La producción de café, coco y cacao en Cuba (parte I) (+ Video)
Por Oscar Figueredo Reinaldo y Yunier Javier Sifonte Díaz
Con una amplia gama de productos que engloban al café, el cacao y el coco, así como la elaboración de miel, la producción y corte de maderas, el Grupo Empresarial Agroforestal del Ministerio de la Agricultura tiene como reto principal incrementar sus producciones para satisfacer tanto la demanda nacional como las exportaciones. Responsable además de la siembra y creación de bosques y el tratamiento de fibras naturales, la entidad intenta recuperar su paso luego de varios años de pobres resultados.
Al decir de su presidente, Miguel Ángel Arregui Martínez, la organización está integrada por dos centros de investigación, una sociedad mercantil y 48 empresas, las cuales tienen un peso fundamental en el desarrollo del Plan Turquino, y pueden crear fondos exportables por más de 30 millones de dólares anuales.
Sobre la actividad cafetalera comentó que se desarrolla fundamentalmente en nueve provincias del país. “Guantánamo, Santiago de Cuba, Granma y Holguín, producen el 90% del café nacional, siendo Santiago de Cuba la mayor productora. Por su parte en la región central lo hacen Sancti Spíritus, Cienfuegos y Villa Clara con el 7% de la producción, y en el occidente las provincias de Artemisa y Pinar del Río con el 3%”.
El directivo señaló que en los últimos cinco años se desarrolla también el llamado “Programa de Café en el Llano” con plantaciones en Matanzas, Isla de la Juventud, Mayabeque, Ciego de Ávila, Camagüey y Las Tunas.
Según se informó en la Mesa Redonda, el record productivo se estableció en 1961 con una producción de 60 mil 330 toneladas de café oro. No obstante, a partir de esta fecha ha venido disminuyendo la producción, y ya para las década de los años 70 y 80 el rendimiento promedio fue de 21 mil 863 toneladas.
“En la década del 90 al 2000 bajó el promedio a 16 mil 109 toneladas, desde 2002 al 2011 la producción promedio continuó disminuyendo hasta 8 mil toneladas”
Entras las causas de este fenómeno, se encuentran el éxodo de población, las indisciplinas tecnológicas en la siembra y el cultivo, las limitaciones de recursos, los precios no estimulantes y los efectos de los huracanes y sequías, enumeró Arregui Martínez.
Para el año 2018 se detiene el decrecimiento logrando un acopio de 8 mil 220 toneladas de café oro, lo más alto en los últimos diez años, detalló el presidente del Grupo Empresarial.
Dicha recuperación, explicó el directivo, se debió en lo fundamental a la entrada en producción de las áreas renovadas a partir del 2012 como parte del Programa de Desarrollo Cafetalero.
“Para el 2019 el plan es de nueve mil toneladas de café oro y para el 2020 están planificadas diez mil toneladas, con una tendencia creciente hasta el 2030”, aseguró.
En otro momento del espacio radio-televisivo el dirigente señaló que la actualización del Programa hasta el 2030 prevé el completamiento de los equipos identificados en las principales inversiones que aseguren el crecimiento productivo.
“El objetivo supremo del programa es alcanzar las 30 mil toneladas de café oro en 2030, de ellas, destinadas al Encargo Estatal (café consumo a la población) con 15 mil toneladas, 7 mil 700 toneladas para el mercado interno en cadenas de tiendas y hoteles”, dijo.
Miguel Ángel Arregui Martínez concluyó que aunque este año se cumple el plan de entrega a la Industria Alimentaria, no se cubre la demanda y hoy es necesario importar unas 8 mil toneladas del aromático grano.
“El café arábico cubano es de muy alta calidad y por tanto se exporta a casi ocho mil dólares. Con estos ingresos podemos desarrollar la propia producción. Nuestro objetivo es satisfacer la demanda del mercado interno e incrementar las exportaciones. Hoy se cumple el plan de entrega pero existen problemas en los envases”, finalizó.
Experiencia desde los campos
Café de Buey Arriba, Granma. Foto: Abel Padrón Padilla.Mantenerse en la vanguardia de la producción cafetalera del país sigue siendo el empeño de Ángel Mendoza Fernández y el colectivo de trabajadores de la Empresa Agro Forestal “Tercer Frente” de Santiago de Cuba.
Con más de 7 mil hectáreas para la producción de café, su empresa no escapó al declive cafetalero que vivió el país. Sin embargo, desde el 2018 el panorama comienza a revertirse.
“Desde que se incrementó el precio del café se elevaron las producciones. Tuvimos zonas que se quedaron despobladas pero esto se ha revertido. Ya se han incorporado más de 900 personas y se le han entregado tierras en usufructo para la producción de café”, acotó.
El directivo explicó que más del 80 % del área de su empresa se destinará a la producción del café arábico por las condiciones del lugar lo cual propiciará un incremento de las exportaciones.
“Para asegurar esta meta queremos construir dos nuevos campamentos del ejercito juvenil del trabajo para asegurar las fuerzas productivas. Así mismo apostamos por la ciencia y la tecnología para incrementar la calidad de los injertos”, concluyó.
Rescatar las producciones de cacao y coco
Respecto al cacao, José Antonio González Labrada, Jefe del Departamento de Agrotecnia del Grupo Agroforestal, explicó que la producción recae esencialmente en las cuatro provincias del oriente cubano. Entre ellas, Guantánamo entrega más del 90 por ciento del fruto, con el municipio de Baracoa como su principal polo.
En esa localidad funcionan 140 cooperativas, en su mayoría integradas por familias que tienen el cultivo del cacao como parte de su identidad cultural. En sentido general, existen 2600 productores en 5200 hectáreas de tierra.
De acuerdo a González Labrada, la mayor cosecha de las últimas décadas ocurrió en 1989, cuando el país superó las 2200 toneladas de cacao. Luego, los mismos problemas que afectaron a las plantaciones de café incidieron en la pérdida de volúmenes.
“En 2012 comenzamos un programa de desarrollo para recuperar el espacio perdido. Entre otros elementos, garantizamos mejores precios para los campesinos y poco a poco mejoramos. De hecho, antes de que el huracán Matthew afectara la zona en 2016 ya Baracoa había roto dos veces su récord de producción. Sin embargo, en 2017 apenas llegamos a las 230 toneladas”, explica.
Según el Jefe del Departamento de Agrotecnia, rápidamente el Grupo Agroforestal actualizó el programa de desarrollo del cacao y se dedicó a rehabilitar y sembrar plantaciones. Gracias a esa estrategia se prevé llegar este año a las 1700 toneladas de cacao, mientras que en 2020 las proyecciones se ubican cerca de las 1800.
Por otra parte, el cultivo del coco también encuentra su principal pilar en el municipio de Baracoa, un lugar que en 1990 entregó 27 mil toneladas. Sin embargo, existe un programa para extenderlo por todo el país y hoy más de 60 empresas y 650 entidades de base dedican tierras a este cultivo.
“La producción de aceite de coco para la industria cosmética y la alimentaria está entre las prioridades. Igualmente, conseguir encadenamientos productivos con el turismo y otras entidades, así como trabajar para aprovechar cada parte del fruto aparecen entre las proyecciones”, apuntó José Antonio González Labrada.
Tanto en el coco y el cacao, junto al café, para garantizar el desarrollo y el éxito de los programas de cultivo son vitales el trabajo con la base productiva, el incremento de la atención a los productores, la incorporación de la ciencia y la tecnología, la recuperación de industrias asociadas y el fortalecimiento de inversiones encaminadas a renovar plantaciones.
Ciencia para crecer
Para Ciro Sánchez Esmoris, Director de la Estación Agroforestal de Jibacoa, en la provincia de Villa Clara, la utilización de cada adelanto tecnológico y el fortalecimiento de contactos con universidades y centros científicos es vital para sostener los programas de desarrollo agrícola.
Para ello, las diez estaciones existentes a lo largo del país tienen la tarea de acompañar, generar y transferir tecnologías a la cadena productiva, sobre todo amparadas en los 41 proyectos de investigación asociados a demandas del Grupo Agroforestal.
“Entre nuestras prioridades se encuentran la obtención de nuevas variedades de café y el mejoramiento de las existentes, sobre todo en lo relacionado a la resistencia a las plagas y las enfermedades”, dijo.
Asimismo, en Cuba existen 20 bancos de semillas con capacidad para entregar 20 toneladas de café, el 80 por ciento de la semilla certificada que demanda el programa cafetalero. Según el Director de la Estación Agroforestal de Jibacoa, usar ese grano representaría un incremento del 20 por ciento en la producción. Mientras tanto, en el cacao sí se logra satisfacer la demanda del país.
“Otro aspecto importante es comprender que todos estos cultivos se desarrollan en ecosistemas frágiles. Por tanto, el uso de productos biológicos para no alterar el equilibrio del medio cobra gran importancia, así como la preparación y el acompañamiento a los productores en el uso de las mejores alternativas”, explicó.
Por su parte, Ciro Sánchez Esmoris agregó que el país trabaja en cinco proyectos de colaboración internacional. El principal de ellos establece una relación de beneficio mutuo con Viet Nam, sobre todo para el desarrollo de modelos de cultivo de café y en la transferencia tecnológica.
Finalmente, sobre los planes para los próximos años, el Director de la Estación Agroforestal de Jibacoa comentó que se continúa trabajando en las producciones orgánicas, en el uso eficiente de biofertilizantes, bioplaguicidas y abonos verdes.
A su vez, la extensión de las producciones a lugares llanos y la validación de tecnologías para el cultivo en esas regiones también integran las prioridades en el trabajo con tres producciones con mucho por aportar todavía a la economía de Cuba.
Los trabajos difíciles se tienen que pagar bien porque no son todas las personas las que los pueden desempeñar. Y es una forma de retener los obreros, la experiencia acumulada cuenta para mantener resultados favorables. Equilibrar las ganancias para cumplir con las perspectiva de los productores.