¿Cómo vivieron los cubanos la victoria del primero de enero? (+ Video)
Fecha de emisión: 1 de enero de 2019
Por Javiel Fernández Pérez
Dos testigos presenciales del triunfo de la Revolución cubana el 1 de enero de 1959 compartieron su testimonio sobre el suceso junto al de otros combatientes protagonistas de las acciones finales de la guerra de liberación y la visión sobre la histórica victoria de varios historiadores e investigadores.
Manuel Graña Eiriz, combatiente de la Revolución, historiador e investigador, rememoró incomodidad de Fidel ante la huida de Batista. Recordó que el 28 de diciembre de 1958 Fidel se reunió con el General Cantillo, jefe de operaciones del Ejército en Oriente y acordaron que el 31 de diciembre a las 3:00 de la tarde las fuerzas del Ejército se sumaran a los rebeldes, acción no cumplida luego de que Fidel puso tres condiciones: no permitas que Batista se vaya, tú no te vayas para La Habana y no establezcas diálogo con la Embajada de Estados Unidos.
Pero Cantillo vino a La Habana a informarle a Batista, el 30 de diciembre le envió un cable a Fidel que decía: “todo marcha para mejor, imposible fecha acordada, propongo sea el 6 de enero”. Fidel dijo que no, que el corojo se rompía en fecha acordada, ahí comenzó el cerco del 31 de diciembre contra la tiranía.
Cuenta Graña que Batista fue despedido en la escalerilla del avión por altos oficiales para que no pareciera que huía y desde ahí le impartió instrucciones a Cantillo de llamar al Embajador de los Estados Unidos.
Por su parte, el Dr. Orlando Gutiérrez, Doctor en Medicina, combatiente de las FAR, representante de organizaciones fraternales de cultos afrocubanos y diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular rememoró que tenía 9 años cuando triunfó la Revolución, vivía en Regla, en la Loma de Regla, un lugar muy humilde. Dijo que ese día se murmuraba que Batista se había ido.
“Bajé la loma y fui encontrando cosas interesantes, en el único televisor de la zona aparecía un 26 y el locutor dando la noticia de que había huido Batista, la gente salió para la calle con banderas del 26 de julio, las mujeres con blusas rojas y negras y la perseguidora número 154 pasaba a cada rato y tiroteaba, los barbudos llegaron a la loma a repartir juguetes el 12 de enero, fueron nuestros primeros reyes magos, para mi generación el primero de enero duró 60 años”, sostuvo.
Luego la Mesa transmitió un amplio reportaje desde Santa Clara con el testimonio del General de División Ramón Pardo Guerra, el general Rogelio Acevedo y Oscar Fernández Mell, protagonistas de la decisiva batalla en esa central ciudad.
Graña recordó que el Movimiento 26 de Julio supo del triunfo sobre las 3 de la mañana y la orden fue garantizar el orden sin linchamientos como en el 33.
“Se tomaron la radio y la televisión, el canal 6 para contactar con Radio Rebelde, se tomó la electricidad, el agua , el teléfono, los trabajadores se sumaron a los combatientes, se comenzó a impedir el paso y huida de asesinos, delatores, eso pasó en La Habana y al mediodía logran salir los presos políticos del Castillo del Príncipe, marchan a la piquera gris y la convierten en una especie de perseguidora de la Revolución desde allí se presionó al jefe de la policía para que entregara las estaciones , siempre hubo elementos antisociales tratando de robar dinero en varios lugares, luego comenzó la toma de las estaciones de policía y a media noche estaban todas tomadas y con fuerzas del Movimiento con armamento deteniendo personas, la última dependencia policial tomada fue el Buró de Investigaciones a la seis de la mañana del dos de enero”.
Rememoró que al triunfo zarparon varios destructores desde los Estados Unidos con el pretexto de salvar vida y hacienda, estuvieron cerca de las aguas territoriales pero no pudieron entrar porque no hubo pretexto al existir un orden, un control en el país, pasajes que pueden encontrarse en el libro Contra el Ejército, de la autoría de Graña.
Sobre su vida al servicio de la Revolución, el Dr. Orlando Gutiérrez Boza, dijo que entró en las patrullas juveniles en 1959, después en 1960 en la AJR y “cuando la invasión de Girón hicimos nuestras guardias de pequeños”. “Luego fui a alfabetizar en Pinar del Río, en Remate de Guane, me beco, fui el primer graduado universitario de la loma, terminé la carrera de medicina, participé en la Crisis de Octubre en Guantánamo, esta es la vida de millones de cubanos, por eso no nos entienden, no soy médico por la Revolución , soy persona por la Revolución”.
Luego la Mesa transmitió el testimonio de Teté Puebla, Arnaldo Tamayo Méndez y Elier Ramírez Cañedo, integrantes de distintas generaciones de revolucionarios quienes compartieron sus valoraciones sobre el triunfo de la Revolución.
Desde Santiago de Cuba los historiadores e investigadores Olga Portuondo, Reynaldo Suárez, y Frank Josué Solar Cabrales junto al combatiente Carlos Sarabia Hernández ofrecieron una amplia y detallada información sobre los aportes de esa ciudad al triunfo de enero de 1959.
Luego la Mesa propuso el testimonio de José Alberto León Lima, (Leoncito), quien fue durante dos años chofer y escolta de Fidel y contó la primera noche de Fidel en La Habana y la indignación del Comandante cuando le propusieron dormir en la misma casa de Batista.
Al cierre, desde Santiago de Cuba llegó la historia de la filmación de las imágenes de la Caravana de la Libertad con testimonio gráfico y la muestra de las cámaras y aditamentos con los cuales se grabó tal proeza.
Muy emocionante la mesa redonda de hoy, para los que no vivimos el triunfo porque éramos pequeños o por no haber nacido, es maravilloso ver ese pueblo sencillo y humilde que acompañó a nuestro comandante y sus barbudos. Tuve la suerte de ser la hija de ser uno de esos barbudos y oír sus historias, pero nunca es como verlo.
A las nuevas generaciones hay que mostrarles esa parte de nuestra historia. Seria muy interesante que se pusieran los juicios de los asesinos, que sacaron uñas y otras terribles torturas a los jóvenes a veces incluso inocente, para los que nos acusan de que no hubo juicios justos vean al propio pueblo acusando a estos esbirros