La revolución del libro en Cuba + (Video)
Por Yailin Orta Rivera, especial para la Mesa Redonda
Fotos Roberto Garaicoa
La XXIV Feria Internacional del Libro Cuba 2015, al concluir su edición capitalina en la fortaleza de San Carlos de La Cabaña, continúa sus presentaciones en las diferentes provincias del país hasta el primero de abril.
El cronograma de este evento cultural, considerado el acontecimiento más significativo del movimiento editorial cubano, se modificó a partir de las particularidades de cada provincia, y se articuló de forma tal que los intelectuales homenajeados –Olga Portuondo y Leonardo Acosta-, pudieran estar cómodamente en todos los territorios, y no con un ritmo atropellado.
Enrique Pérez argumentó en la Mesa Redonda de este jueves que “nos parecía útil darle más amplitud al programa de la Feria y que las provincias reacomodaran esta fiesta a partir de sus mayores intereses”.
Explicó que esta es una experiencia que se puede ir ajustando hacia el futuro, porque “el objetivo es que las provincias tengan mayor autonomía para establecer una programación coherente con sus valores territoriales. Santiago de Cuba y la Isla de la Juventud serán las que cerrarán este suceso cultural”.
Precisó que este no es solo un espacio para el libro, sino que se revitalizan las peñas, hay encuentros entre los autores… en fin, que se convierte en un gran evento de los territorios.
Roberto Méndez, uno de los primeros autores que tiene libros publicados por el sistema de ediciones territoriales, ponderó también la fuerza de esta iniciativa del Comandante en Jefe Fidel, quien reconoció y apoyó la necesidad de que los escritores encontraran respaldo editorial en sus territorios.
Subrayó que “lo interesante es que cuando este sistema nació hace 15 años, nosotros antes solo habíamos contado con una imprenta museable, y nos lanzamos sin miedo, con la nueva tecnología, a la aventura de hacer un libro. Y como ya yo había publicado en Casas Editoras nacionales, hubo quien creyó que no necesitaba de esta posibilidad, pero dije que sí, porque para mí resulta vital que me publiquen en la comunidad. Estas editoriales responden a determinados intereses de la localidad, que quizá una editorial nacional hubiera demorado demasiado en acogerlos”.
Hizo énfasis en que esta propuesta constituyó algo tan tremendo como el surgimiento de la imprenta nacional. “Este trabajo desde el territorio no tiene por qué ser provinciano, un libro pueden producirse con la misma dignidad que con la que se hace en otras instancias, como también puede alcanzar las estrellas”.
Recordó que los primeros libros salieron decorosos, aunque no fueron de los más acabados desde el punto de vista gráfico. “Fue todo un aprendizaje, porque en los primeros tiempos había muchas cosas nuevas. Otro desafío fue la distribución, ya que daba la impresión de que el libro iba a quedar castigado al circuito local. Ya no sucede esto, ya hay un oficio y se han creado remedios para la distribución. La evolución ha sido muy positiva, y aunque no se ha vencido todo, ha habido un crecimiento cultural e intelectual en los territorios.
Esteban Llorach aportó que cada editorial tiene un sello propio. “Entre los 56 títulos que se publicaron y premiaron en 2014, hay dos de la editorial de Pinar del Río, lo que demuestra el peso de este acercamiento a la nación desde los territorios”.
Llamó la atención sobre el amor con que se cuecen estos proyectos editoriales. “Falta por hacer, pero se han hecho millones de cosas que uno ni sospechaba que se pudieran hacer, y hay algunas de estas editoriales que tienen premios internacionales que respaldan la calidad del trabajo que hacen”.
Edel Morales, vicepresidente del Instituto Cubano del Libro, resaltó que tanto la Feria del Libro como el sistema nacional de ediciones territoriales son dos proyectos que responden a una misma idea de Fidel: lograr que todos los autores, dondequiera que estuvieran viviendo, tuvieran la posibilidad de tener su libro y un espacio donde promocionarlo y ponerlo al alcance de su público.
“Fue también la posibilidad de dar un respaldo editorial a un movimiento de creación que había pasado por la devaluación del libro en medio de la crisis del período especial, era también la maduración de 40 años de procesos educativos”, puntualizó.
Significó que las publicaciones en todo el país han ido ganando con la profundización de los contenidos, con el acceso de los autores a las diversas editoriales, con la diversidad de ofertas y la masificación con las grandes producciones. “La imprenta nacional de Cuba y el sistema nacional de ediciones territoriales son cosas trascendentales”.
Las estadísticas de los más de siete días en los que se efectuó la Feria Internacional en La Habana revelan la grandeza de estas ideas de Fidel. En ella participaron 600 profesionales de la cultura y terminó con un afluente de público de 312 mil personas. Se vendieron 60 000 ejemplares más que en las ediciones anteriores y se logró un crecimiento temático, así como una disminución de los precios a más de tres pesos.
Las temáticas más vendidas fueron: ciencias naturales, los diccionarios, arte culinario, los libros para colorear entre cuatro y seis años, y lo concerniente a la salud y la familia.
Unas 850 novedades llegaron a esta XXIV Feria, repartidas en más de dos millones de ejemplares.
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