Hacia la diversificación se encamina la producción de derivados de la caña de azúcar, una historia de varias décadas.

Por Manuel Alejandro Hernández Barrios

Fotos: Roberto Garaicoa

Emisión: 11/04/2017

La producción de derivados de la caña de azúcar es un asunto relevante para el desarrollo de la nación. Sobre el estado, la recuperación y las perspectivas de ese tipo de producción en el país abordó el espacio televisivo Mesa Redonda de este jueves 11 de mayo.

Hacia la diversificación se encamina la producción de derivados de la caña de azúcar, una historia de varias décadas. El ingeniero Carlos González Abreu, jefe del Grupo de Derivados de AZCUBA explicó que “la producción azucarera desde su cosecha hasta su proceso industrial origina subproductos que constituyen materias primas que son factibles para ser convertidas en productos para la comercialización. Una tonelada métrica de caña puede dar unos 120 kilogramos (Kg) de azúcar, 38 Kg de miel, 36 Kg de cachaza, 60 Kg de paja y ojo, 100 Kg de cogollo, y 250 Kg de bagazo”.

Sobre lo que sucedía antes del triunfo de la Revolución dijo “existían 35 plantas dedicadas a la producción de alcohol, tableros de bagazo, pulpa, papel, destrama y cera. Cuba era el primer productor de azúcar en el mundo y no poseía una diversificación industrial que le permitiera salir de esa dependencia azucarera, tampoco tenía una industria dedicada a la investigación y desarrollo de los derivados del azúcar”.

Sobre las primeras décadas de industrialización del país cuenta “En 1964 se pone en marcha la planta Ciro Redondo en Ciego de Ávila, la primera en el país de su tipo. Así comienza el proceso de expansión de los derivados de la caña de azúcar. En 1991 se contaba con 350 plantas de derivados, de ellas el 80 % se dedicaba a la alimentación animal. Diez veces más plantas que las existentes antes de 1959. Y ya desde 1963 existía en Instituto de Investigaciones de los Derivados de la Caña de Azúcar, inaugurado por Ernesto Guevara.

“Luego del redimensionamiento gran cantidad de plantas de este tipo quedan desactivadas, fundamentalmente aquellas dedicadas a la alimentación animal. Se mantuvieron trabajando las plantas de alcohol, las de torula, de tablero de bagazo, de glucosa, de sorbitol, rones y licores, caramelos y las de dióxido de carbono.

“A partir del incremento cañero que se viene experimentando desde hace más de un lustro se vuelve a revitalizar la industria. Hoy existen más de 130 fábricas. El 70 % se dedica a la alimentación animal. Se caracteriza por ser una industria flexible y por tener una variedad en el surtido de sus producciones. Tenemos 12 destilerías, 4 plantas recuperadoras de CO2, 12 fábricas de rones, tres plantas de tablero de bagazo, dos de glucosa, una de sorbitol, dos de fitomas, una de caramelo, una de cera refinada, una de bio-fertilizante, 11 recuperadoras de levadura procedente de la fermentación alcohólica, cuatro de levadura torula, 46 plantas de miel urea, 11 de alimentos ensilados para cerdos, 12 de bloques nutricionales.

“Los ingenios se autoabastecen con la energía eléctrica que producen, y además entregan a la red. Lo que convierte a esta industria en la única que aporta energía renovable en el país.

“En los últimos cinco años ha crecido 1,5 veces la producción de alcohol. Se ha disminuido el consumo de miel y combustible, por tanto, se reducen los costos de producción. Estamos enfrascados en un programa de crecimiento en las destilerías. Debemos crecer en un 150 % de lo que tenemos hasta ahora. Hemos logrado mejorar la calidad de purificación del CO2, del que hacemos 1,6 veces más que en 2011. Hoy se hace el doble de lo que se hacía en 2011 en cuanto a tableros de bagazo, que era una producción deprimida.

“Pusimos en marcha una planta de cera de caña que hacía 20 años estaba parada en Majibacoa, la cual produce materia prima para fármacos, fundamentalmente el PPG. Se ha duplicado la capacidad de producción de Fitomas que cubre la demanda nacional y puede iniciarse en la exportación.

“Hoy contamos con 46 plantas de producción de miel urea bagacillo, de 11 con las que contábamos en 2010. Se multiplicó por 20 la producción de 2011 respecto a la de 2016. Nos quedan plantas por hacer para que en todos los ingenios de Cuba existan plantas de este tipo.

“La producción de alimento ensilado es de nuevo tipo en el país, y obtuvo el premio a la innovación tecnológica, y premio especial para la integración, ambos otorgados por el CITMA en 2016. Se montaron 12 plantas para la masa porcina junto con otras 12 plantas de bloque multinutricional para la producción de la masa alimenticia ganadera”.

La caña es más que azúcar

La producción de derivados del azúcar llega más a diversos sectores de nuestra sociedad. Respecto a los principales destinos de comercialización de la caña de azúcar y el desarrollo alcanzado en ese sentido, el master en ciencias Héctor Companioni Echemendia, director general de TECNOAZUCAR refirió que “en el proceso de comercialización la caña es más que azúcar. Hoy participamos en sectores de la economía cubana como los únicos productores de tipos de materia prima. Ofertamos productos que hoy están en la red minorista de comercio en el turismo, y por su calidad son también exportables.

“Somos uno de los cuatro países en la región de América Latina que producimos azúcar orgánica. Tenemos el azúcar refino A estándar o de alta calidad, que utilizan Los Portales S.A., Coracan, o la cervecería Bucanero S.A. También tenemos la azúcar lustre para repostería. En todos los hoteles del país tenemos incluida la mini dosis de azúcar. Nos preparamos para entregar el azúcar en cubitos o en dados, que es una de las exigencias del mercado internacional.

“Suministramos el alcohol de las empresas Cubaron S.A. y Havana Club Internacional S.A. Hoy contamos con cuatro sistemas de aguardientes, certificados por las exigencias de la calidad del ron cubano. También le entregamos alcohol a la empresa Suchel de perfumería. A Salud Pública le entregaos alcohol para la elaboración de productos farmacéuticos. En las Tiendas Recaudadoras de Divisas podemos encontrar el alcohol antibacterial.

“Comenzamos las exportaciones de alcohol en el año 2000. Antes de la Revolución Energética la cocina cubana consumía un millón de litros de alcohol, y en la actualidad solo consume 160 litros. Ese alcohol que se ahorró se certificó y se reelaboró en otra calidad para convertirlo en un rublo exportable. Nuestra industria es más flexible y menos contaminante. Antes comercializábamos 167 trenes de mieles, hoy hacemos ese mismo comercio con solo 42 trenes de alcohol.

“Somos altos consumidores de nuestro propio alcohol, el cual destinamos para la producción de Mulata, Santero y Vigía. Marcas registradas en más de 50 países. Presentes en mercados de Asia, Europa y en América Latina. Nuestras cinco roneras cuentan con la certificación para la exportación. Hemos llegado al añejo 25 años Mulata. Tenemos en proyecto llevar a exportación tres nuevas marcas, el Conde de Cuba, Vacilón, y Santísima Trinidad que es una nueva marca.

“Hace 15 años solo teníamos un surtido de caramelos. Hoy contamos con más de 38 surtidos en caramelos Taguarí y Chico chico. Tenemos en proyecto y en proceso de certificación una línea de caramelos blandos y de caramelo bastón”.

La caña, un producto extraordinario

El desarrollo de los derivados de la caña de azúcar no está solo vinculado al aumento de producción o a la apertura de plantas, sino que también tuvo desde el principio el aporte de la ciencia. Sobre el papel de las investigaciones científicas y sus aportes a al desarrollo comentado durante la Mesa Redonda, el ingeniero Arodis Caballero Núñez, director general del ICIDCA, expresó que “el ICIDCA fue creado hace 54 años por iniciativa de Ernesto Guevara y del Comandante en Jefe. El instituto acompaña a la producción desde la generación del nuevo conocimiento, la conformación de la tecnología, hasta la asesoría en puestas en marcha y la certificación de calidad.

“En un primer instante la caña deriva 8 primeros productos, los cuales conforman materias primas de otros procesos, a través de la aplicación de tecnologías más complejas. Es el caso de la miel, que a través de la aplicación de procesos tecnológicos se puede obtener de ella alcohol, levadura, CO2. Del alcohol podemos llegar hasta la producción de plásticos.

“En los años ´80 la industria cubana de derivados era una de las más diversificadas del mundo. Ahora somos una empresa científica. Contamos con cuatro plantas productoras, una de Fitomás, otra de fermentación, producimos el ron Vigía de categoría Premium, y otra de síntesis química.

“El ICIDCA también presta servicios. Contamos con tres sedes en las provincias de Villa Clara, Camagüey y Holguín. Tenemos tres laboratorios acreditados para la certificación de productos, uno para la certificación de azúcar y mieles, uno para los análisis de alcoholes y rones, y uno en materia de agua y residuales.

“Tenemos alianzas con centros científicos y universidades del país que nos permite obtener derivados de cuarta y de quinta generación. Además, nos adentramos en la línea de la biotecnología y la producción de enzimas. Tenemos en desarrollo tres enzimas de altos beneficios.

“En 2016 uno de nuestros doctorados fue premiado por el gremio científico, realizado en coordinación con la universidad de Matanzas. Más de la mitad de nuestros trabajadores investiga. Tenemos 33 proyectos nacionales, cuatro proyectos empresariales, cinco proyectos internacionales. Tenemos convenios con universidades y centros de investigaciones de Brasil, de México, de China.

“Tenemos presencia en la certificación de la calidad de los productos de la zafra azucarera. Tenemos presencia permanente en los centrales.

“Hemos llegado a realizar la 14 edición del Congreso de Diversificación, que tiene lugar cada dos años. Incluye una Feria Comercial y un Foro de Negocios, además de las secciones científicas. El venidero se realizará del 26 al 30 de junio en PABEXPO. Es una excelente oportunidad para que se conozca la cartera de nuestros productos”.

La misma importancia del azúcar para sus derivados

El ingeniero Carlos González Abreu, jefe del Grupo de Derivados de AZCUBA completó respecto al desarrollo futuro del campo de los derivados de la caña de azúcar que “la proyección está encaminada sobre inversiones, y también la tenemos abierta a la inversión a la inversión extranjera. Nuestras destilerías, el programa de glucosa-sorbitol, el mejoramiento y desarrollo de las plantas de tableros de bagazo, están abiertos a la inversión extranjera. Tenemos previstas cuatro nuevas roneras que están en la cartera de productos para la inversión extranjera.

“Nos queda mucho por hacer, abrir nuevas capacidades, incorporar nuevas producciones, nuevas tecnologías, tenemos que ser más eficientes. Queremos ampliar la gama de productos en aras de buscar nuevos mercados. No tenemos duda de que un día los derivados del azúcar tendrán tanta importancia para la economía nacional como la que hoy tiene la misma azúcar.