La Unión Europea compromete su futuro
La crisis tiene rostro, aunque los decisores sigan encorbatados defendiendo a las minorías celosas de sus estados financieros. La crisis tiene rostro y no se reduce a las cifras, aunque estas, tan alarmantes, nos coloquen frente a picadas sensibles. La crisis tiene rostro y puede verse en las calles, en las escenas que discurren cotidianamente en las plazas europeas, porque el modelo de bienestar social parece haber alcanzado sus límites.