Australia y el bloqueo: ¿En qué se parecen ?
Desde 1962, los cubanos hemos nacido entre los muros invisibles del bloqueo. El bloqueo, así le llamamos, para abreviar un mal que yace, como la enfermedad que deteriora el cuerpo, en cada esfera de la vida del país.
El cuerpo del país, si bien no ha logrado librarse del bloqueo, aprendió a convivir con él. Un día tras otro, nos adaptamos a las carencias y los obstáculos. Desarrollamos capacidad de resistencia.
Sin embargo, la asimilación de esa especie de omnipresencia no significa que el bloqueo no es real, ni que es, como especulan algunos, “un cuento más viejo que Matusalén”, “una mentira”.
No se sorprenda. Existen otros ejemplos que ilustran el gusto de las personas por las teorías de conspiración. El 25 de marzo del 2017, el sitio digital de Rusia Today (RT) informó que la joven sueca de 17 años, Shelley Floryd, conmocionó la red social Facebook con la teoría de que Australia tampoco era real.
Según Shelley, Australia era un engaño del gobierno británico para hacerle creer al mundo que “envió a sus criminales a algún lugar”, cuando en realidad “los echó al agua y se hundieron antes de poder ver la tierra de nuevo”.¿Las imágenes satelitales? Photoshop. ¿Los turistas que han viajado a Australia? Fueron llevados a Sudamérica por pilotos cómplices. ¿Los animales australianos? Robots…
El post de Shelley fue compartido 20 mil veces y generó más de 48 mil comentarios en tres días. Los australianos casi pierden la cordura intentando demostrar que su país sí existía y que ellos no eran actores contratados.
Indudablemente, Australia figura en el mapa como el bloqueo en el día a día del cubano. Sus consecuencias se exponen desde 1992 ante la Organización de Naciones Unidas (ONU), en el informe “Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos de América contra Cuba”.
La primera vez que se presentó este proyecto de Resolución en 1991, la delegación cubana tuvo que retirarlo pocos días después, a causa de las presiones que Estados Unidos ejercía sobre la mayor parte de los países representados.Hace un par de días, los votos a favor ascendieron a 187; solo se pronunciaron en contra Estados Unidos, Israel y Brasil, mientras que Colombia y Ucrania se abstuvieron.
Resulta inconcebible que el mundo haya legitimado durante tanto tiempo la lucha contra una “invención” del gobierno cubano, pero si estas no fueran razones suficientes para los escépticos, cabe analizar entonces los pasos más recientes han dado algunos sectores en los Estados Unidos con el fin de desmontar parte del bloqueo.
Engage Cuba es un buen ejemplo. En su sitio web, se autodefine como “la coalición principal de compañías y organizaciones estadounidenses que tienen el propósito de poner fin al embargo y las restricciones de viajes hacia Cuba”.
Desde su lanzamiento oficial en el 2015, busca apoyo legislativo mediante una amplia operación de cabildeo: facilita viajes personalizados para que organizaciones y negocios se comprometan con Cuba, auspicia eventos sobre temas relacionados con la isla y oportunidades para empresas…Así, han incorporado importantes líderes cívicos y comerciales de estados claves, como Tennessee, Ohio, Lousiana, Texas, Georgia y Minnesota.
El 25 de julio de este año, el congresista demócrata Jim McGovern y el republicano Tom Emmer introdujeron en la Cámara de Representantes un proyecto de ley destinado a eliminar las restricciones de viajes de los estadounidenses a nuestro país, cuestión que ni el Presidente del país puede autorizar desde el año 2000.
“Cuba representa una oportunidad única para construir una relación económica que respalde una gama de intereses de la industria, la agricultura y la seguridad de los Estados Unidos”, declaró Emmer en un comunicado que difundieron medios de comunicación nacionales y foráneos.
Cuatro días después, la titulada “Ley para la Libertad de los estadounidenses para viajar a Cuba”, fue presentada en el Senado por el demócrata Patrick Leahy, con el apoyo de 45 copatrocinadores (casi la mitad de los legisladores de ese órgano).
Desde agosto, la iniciativatambién cuenta con el respaldo del candidato presidencial Cory Booker, sin embargo, aun debe atravesar un camino complejo: una vez presentado por su patrocinador, es asignado a un comité específico, que lo analiza y decide si se someterá a votación en el pleno. Esta determinación puede ser anulada por los líderes de la mayoría en la Cámara Baja y el Senado.
Otros proyectos continúan atrapados en ese bucle de procedimientos. Tal es el caso de la “Ley de Expansión de Exportaciones Agrícolas”, presentada en mayo por el senador republicano John Boozman y el demócrata Michael Bennet, con el fin de permitir, entre otras posibilidades, el otorgamiento de crédito privado para las ventas agrícolas a Cuba (la isla debe comprar en efectivo y pagando por adelantado).
Así, según Bennet, se “abrirían nuevas oportunidades de mercado para los granjeros y rancheros de Colorado, que tienen mucho que ganar al competir en el mercado cubano”.
Por otro lado, el sitio digital de Engage Cuba, basándose en un reporte de 2016, refiere que de no existir el bloqueo, las ventas a Cuba de los agricultores del estado de Arkansas oscilarían entre 51 y 60 millones de dólares al año.
“Pero en lugar de comprar arroz en Arkansas, Cuba es forzada a hacerlo en lejanos países, como Viet Nam”, señala.
Tanto la gestión de la coalición Engage Cuba, como los proyectos de leyes que han sido introducidos en el Congreso una y otra vez, persiguen satisfacer intereses económicos de varios sectores norteamericanos. Este pragmatismo debería ser una prueba más que convincente de la existencia del bloqueo, que afecta tanto a los cubanos como a sus vecinos del norte.
Quienes aseguran que se trata de una falacia, muchas veces no conocen siquiera qué es el bloqueo. Usted mismo, al cabo de tantos años, ¿se ha preguntado cuál es el sustrato real de la metáfora del muro alrededor de la isla?
El bloqueo comenzó siendo una decisión ejecutiva del presidente John F. Kennedy, quien en 1962 “cortó” el comercio con Cuba al decretar oficialmente el embargo. Administraciones posteriores establecieron más regulaciones en el ámbito financiero y los servicios. En 1996, con la aprobación de la Ley Helms-Burton, se le retiró al presidente de E.E.U.U. la potestad de poner fin al bloqueo y se les otorgó a los 435 representantes de la Cámara y los 100 senadores que integran el Congreso.
Así, el bloqueo es actualmente un amasijo de regulaciones que impiden las relaciones normales en las esferas económica, comercial y financiera, entre Cuba y Estados Unidos; y dañan, además, las relaciones de la isla con terceros países (carácter extraterritorial).
En este punto, a nadie le quepan dudas ¿En qué se parecen Australia y el bloqueo? Pues Australia y el bloqueo… existen.
(Tomado de Ahora )
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