Internet y las redes de comunicación respecto a África
El uso creciente de las redes sociales en África es sobre todo positivo, destacan hoy expertos, aunque no se puede desconocer que también son usadas por terroristas para difundir sus ideas y captar adeptos.
En opinión de especialistas, el debate activo sobre el papel que juegan estas variantes en los procesos de radicalización de las nuevas generaciones tiene ya unos cuantos años.
Hasta ahora, gran parte de esta discusión se ha centrado en los países occidentales, especialmente en relación con la influencia del terrorismo del Estado Islámico (EI) y la capacidad que este tiene para reclutar a través de Internet.
Últimamente, también preocupa la actividad de los grupos de extrema derecha, que persiguen los mismos fines, a través de estas plataformas, refirió a Prensa Latina el investigador Alemayehu Kassa.
Pero, apuntó, poco se sabe sobre los patrones que se siguen en África y sobre el esfuerzo de las diferentes estrategias gubernamentales dedicadas a abordar este problema.
Consecuente con ese contexto, la Unión Africana (UA) convocó a una reunión para analizar los resultados del informe Social Media in Africa. A double-edged sword for security and development (Redes sociales en África: un arma de doble filo para la seguridad y el desarrollo).
Así, la primera conclusión que se extrae de su lectura es que la tecnología de la información y la comunicación (TIC) aquí es un arma de doble filo.
Por un lado, puede promover el desarrollo social, político y económico, pero también puede aumentar las oportunidades de radicalización.
Las redes sociales equipan a los terroristas con una herramienta de muy bajo coste que pueden utilizar para reclutar, entrenar, coordinar y comunicarse con seguidores y posibles afiliados de forma remota.
Hoy en día, al-Shabaab, Boko Haram, movimientos leales al EI o a Al Qaeda y muchas otras agrupaciones que optan por la violencia en África usan Twitter, Facebook, YouTube para transmitir sus mensajes, inspirar a seguidores y adquirir nuevos combatientes a niveles sin precedentes, de acuerdo con la pesquisa.
Además, entre las cosas menos deseables que propician -según el documento- están la explotación sexual infantil y la ciber-delincuencia.
Constituyen un dispositivo por medio del cual llegar a muchas personas, como nunca antes había sido posible con el uso de los medios tradicionales.
Ahora tienen en sus manos una plataforma de fácil acceso a través de la cual difundir su propaganda. Pero también se utiliza para recaudar fondos con los que financiar las actividades, ya que los terroristas pueden llegar a compañías, comunidades e individuos simpatizantes con el fin de obtener apoyo financiero, explicó Kassa.
Las ventajas son significativas: la información viaja a través de espacios geográficos en cuestión de segundos y, a menudo, cualquier persona puede acceder a ella y compartirla.
Las narrativas permiten a los reclutas potenciales conectarse con personas de ideas afines, ocultar las identidades de los usuarios y normalizar los comportamientos radicales, además de alentar ideas y ofrecer sugerencias extremas.
Internet facilita la radicalización al promover el contenido con un atractivo emocional que se aprovecha de las quejas de los usuarios y refuerza sus frustraciones, gracias al uso de algoritmos.
Además, las redes ofrecen a los grupos terroristas un mecanismo rápido y fácil para compartir propaganda y reclamar o divulgar ataques con el propósito de difundir el terror como espectáculo para una audiencia global.
(Con información de Prensa Latina)
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