Curso 2015-2016: la escuela que viene (+Fotos y Video)

Por Yailin Orta Rivera, especial para la Mesa Redonda

Fotos: Roberto Garaicoa

En la Mesa Redonda participaron autoridades del Ministerio de Educación para continuar informando sobre los preparativos y prioridades del nuevo curso escolar.

En esta segunda edición de la Mesa Redonda sobre la educación, la viceministra del ramo, Doctora Margarita McPherson delineó los principales resultados que evidencian las transformaciones en el sistema de enseñanza en los planteles cubanos.

Los reajustes en el programa docente de este período lectivo, dijo,  han estado enfocados en la formación del personal docente,  en la preparación de un estudiante integral, en lograr más participación de organismos y de la familia, y en que se convierta la escuela en el centro cultural más importante de la comunidad.

Según su opinión, los cambios han sido favorables, ya que el personal docente ha contado con 12 y 16 horas para su preparación, y se obtuvieron mejores resultados desde el punto de vista académico.

Entre los aspectos en los que se ha avanzado, mencionó la organización de la escuela, la implementación del horario, la concentración de las asignaturas…;  así como ha sido importante la vinculación de las escuelas con los museos, galerías, sitios históricos… “Esto hay que mantenerlo y reforzarlo, porque  tenemos potencialidades que pueden explotarse más”.

Alegó que el Mined logró un diseño de superación conjunta con las universidades, para que se superaran los profesores evaluados de regular o mal; también los graduados de las escuelas pedagógicas, para su ingreso a la Educación Superior, contaron con cursos de preparación de cara a las pruebas de ingreso.

“Igualmente reforzamos el trabajo con la Asociación de Pedagogos, sobre todo en lo relacionado con los ajustes curriculares. Y todo este empeño de alguna manera se ha reflejado en los resultados superiores que se alcanzaron en las pruebas de ingreso a la Educación Superior”.

La Viceministra del Mined añadió que hubo este año un 88 por ciento de alumnos que se presentaron, de los más de 43 mil que arribaron al doce grado, y de ellos aprobó más del 75 por ciento.

Estos resultados, manifestó, están en consonancia con el proceso de adecuaciones, que incluyó una estrategia de preparación de cara a las pruebas de ingreso a partir del décimo grado, porque “no hay necesidad de esperar al doce grado para intencionar este trabajo”.

Hizo énfasis en que llama la atención en que los elementos de conocimientos que están afectados se comienzan a dar en la Educación Primaria. “Por ello hay que preparar a los docentes para que estén en condiciones de atender las carencias de grados precedentes. La escuela cuenta con el espacio y las condiciones para que el maestro se siga preparando”.

Sostuvo que hay que seguir trabajando en la implementación del sistema de evaluación. “Porque siguen existiendo irregularidades en las estructuras para este proceso. Hay quejas de las familias de que son muchas las tareas, como también hay tendencia a que esta le realice las tareas a sus hijos”.

Hemos insistido, argumentó, en que el sistema de evaluación se tiene que centrar en el desempeño del alumno. “En tanto, la familia tiene que apoyarlo, pero no hacerle los trabajos”.

Al mismo tiempo, hay que profundizar en la caracterización de la familia y su vínculo con la escuela, y en el proceso de formación vocacional. “Si bien hay un comprometimiento mayor de los organismos, tenemos que ganar en más precisión con los círculos de interés, de cara a las demandas-las necesidades locales-y los intereses de los alumnos, ya que en este aspecto sigue insistiendo incompatibilidad. Tenemos, a su vez, que lograr armonía en lo que quieren los alumnos y la aceptación de la familia”.

La Doctora Ivette González se detuvo en un ángulo no menos importante: el seguimiento multifactorial a los alumnos, que comienza con su caracterización y que tiene una evaluación preventiva de su conducta con un grupo de trabajo en la escuela, que lidera la dirección del plantel.

Igualmente no pasó por alto el valor y utilidad de la vinculación con los diversos actores de la comunidad, y el peso que tiene la familia en la educación de los hijos, ya que en este proceso no pueden dejar sola a la escuela.

Precisó que en este sentido se trabaja con las instituciones de la comunidad, los CDR, el sistema de atención y cuidado de menores, y otros factores que interactúan en el barrio con el entorno del estudiante.

Refirió que se ha dedicado con fuerza a que el entorno comunitario sea cada día mejor, de forma tal que los niños crezcan en un ambiente sano, y no encuentren contradicción entre lo que se les enseña en la escuela y luego observan a su alrededor.

El Doctor Rolando Forneiros, viceministro del Mined, en su intervención, resaltó que uno de los temas fundamentales en las adecuaciones ha sido buscar más espacio para la preparación de nuestros maestros. “Hay escuelas que han logrado más tiempo para la preparación, y hemos solicitado que el maestro pueda salir de la escuela a prepararse, que pueda ir a un museo, a la biblioteca, o visitar una institución para prepararse”.

Argumentó que la formación de los maestros constituye una prioridad para el Mined, debido a todo el déficit que existe en el sector. “Y aunque del año pasado al presente ese déficit ha disminuido, todavía persiste esto como una deficiencia”.

La superación que reciben nuestros maestros está diseñada fundamentalmente a partir de la actividad de posgrado, dirigida por las universidades o facultades pedagógicas. Pero este curso, ello no se circunscribe solo a esta opción, sino que se hacen cursos con el contenido de lo que tendrán que dar, o desde el punto de vista ideológico. En Bayamo, por ejemplo, se preparó un curso dedicado al trabajo comunitario.

También alegó que el Mined cuenta hoy con más de mil doctores, quienes están más concentrados en las universidades que están en un proceso de integración y en las universidades. “Tenemos, además, una cifra superior a los mil que están en la formación doctoral”.

Enfatizó en que el plan de estudios de los maestros se había extendido hasta cuatro años, y que el último año iban a hacer sus prácticas profesionales a las escuelas. En el caso del curso de dos años, que es una alternativa también para los graduados del bachillerato que no cogieron carreras universitarias, destacó que este tenía un carácter transitorio para atender las demandas de fuerza laboral que tenemos en el sistema de enseñanza que en varias provincias . Alegó además que quienes pasen este curso tienen la posibilidad después, a través de las pruebas de ingreso, de acceder a las universidades de Ciencias Pedagógicas por la modalidad de cursos por encuentros.

Para los profesores en ejercicio, comentó Forneiros, hemos articulado todo un proceso de formación posgraduada, con la que más de 50 000 maestros habían recibido cursos, y a partir del cual una cifra considerable ostentaba la categoría científica de máster y doctor.

Forneiros explicó que los estudiantes que se forman como futuros docentes del nivel primario tienen la posibilidad de continuar superándose en diplomados y otros cursos de posgrado, al tiempo que puntualizó que el plan de formación está concebido durante 4 años para ellos con el objetivo de que la preparación sea integral y se ha previsto que una vez que se incorporen durante el primer año de trabajo puedan contar con un programa para su preparación para acceder a la licenciatura en Educación, que contará igualmente con pruebas de ingreso para pasar a este nivel de enseñanza, pero serán exámenes con particularidades ajustadas a sus perfiles.

También , dijo, ofrecemos la posibilidad de que los que se forman en la educación técnica y profesional puedan formarse como maestros, si aprueban estos exámenes de ingreso que se han diseñado, en las universidades pedagógicas del país.

Para la formación de docentes se dispondrán de 23 escuelas pedagógicas, ya que en Holguín se abre una nueva y también el otorgamiento de las carreras pedagógicas fue superior, en un 30 por ciento con respecto al curso anterior.

La viceministra del ramo, Doctora Margarita McPherson delineó los principales resultados que evidencian las transformaciones en el sistema de enseñanza en los planteles cubanos.

La Viceministra del Mined añadió que hubo este año un 88 por ciento de alumnos que se presentaron, de los más de 43 mil que arribaron al doce grado, y de ellos aprobó más del 75 por ciento.

La Doctora Ivette González se detuvo en un ángulo no menos importante: el seguimiento multifactorial a los alumnos, que comienza con su caracterización y que tiene una evaluación preventiva de su conducta con un grupo de trabajo en la escuela.

El Doctor Rolando Forneiros, viceministro del Mined, en su intervención, resaltó que uno de los temas fundamentales en las adecuaciones ha sido buscar más espacio para la preparación de nuestros maestros.

12 Comentarios »

  • fcb dijo:

    Cada vez que le preguntan a un ministro sobre deficiensias de algo o yo entiendo mal o no existe tal deficiensa o se resuelve en el mismo espacio de la mesa, como pasó el la mesa anterior sobre el comienzo del curso escolar. Entonces para no indignarme voy a pensar que yo lo entiendo todo mal.

  • PAUL A. TORRES FERNÁNDEZ dijo:

    Compañeros:
    En la tercera y última mesa redonda dedicada al inicio del curso escolar 2015-2016, efectuada el pasado jueves 27 de agosto, tuve la oportunidad de intervenir para responder la inquietud de una persona interesada en conocer los resultados recientes de nuestros escolares en los estudios regionales de evaluación de la calidad de la educación.
    Tal y como señalé en la emisión televisiva del programa, Cuba ha participado en dos estudios comparativos y explicativos de la calidad de la educación organizados por el Laboratorio Latinoamericano de Evaluación de la Calidad de la Educación (LLECE), con el auspicio de la Oficina Regional de Educación para América Latina y el Caribe de la UNESCO (OREALC-UNESCO), que tiene su sede en Santiago de Chile.
    En ambos estudios los escolares cubanos participantes obtuvieron, en todas las pruebas de rendimiento cognitivo aplicadas (Matemática y Lenguaje en 1997 y 2006, además de Ciencias Naturales, 6to. grado, en el 2006) resultados muy superiores al promedio de la región. Si fuera posible mostrar los gráficos de los resultados de dichos exámenes, se podría observar que el promedio de las puntuaciones obtenidas por las niñas y niños cubanos se distancia del promedio regional entre una unidad y media y dos unidades de desviación estándar; en términos deportivos sería algo así como que nuestros estudiantes se situaron “una pista y media o dos pistas” por delante del promedio de todos los países participantes. Se trata de un hecho realmente inédito en estudios internacionales de evaluación educativa, tanto de la región como fuera de ella. Pero hay mucho más que destacar. De ello hablaré en próximos comentarios…

  • PAUL A. TORRES FERNÁNDEZ dijo:

    Compañeros:
    En el día de ayer inicié una serie de comentarios relacionados con la pregunta formulada por un ciber-nauta al espacio televisivo Mesa Redonda, en relación con los resultados del aprendizaje de escolares cubanos en estudios internacionales de evaluación de la calidad de la educación. Como mismo expliqué en mi intervención, en la Mesa Redonda del pasado jueves 27 de agosto, en las participaciones de nuestro país en esos estudios internacionales, las niñas y niños cubanos han alcanzado los promedios de puntuaciones más altos, entre todos los países participantes.
    Pero hay más, nuestros escolares han sido también los que mayoritariamente han logrado responder los ejercicios de más alto nivel de complejidad de los temarios de Matemática, Lenguaje y Ciencias Naturales aplicados. Como promedio, los escolares cubanos han logrado resolver esos tipos de ejercicios en más de un 50% de los casos, mientras para toda la región el porcentaje de estudiantes que lo resuelven se ubica solo en alrededor del 10%.
    Cabe señalar que esos logros académicos la han proporcionado a nuestro Sistema Educativo un merecido prestigio en la región. Cuando tengo que explicar esos resultados académicos en auditorios no nacionales suelo hacer una broma (especialmente, antes del 17 de diciembre de 2014), señalando que si se dudara de la calidad de los mismos podría referir como ejemplo de aval científico justamente los resultados de investigadores educativos norteamericanos. Y es que posterior al estudio del LLECE de 1997, recibimos la visita en Cuba de renombrados investigadores de la Universidad de Stanford, interesados en conocer más a fondo qué explicaba las grandes diferencias de los resultados de nuestros niños, en comparación con sus pares de América Latina y el Caribe.
    Pero de eso hablaré detalladamente en un próximo comentario….

  • PAUL A. TORRES FERNÁNDEZ dijo:

    Compañeros:
    En el día de ayer inicié una serie de comentarios relacionados con la pregunta formulada por un ciber-nauta al espacio televisivo Mesa Redonda, en relación con los resultados del aprendizaje de escolares cubanos en estudios internacionales de evaluación de la calidad de la educación. Como mismo expliqué en mi intervención, en la Mesa Redonda del pasado jueves 27 de agosto, en las participaciones de nuestro país en esos estudios internacionales, las niñas y niños cubanos han alcanzado los promedios de puntuaciones más altos, entre todos los países participantes.
    Pero hay más, nuestros escolares han sido también los que mayoritariamente han logrado responder los ejercicios de más alto nivel de complejidad de los temarios de Matemática, Lenguaje y Ciencias Naturales aplicados. Como promedio, los escolares cubanos han logrado resolver esos tipos de ejercicios en más de un 50% de los casos, mientras para toda la región el porcentaje de estudiantes que lo resuelven se ubica solo en alrededor del 10%.
    Cabe señalar que esos logros académicos la han proporcionado a nuestro Sistema Educativo un merecido prestigio en la región. Cuando tengo que explicar esos resultados académicos en auditorios no nacionales suelo hacer una broma (especialmente, antes del 17 de diciembre de 2014), señalando que si se dudara de la calidad de los mismos podría referir como ejemplo de aval científico justamente los resultados de investigadores educativos norteamericanos. Y es que posterior al estudio del LLECE de 1997, recibimos la visita en Cuba de renombrados investigadores de la Universidad de Stanford, interesados en conocer más a fondo qué explicaba las grandes diferencias de los resultados de nuestros niños, en comparación con sus pares de América Latina y el Caribe.
    Pero de eso hablaré detalladamente en un próximo comentario….

  • PAUL A. TORRES FERNÁNDEZ dijo:

    Compañeros:
    En mis dos comentarios anteriores hice referencia a los resultados académicos de los escolares cubanos en los estudios de evaluación de la calidad de la educación de 1997 y 2006, organizados por la OREALC-UNESCO en la región. Explicaba también que los mismos le han proporcionado un merecido prestigio a la Educación Cubana en el mundo. En ese sentido, puse de ejemplo la visita a Cuba del Dr. Martin Carnoy, y sus colaboradores de la Stanford University, a mediados de la década pasada.
    Debo señalar que el Dr. Carnoy venía motivado por los dispares resultados del Primer Estudio del LLECE, la entidad encargada por la OREALC-UNESCO para organizar y desarrollar los estudios de evaluación educativa de referencia, y su interés primario era profundizar en las causas de las diferencias notables entre los rendimientos cognitivos de varios países de la región.
    Básicamente, se propuso hacer un estudio comparado entre escuelas de Brasil, Chile y Cuba. Tras recibir la autorización estatal correspondiente, Martin visitó varias escuelas primarias del país y realizó, con su equipo de investigadores, filmaciones de clases de nuestros maestros, como mismo habían hecho anteriormente en Brasil y Chile.
    Del análisis posterior de las clases filmadas en los tres países surgió un libro, el cual está disponible parcialmente en Internet (http://www.sup.org/books/title/?id=11035) con un costo en línea de $ 21,95 usd.
    Lo interesante de esto es que, aunque la intención de la investigación científica que le dio origen era la realización de un estudio comparado entre Brasil, Chile y Cuba, como he señalado, el libro finalmente fue titulado por los autores: “Cuba´s Academic Advantage” (o sea: “La ventaja académica de Cuba”). Incluso tiene un subtítulo: “Why student in Cuba do better in school?” (es decir, “¿Por qué los estudiantes en Cuba lo hacen mejor?”).
    De qué vieron Martin y sus colaboradores en los maestros cubanos, a diferencia de sus pares chilenos y brasileños, hablaremos en un próximo comentario….

  • PAUL A. TORRES FERNÁNDEZ dijo:

    Compañeros:
    En los tres comentarios anteriores les hablé de los resultados cognitivos de los escolares cubanos en los estudios regionales de evaluación de la calidad de la educación, organizados por la OREALC-UNESCO a través del LLECE. Hoy, en su lugar, quiero hablarles más bien de sus maestros, nuestros heroicos maestros cubanos.
    Tal y como prometí en el último de mis comentarios, tomaré como referencia algunas citas del texto científico “Cuba´s Academic Advantage”, del Dr. Martin Carnoy y sus colaboradores de la Universidad de Stanford (http://www.sup.org/books/title/?id=11035). Recuérdese, libro que es fruto de un estudio comparado de los sistemas educativos de Chile, Brasil y Cuba, a partir del estudio regional del LLECE, de 1997.
    En la página 114 de su primera edición, explican Carnoy y sus colegas: “En Cuba, el método de enseñanza puede ser mejor descrito como participativo (…) los estudiantes en Cuba pasan mucho de su tiempo en clases trabajando de forma individual con los problemas de Matemática entregados por el profesor en las hojas de ejercicios. Una vez que estos se han respondido, el maestro proporciona más problemas, pidiéndole a los estudiantes que no respondieron que expliquen cómo resolvieron el problema y propician la discusión de las respuestas incorrectas con el resto de la clase y los estudiantes, en particular, sobre el origen del error (…)”.
    Más adelante, entre las 123 y 124, señalan: “En las aulas cubanas el énfasis, en muchas de las aulas que visitamos, estuvo en (…) la resolución de problemas. En la mayoría de los casos, los estudiantes estaban sentados de forma individual, y trabajaban a través de una serie de problemas que estaban bien preparados en una hoja (…) o en sus libros. En los demás países hubo poco de estas prácticas (…)”.
    He hecho una traducción libre, para no perder la esencia pedagógica de la descripción de los autores. Ahora bien, ¿qué mensaje principal nos trasmiten los investigadores de la Universidad de Stanford?… Nos están describiendo a nuestros maestros primarios como educadores centrados en la productividad del aprendizaje en la clase, muy preocupados por el avance de todos sus estudiantes (es de esperar que detrás de ello exista un riguroso trabajo de atención a las diferencias individuales de sus alumnos), a la vez que un aprovechamiento de las potencialidades del colectivo escolar, al propiciar la discusión entre todos los estudiantes de las respuestas dadas a los ejercicios por algunos alumnos participantes.
    Los que hemos laborado en un aula sabemos que se trata de un trabajo muy complejo de realizar. Si a eso se le suma (¡no lo perdamos de vista!) que los maestros cubanos filmados por Martin y sus colegas no se limitaban a emplear el libro de texto, sino que también traían elaboradas hojas de trabajo con ejercicios adicionales y que eran capaces además de hacer reflexionar a los estudiantes en torno a los errores cognitivos que cometieron (¡propios de todo acto de aprendizaje!), entonces se comprenderá que estamos hablando de destacados profesionales de la educación. ¿Cuántos países de la región pueden exhibir maestros de ese calibre profesional?…
    Debo ser breve para no aburrir a mis lectores; y hoy ya he sido excesivamente extenso. Un análisis mucho más pausado y profundo de estos temas puede ser visto en el Boletín Mensual No.10/ Año 2 (2012) “EL ´ARMA SECRETA´ DE LA EDUCACIÓN CUBANA EN LOS ESTUDIOS INTERNACIONALES DE EVALUACIÓN EDUCATIVA” (de la Sección “Evaluador e Investigador Educativos”, del Portal Educativo Cubano CUBAEDUCA: http://www.cubaeduca.cu/index.php?option=com_content&view=article&id=1632:esenciales-en-la-educacion&catid=2:uncategorised).
    Pero crean, el tema da para mucho más… Más allá de nuestros brillantes alumnos y heroicos maestros, tenemos también mucho qué decir sobre nuestras escuelas y la contribución las familias cubanas a la educación. No solo ya a partir de los resultados del LLECE, sino incluso según nuestros propios estudios científicos nacionales, que han seguido a aquellos. Mas, eso será en próximos comentarios…

  • PAUL A. TORRES FERNÁNDEZ dijo:

    EL PAPEL DE LA CONSAGRACIÓN PROFESIONAL DEL EDUCADOR
    Compañeros:
    Antes que todo una disculpa. Al final de mi nota anterior cometí dos gazapos (una tilde indebida y la omisión de una preposición) en mi afán de querer hacer varias cosas a la vez. Pero no deben haber excusas, debo revisar antes de enviar; no se repetirá.
    Lo segundo que quisiera señalar, antes de desplegar las ideas principales del comentario de hoy, es que he percibido que sería conveniente emplear en cada comentario un título; aunque sea breve, pero que ubique rápidamente al lector en el tema que se tratará.
    Me percaté de ello cuando, como suelo hacer con este tipo de trabajos, repliqué finalmente ayer los cuatro comentarios acumulados en las páginas comunitarias de Facebook y Twitter que coordinamos (“Evaluación Educativa en Cuba”, “Didáctica de la Matemática Elemental” y “Didáctica de la Lengua Española y la Literatura”); pero sobre todo, al transferirlos desde el Blog de Google “Investigación Educativa” a la “List@ de Discusión de la comunidad cubana de evaluadores e investigadores educativos”, un espacio interactivo que, con el apoyo de la red informática del Ministerio de Educación, ha permitido el intercambio científico sistemático entre centenares de investigadores educativos de todas las provincias del país, así como de algunas decenas de especialistas de otros países que nos apoyan.
    La secuencia de comentarios se veía muy “plana”; a primera vista, era como si se repitieran los temas. Este quinto comentario, por tanto, ya tiene un título. Continuaremos hablando de nuestros heroicos educadores.
    Quizás sea poco conocido que uno de los factores escolares que, de acuerdo con los estudios sucesivos del LLECE, mejor explica las variaciones entre los rendimientos cognitivos de los estudiantes en las pruebas académicas aplicadas, consiste en la disposición de los docentes a asumir como propios los resultados del aprendizaje escolar, y no a razones atribuibles al ambiente familiar, o a la implicación y esfuerzos de sus alumnos.
    Por ejemplo, en el estudio del LLECE de 1997 se pudo estimar (con recursos científicos tan precisos que se asemejan a los procedimientos de la ingeniería genética) que los resultados académicos de los alumnos en Matemática y Lenguaje son alrededor de 21 puntos más altos cuando los docentes asumen que los mismos se deben básicamente a su actuación profesional. Se trata de un dato regional que desafortunadamente no se desagregó por países, pero en donde es altamente presumible que los educadores cubanos hayan tenido mucho que ver, a juzgar por el peso de los puntajes de Cuba en los resultados globales del estudio.
    Algo similar se apreció en una investigación nacional realizada en el 2007 en instituciones escolares de todas las provincias del país y diferentes niveles de enseñanza. En la misma se buscaba explicar las diferencias de resultados en pruebas de Matemática, similares a las del LLECE, sobre la base del control de noventa factores áulicos y escolares asociados al rendimiento cognitivo.
    Resultó que entre las pocas variables aisladas como de alto nivel explicativo se encontraba precisamente la consagración profesional de nuestros docentes, la posición de asumir como fruto de su trabajo los resultados de sus alumnos. Este hecho coincide con las observaciones del Dr. Carnoy y sus colaboradores acerca del laborioso accionar de nuestros maestros, referidas en la nota anterior.
    Ahora bien, más allá de la actuación aislada de nuestros heroicos educadores, la escuela cubana toda, como organización, tiene también varios méritos que merecen ser conocidos. De ello hablaremos en nuestro próximo comentario…

  • PAUL A. TORRES FERNÁNDEZ dijo:

    EL ESLOGAN ABSOLUTISTA DE COLEMAN Y LA ESCUELA CUBANA
    Compañeros:
    En los comentarios precedentes hemos descrito los extraordinarios resultados académicos de los escolares cubanos participantes en los estudios regionales de evaluación de la calidad de la educación, organizados por la OREALC-UNESCO a través del LLECE, en 1997 y en 2006.
    También hemos hecho referencia a hallazgos científicos asociados a dichos estudios, que muestran la profesionalidad y la dedicación de los maestros cubanos en el desarrollo de sus clases. Toca su turno ahora, en este quinto comentario, al papel de las escuelas cubanas en los indiscutibles niveles de calidad alcanzados por la Educación Cubana.
    Claro que hablar del funcionamiento de las instituciones escolares demanda una clara comprensión de la elevada complejidad del acto educativo; no debe perderse de vista que, en todo caso, una escuela es una representación reducida del Sistema Nacional de Educación; en ella convergen los estudiantes, sus educadores y directivos (de “adentro” y de “afuera”) y sus familiares, así como las influencias de la comunidad donde está enclavada aquella y de la sociedad, concreta e históricamente determinada, toda.
    Piénsese en cada uno de esos factores. Los estudiantes, por ejemplo; ellos son en sí mismos una entidad social muy compleja, integrada por todos aquellos rasgos personológicos que los singularizan: las preferencias individuales, sus niveles de autoestima, las facilidades para el aprendizaje autónomo, su disciplina, su constancia, etc., etc. Así mismo se pudiera pensar para cada uno de los otros factores. Y a ello habría que añadir las interacciones que entre todos ellos se producen en los marcos del proceso docente-educativo. En resumen, el funcionamiento de una institución escolar es un proceso marcadamente multifactorial y dinámico.
    Ahora bien, las niñas y los niños no comienzan su formación al arribar a la escuela, sino que ya vienen dotados de una educación familiar que precede a la formación escolarizada. Es lo que se conoce como “el capital familiar” del estudiante, el cual está conformado no solo por influencias culturales, sino también de base económica.
    Precisamente teniendo en cuenta esto, cuando se crearon finalmente las condiciones subjetivas en los EE.UU. para aprobar la “ley de igualdad de los derechos civiles”, a mediados de los años ´60, se le encomendó a un grupo de investigadores educativos norteamericanos que indagaran cuán preparadas estaban las escuelas de ese país para enfrentar el cambio educativo que la ley implicaría.
    De los resultados de ese estudio, conocido como “Informe Coleman” (1966), en referencia al investigador que lo presidió, surgió un eslogan que provocó el rechazo de numerosos educadores de todo el mundo: “School doesn’t matter!”; es decir: “¡La escuela no importa!”. En otras palabras, según J. Coleman y sus colaboradores, los hijos de familias ricas y elevado nivel cultural estaban predeterminados al éxito escolar, mientras que los hijos de familias pobres y de bajo nivel cultural estaban condenados al fracaso durante su tránsito por la escuela.
    Si bien es cierto que “el capital familiar” ha probado ser la variable no educativa que mejor explica las diferencias entre los resultados académicos de los estudiantes (y, de hecho, durante mucho tiempo y en diversas partes del mundo, fracasaron los intentos de probar que el “Informe Coleman” estaba errado), los resultados de las escuelas cubanas participantes en los estudios del LLECE han contribuido notablemente a validar lo que, desde la experiencia profesional pedagógica, se sabe: ¡la escuela sí importa, y mucho! Pero eso lo explicaremos, con datos científicos, en el próximo comentario…

  • PAUL A. TORRES FERNÁNDEZ dijo:

    MÁS ALLÁ DE LA CALIDAD DE LA EDUCACIÓN CUBANA, SU CAPACIDAD PARA GENERAR EQUIDAD SOCIAL
    Compañeros:
    Después de referirnos a los resultados extraordinarios de los escolares cubanos participantes en los estudios comparativos y explicativos de la calidad de la educación, organizados por la OREALC-UNESCO a través del LLECE, así como presentar evidencias del nivel profesional de una muestra de nuestros educadores, obtenidos de otros estudios investigativos relacionados con aquellos, hemos centrado la atención en el funcionamiento de las instituciones escolares.
    En el comentario anterior, demandó un espacio considerable la explicación el carácter sumamente multifactorial y dinámico de ese componente medular del Sistema Educativo. Ello nos condujo, a su vez, al análisis de la variable extra-escolar de mayor nivel explicativo de las variaciones del rendimiento cognitivo de los estudiantes, el llamado “capital familiar”, así como del carácter absoluto del eslogan de J. Coleman y sus colaboradores acerca de la influencia de este último en el rendimiento académico de los escolares.
    Como ya anticipamos, las escuelas cubanas participantes en los estudios regionales de referencia han contribuido con sus resultados a probar la inexactitud de las conclusiones del “Informe Coleman”. En efecto, las instituciones escolares de Cuba evidenciaron, a la altura de 2006, resultados académicos iguales de elevados entre sus niñas y niños, y entre las escuelas rurales y urbanas.
    Sin embargo, un hallazgo aún más trascendente se obtuvo cuando se ajustaron los resultados académicos de los estudiantes por un índice estadístico que expresaba el nivel económico y cultural de sus familias. En los “perfiles” generados por las escuelas del estudio (una representación gráfica obtenida sobre dos ejes, uno vertical donde se situaron los promedios de los puntajes cognitivos y otro horizontal donde se colocaron los valores del índice del nivel económico-cultural de las familias), los “gradientes” cubanos no resultaron ser curvas asimétricas, como los del resto de los países participantes, sino rectas; por demás casi paralelas al eje horizontal.
    ¿Qué significa esto?… Bueno, que tanto si los escolares cubanos provenían de familias de bajo o de alto nivel económico y cultural sus resultados académicos fueron similares. Es decir, las escuelas cubanas participantes mostraron ser capaces de contrarrestar las diferencias extra-escolares determinadas por el influyente “capital familiar”. En otras palabras, nuestras escuelas probaron poseer una elevada capacidad de generar, no solo calidad educativa sino también equidad social; uno de los anhelos supremos de la Humanidad.
    Parece que se ha dicho mucho; sin embargo, queda aún bastante por decir. Pero eso será en próximos comentarios…

  • PAUL A. TORRES FERNÁNDEZ dijo:

    FACTORES ESCOLARES VS. CAPITAL FAMILIAR
    Compañeros:
    En los comentarios anteriores hemos estado reflexionando acerca de los elevados resultados cognitivos de los educandos cubanos en los estudios regionales de evaluación de la calidad de la educación de 1997 y 2006, así como de importantes hallazgos de la actuación profesional de maestros cubanos, obtenidos en investigaciones científicas relacionadas los mismo, con destaque en los apuntes de M. Carnoy y sus colaboradores, en su libro, disponible en línea, “Cuba´s Academic Advantage” (http://www.sup.org/books/title/?id=11035).
    También hemos conversado acerca de cómo las escuelas cubanas participantes en dichos estudios regionales se han sumado a las fuentes que, en los últimos tiempos, han venido proporcionado evidencias de que el eslogan derivado del “Informe Coleman”, relativo a la influencia de la variable extra-escolar conocida como “capital familiar”, es un juicio muy absoluto, contrario a la teoría y la práctica pedagógica universal.
    Sin embargo, este último ejercicio se limitó a la consideración de conclusiones relacionadas con elementos de “equidad educativa” (paridad de sexo de los estudiantes y de la ubicación territorial de sus escuelas, así como del comportamiento del índice indicativo del nivel económico-cultural de los padres).
    Si bien dichas conclusiones constituyen un éxito extraordinario e inédito en la región, no cubren todas las potencialidades de las instituciones educativas cubanas que han los estudios de la OREALC-UNESCO nos han revelado.
    Resulta que también al contrastar los rendimientos cognitivos de los educandos cubanos, en las pruebas académicas aplicadas, con un grupo de atributos del funcionamiento de nuestras escuelas (llamados “factores escolares”), y aplicar las novedosas técnicas científicas, que comparé con las de la Ingeniería Genética en un comentario anterior, se pudieron estimar los “efectos escolares netos” que aportan nuestras escuelas al avance del rendimiento cognitivo de sus alumnos.
    Los “efectos escolares netos” resultan de retirar la incidencia del “capital familiar” (recuérdese, el nivel económico y cultural de los padres de los estudiantes) sobre el rendimiento escolar a nivel de estudiante y de institución, en ese proceso de descomposición de varianzas que asemeja una “manipulación celular”.
    El lector comprenderá que la determinación de los factores pedagógicos que expresan con mayor cuantía los “efectos escolares netos” es muy importante para, sobre bases científicas, determinar cómo dirigir eficiente nuestras escuelas.
    Bien, como si no bastaran todos los méritos proporcionados por las instituciones escolares cubanas, anteriormente señalados, cabe decir que nuestras escuelas fueron, a la altura de 2006, las que mayor proporción de “efectos escolares netos” aportaron en la región; exactamente de un 40% en relación con Lectura 3er. grado, 36% en Lectura 6to. grado, 49% en Matemática 3ro., 51% en Matemática 6to. y de un 56% en Ciencias Naturales 6to. grado.
    ¿Qué nos están diciendo estos datos, concretamente?… Bueno, que las escuelas primarias cubanas están dotadas, como ninguna otra en la región latinoamericana y caribeña, de una elevada capacidad para generar procesos de aprendizajes eficientes sobre la base de sus “propias fuerzas”, más allá de los que aportan las familias de los estudiantes (como los elevados niveles de alfabetización y de escolarización de la población cubana adulta, los que han jugado un importante papel en los resultados obtenidos por Cuba, de acuerdo con los hallazgos obtenidos).
    Al mismo tiempo, hacia el interior de esos “efectos escolares netos” se pueden aislar los factores escolares y áulicos que tienen un peso mayor. Es decir, se puede disponer de informaciones aún más precisas sobre cuáles modos de actuación y eventos educativos hacen más eficientes nuestras escuelas; son los llamados “efectos escolares”. Pero de ello hablaremos detenidamente en el siguiente comentario.
    Antes de concluir una buena noticia de última hora. Las estadísticas de Google sobre el Blog “Investigación Educativa”, del cual les hablé en un comentario anterior, están señalando altos niveles de visitas al sitio con esta serie de comentarios que se vienen presentando en la página “Curso 2015-2016: la escuela que viene”, del sitio-Web MESA REDONDA. La mayor cantidad de usuarios visitantes al Blog provienen de Cuba y de los EE.UU.

  • PAUL A. TORRES FERNÁNDEZ dijo:

    ACERCA DE LO INSTRUCTIVO Y LO FORMATIVO EN LA EDUCACIÓN
    Compañeros:
    Tras comentar los extraordinarios resultados académicos de los escolares de Cuba en los estudios regionales de evaluación de la calidad de la educación organizados por el LLECE, de la OREALC-UNESCO, así como las importantes evidencias científicas relacionadas con la actuación profesional de maestros primarios cubanos, reveladas por otras investigaciones pedagógicas que han seguido a aquellos, nos hemos concentrado en los últimos comentarios en el funcionamiento de las instituciones escolares.
    Ya sabemos que la escuela cubana, como ninguna otra en la región, ha probado disponer de una elevada capacidad para contrarrestar el efecto del “capital familiar” y, en consecuencia, potenciar la anhelada “equidad educativa”. Los “efectos escolares netos” atribuibles a la escuela cubana son, asignatura por asignatura, los más elevados de América Latina y el Caribe.
    En este noveno comentario nuestro sobre el tema, el penúltimo estimado, prometimos concentrarnos en los “factores escolares” que mayor impacto logran en las escuelas cubanas. Esto es, aquellos modos de actuación y eventos educativos de mayor nivel de incidencia en la notoria cuantía de los “efectos escolares netos” de Cuba.
    Ha sido una extraordinaria casualidad que en la última emisión televisiva de la MESA REDONDA, del pasado viernes 11 de septiembre, se tratara el tema de los modales de las nuevas generaciones de cubanos. Mis colegas, la Doctora en Ciencias Nancy Chacón, y las Doctoras en Pedagogía Silvia Castillo y Keyla Estévez, no solo coincidieron en puntualizar la responsabilidad básica de la familia en la formación de los buenos modales, sino también en el permanente desvelo de la Educación Cubana por consolidarlos.
    Y es que precisamente este producto de la labor formativa del hogar, como mismo de la escuela y de la sociedad toda, guarda una estrecha relación con el “factor escolar” que ha probado ser el que mejor explica las variaciones de los resultados cognitivos de los estudiantes en las pruebas académicas aplicadas, reiteradamente. En efecto, “el clima escolar”, que es como técnicamente se le nombra al sistema de relaciones inter-personales que se establece en el marco del proceso educativo escolarizado, impactaba al aprendizaje, en el estudio regional de 1997, con una intensidad mayor que la suma de los efectos de los otros “factores escolares” considerados, juntos. Algo realmente asombroso.
    En el Informe Técnico de ese primer estudio regional del LLECE se señala exactamente (pp.105-106): “En las escuelas en las cuales los alumnos se llevan bien con sus compañeros, no hay peleas, donde hay un clima armonioso, no hay interrupciones en las clases, los alumnos alcanzan entre 92 y 115 puntos por sobre aquellas escuelas donde ello no ocurre” (la escala utilizada en el LLECE no está acotada en los 100 puntos).
    El “clima escolar” siguió siendo en el estudio regional de 2006 el de mayor nivel explicativo de las diferencias entre las puntuaciones de los escolares cubanos, en todas las áreas curriculares exploradas, y estuvo entre los más destacados de la investigación nacional realizada en el 2007, también referida con anterioridad.
    Entre otras cosas, estos hallazgos de la investigación educativa subrayan la importancia de la unidad dialéctica que debiera ser considerada entre la labor formativa y la instructiva en la escuela. Si bien cada una de ellas tiene sus métodos propios y un predominio en el proceso docente o en el extra-docente, según el caso, no hay dudas de que “se instruye educando y se educa instruyendo”. Armonizar bien ambos procesos es esencial para el éxito escolar.
    Concluiremos con el próximo comentario.

  • oscar/Mesa Redonda dijo:

    Buenas tardes, Paul. Hemos publicado todos sus comentarios; le pedimos disculpa por no haberlos colocados con anterioridad, el sitio presentaba algunos fallos técnicos y algunos mensajes iban directo a la papelera al ser marcados como spam por el sistema.

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