizaga, para ampliar a nueve la ventaja final del combate por equipos en el florete. Tres días antes había perdido la semifinal ante su compañero Carty, a la postre campeón, en un reñido duelo 15-14. Notablemente emocionado al cumplir su sueño de llegar a lo más alto del podio, explicó sus impresiones sobre el torneo y el desempeño de los antillanos.
Oro colectivo después del bronce individual: «Me siento bastante contento, no pude obtener la medalla de oro individual pero igual se quedó en mi país con un compañero de equipo. Nos propusimos ganar el título colectivo a pesar de que somos un equipo joven y México es fuerte, con bastante experiencia al haber participado en Mundiales y Juegos Olímpicos. Pero nos impusimos, porque los cubanos somos guapos y tiramos pa’ adelante con todo».
Rivales: «El nivel del área está bueno pero nosotros nos estamos imponiendo ahora y vamos a seguir hacia delante, para ser el país al que tengan que respetar en esta región».
Apoyo mutuo: «El buen ambiente influye bastante, porque había muchos resultados que no se esperaban y los obtuvimos. Todos estamos contentos, porque nadie se fue sin medallas. Ganamos las siete finales, porque nos preparamos bastante para cumplir los objetivos».
Lima-2019: «En los Panamericanos el objetivo es quedar del uno al ocho, porque sube el nivel al estar Canadá, Brasil, Estados Unidos, Venezuela y el propio México».
(Tomado de Radio Florida)
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