EE.UU. mueve las cartas contra la unión cívico-militar en Venezuela
Todas las cartas contempladas en el mazo de las agresiones contra Venezuela, promovidas por Estados Unidos en complicidad con la oposición, tienen entre sus objetivos minar la unidad y lealtad de las fuerzas armadas.
Desde la autoproclamación del diputado opositor Juan Guaidó como ‘presidente encargado’ -acto sin amparo constitucional reconocido por el Gobierno estadounidense y catalogado por Caracas como golpe de Estado en desarrollo-, fueron recurrentes los llamados a la traición de los militares.
La estrategia de los poderes adversos a las autoridades legítimas de la nación sudamericana gira en torno a fragmentar la cohesión mostrada hasta ahora por el alto mando y los cientos de miles de efectivos de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) ante las disímiles agresiones contra el país.
El más reciente y grave acto de hostilidad gestado por los centros imperiales de poder, confabulados con la extrema derecha opositora -de acuerdo con las denuncias del Ejecutivo bolivariano-, buscó privar de energía eléctrica a gran parte de la población venezolana, y con ello generar caos y desestabilización social.
Las autoridades venezolanas denunciaron un ataque tecnológico de grandes proporciones perpetrado contra la central hidroeléctrica Simón Bolívar, más conocida como El Guri, en el estado de Bolívar, que dejó sin electricidad a alrededor del 80 por ciento de la población venezolana.
A esta primera agresión siguieron otras contra el mismo objetivo que dificultó hasta el momento la reconexión a la red nacional de los 18 estados afectados por la caída del sistema electroenergético y restaurar de una vez el suministro de forma estable y definitiva.
Como parte de un guión preestablecido, el autoproclamado mandatario encargado aprovechó la actual coyuntura para reiterar los llamados a la sedición a las fuerzas armadas, a través de una serie de mensajes publicados en la red social Twitter.
Comunicados en el tono de ‘los familiares de nuestros funcionarios militares deben recordarles que también se les fue la luz, que se les ha dañado comida, que padecen por un medicamento, que padecen esta crisis’, constituyen ejemplos de cómo Guaidó intentó apelar a la sensibilidad de los soldados para fomentar la desunión en sus filas.
Los mensajes incluyen llamados directos a los altos mandos de la institución castrense a deponer a un gobierno electo con más del 67 por ciento de los votos el 20 de mayo de 2018, la misma estrategia empleada como parte de otras acciones de desestabilización.
Durante la operación de falsa ayuda humanitaria promovida por la oposición con apoyo material y logístico de Estados Unidos y Colombia, resultó recurrente la instigación a la deserción de los efectivos de la FANB, así como la ejecución de acciones violentas que buscaban incriminar a militares venezolanos.
Facciones adversas al Gobierno bolivariano, incluido el propio ‘presidente encargado’, intentaron magnificar por esos días la cifra de desertores -poco más de 100 de acuerdo con las autoridades del Ministerio de Defensa-, insignificante respecto a los más de 200 mil hombres y mujeres sobre las armas en la nación sudamericana.
Por esos días, el investigador del portal Misión Verdad Bruno Sgarzini afirmó que la utilización de Guaidó como cubierta narrativa se dirigía a ubicar la entrada de ayuda humanitaria como un punto clímax para quebrar la unión cívico-militar en Venezuela.
Pocas horas después de la ilegítima autoproclamación de Guaidó, la Asamblea Nacional -Parlamento de mayoría opositora declarado en desacato por el Tribunal Supremo de Justicia desde 2016- aprobó una denominada Ley de Amnistía para funcionarios civiles y militares.
La normativa, carente de validez jurídica alguna por la nulidad de los actos del ente legislativo, otorgaba impunidad ante actos políticos como rebelión o sedición en nombre de la ‘restitución del orden constitucional en Venezuela’, en un franco llamado a apoyar la acción usurpadora protagonizada por Juan Guaidó el 23 de enero último.
Ante los constantes llamados al alzamiento y el golpe de Estado por parte de la dirigencia opositora, la Fuerza Armada Nacional Bolivariana ha reiterado su lealtad al presidente Nicolás Maduro, quien a mediados de febrero comandó los ejercicios militares más importantes de la historia de la nación, denominados Bicentenario de Angostura.
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