El vuelto, completo
Por: Magalys Zamora Morejón
Llevado y traído en canciones, refranes y dichos populares, el kilo hace ya mucho tiempo que pasó de ser una moneda de cambio a un símbolo de penuria extrema, al punto de que la mayoría de la población lo repele cuando se lo dan como parte del salario, o los vendedores no lo aceptan como pago.
Pero la mala suerte del kilo parece extenderse, paulatinamente, a otras monedas fraccionarias, y resulta cada vez más común escuchar, tanto a particulares como a empleados estatales, aludir a la carencia de menudo a la hora de dar un vuelto, con lo cual se quedan, sin el menor pudor, con una parte del dinero ajeno.
“No tengo medios ni pesetas”, aclara, a la larga cola de consumidores de un producto normado, la empleada y despierta con ello el malestar de los presentes, a la vez que altera el orden existente, ya que los que tienen el menudo encuentran la visa para pasar al frente y comprar primero.
A pesar de que es una responsabilidad de las administraciones garantizar un fondo de cambio en moneda fraccionaria en la caja, antes de iniciar las ventas, ello se incumple de manera reiterada, lo que obliga a los clientes a dejar el vuelto o irse sin el producto requerido.
No escapan a esta artimaña las tiendas, placitas, farmacias y panaderías, por lo que, al finalizar el día, puede que sume pesos el valor de lo que usted haya dejado por la susodicha frase de “mira a ver si tienes el dinero completo, pues no hay menudo”.
El incremento paulatino de los precios ha dejado, prácticamente, sin efecto a las monedas inferiores al peso, lo cual no quiere decir que estén fuera de circulación, porque el Estado las mantiene vigentes en numerosos productos subsidiados, incluido el pan normado, por lo que nadie puede atribuirse el derecho de cobrar más allá de lo establecido, escudándose en la carencia de cambio.
Los consumidores tienen el deber de pagar, con exactitud, por el producto que compren, pero les asiste el derecho de recibir el vuelto que les corresponde, y exigirlo no es, para nada, un síntoma de tacañería o penuria, sino una actitud digna que pone freno a una forma flagrante de escamotearnos lo que nos pertenece.
Habría que ver cuántos dividendos les arroja al vendedor esa “propina” obligatoria al final de una jornada laboral, y cuántos kilos debe emitir el Banco Nacional de Cuba que nunca regresan a sus arcas, por ese pobre valor atribuido a la referida moneda, al punto de hacer ofensiva su posesión.
(Tomado de Invasor)
Y que me dices cuando vas a pagar el parqueo en cualquier lugar y pagas con MN.
Muy bien que se denuncien esas arbitrariedades, que son un tipo de corrupción con robo al consumidor. No solo ocurre con la moneda nacional, también se va haciendo un hábito de algunos dependientes que cobran en CUC. Por lo general alegan que TRANSVAL no les suministra monedas y que ni el dependiente ni el administrador pueden gestionar el menudo en CUC por su cuenta. SALUDOS!
En Santa clara el pasado sábado viví algo que me dio vergüenza ajena. Un señor mayor quería comprar 2 paquetes de fideos en los bajos del 12 plantas del Sandino, el resultado implicaba la devolución de 20 centavos que el señor reclamó con todo respeto. El vendedor se molestó diciéndole al pobre anciano, que lo estaba acusando de robo y que él no tenía necesidad de robar y chantajeo a la víctima con el retiro de la venta del producto. El pobre anciano como le hacían falta el par de paquetes de fideos, los tuvo que comprar y dejar el cambio de propina y además irse maltratado.
Esto es en todas las tiendas y establecimientos, nadie abre con el suficiente menudo los hay que habren sin menudo y estoy incluyendo a los particulares tambien, qué haces si no tienes el dinero exacto para comprar algo que necesitas de inmediato, sencillamente te la ves fea al no poder adquirir el producto, no me estoy refiriendo a los que lo hacen con intensión. Se dice que por un problema de seguridad se recoge todo el efectivo y al día siguiente abren con el mínimo o si menudo.
Es una espiral de problemas, el kilo no tiene valor porque no se acerca al precio de ningún producto, y estos se irán alejando poco a poco de él.
El salario de los cubanos que trabajan para el estado, los obreros, la clase más importante de nuestro sistema, no le permite acceder a sus necesidades. Los productos, todos, son escasos, sus vendedores lo saben y el pobre comprador no se puede dar el lujo de virar su espalda e ir para otro establecimiento porque uno diferente no existe, todos son iguales, parecen afiliarse entre ellos.
Hablar de reclamo es fácil, pero realmente no le corresponde al pueblo tomar esa posición, creo que la respuesta la han dado los cuentapropistas que, aunque no todos, unos ya han demostrado ser modelos de eficiencia, buen trato, buen servicio, buena calidad.
Sin embargo, nuestro proyecto de constitución no los estimula y cito:
“ARTÍCULO 21. Se reconocen las formas de propiedad siguientes:
a) socialista de todo el pueblo: en la que el Estado actúa en representación
y beneficio de este como propietario.
b) cooperativa: ….
c) mixta: l….
d) de las organizaciones políticas, de masas y sociales:…..
e) privada: la que se ejerce sobre determinados medios de producción, de conformidad con lo establecido.
f) personal: la que se ejerce sobre los bienes que sin constituir medios de producción contribuyen a la satisfacción de las necesidades materiales y espirituales de su titular.
La ley regula lo relativo a estas y otras formas de propiedad. El Estado
estimula aquellas de carácter más social.”
Si queremos cambiar, pues caminemos distinto, creo que es el momento de poner en igualdad de condiciones esta actividad por cuentapropias que, hasta la fecha, en relación con las empresas estatales, es una pelea de león a mono. Aún en los términos de esta pelea, el mono parece ser mejor para los negocios.
Como decia un personaje humoristico del programa CARI CARE , “… aunque el mundo este revuelto,sonría,q al final el Kilo no tiene vuelto…”
jeje bueno en todos los países la propina es algo normal ok, el problema es que, aquí no hay plata para estar dándola de propina.
Y este articulo no toca el robo peor de todo, al coger una guagua (como nadie le da a uno pesetas en el vuelto) que cuesta 40 centavos tiene que pagar con un peso como minimo. Considero que debia buscarse una via para que le den el cambio a uno puede ser: el cobrador que exitio, vender un tipo de ficha que uno pueda comprar y sirva para el pago de pasaje y elimina que el chofer tenga que preocuparse de dar cambios, existen muchas vias, pero como “el peso no tiene valor”, da igual cobrale 1 peso a la gente que 40 centavos!
En estos momentos hay un gran dificultad: en el banco no encuentras pesetas. Dos veces acudí al BPA ubicado en Enramadas en los altos del Gallito en Stgo. de Cuba en este pasado agosto pera realizar operaciones normales y solicité cambiar un billete de 20 cup por pesetas de 20 ctvos,la respuesta: solo hay monedas de 5 ctvos.
Amigo Antonio Garcia Brigos, un dato interesante: en los omnibus aparece un letrero informándole a la población que el conductor no está en la obligación de devolver el cambio. Es una lástima que no le haya tirado una fotos a eso pero aqui vemos una legitimación del siempre escuchado “no tengo vuelto, venga con el dinero exacto”.
Hace un tiempo veo con preocupación un cartel en las guaguas de La Habana donde dice:
“Este ómnibus trabaja bajo un nuevo sistema de gestión empresarial …., como parte del mismo la tripulación está autorizada a manipular el efectivo durante el proceso de pago del pasaje y no es obligatorio fraccionar importes para devolución (vuelto). Es responsabilidad de los pasajeros acceder al ómnibus con el efectivo correspondiente a la tarifa del pasaje…El precio del pasaje se mantiene en 40 centavos CUP por pasajero”
Y yo me pregunto ¿Quién es el funcionario que está autorizado a quitarle a los pasajeros 60 centavos cuando el precio se mantiene en 40 centavos?, ¿Nadie ve que de esta forma la recaudación “confiscada” es mayor que la “oficial”? ¿Nadie ha visto que esto viola los más elementales derechos de los consumidores de este servicio?