El comienzo de semana repleta siempre las agendas de noticias con titulares diversos que nacen desde cualquier punto del planeta. Por ello, la emisión de los lunes de la Mesa Redonda se pone cada siete días ante la encrucijada de cuáles temas tratar para, en una hora, llenar de argumentos los sucesos más importantes.

Venezuela sigue llenando titulares en América. De un lado, una nación que batalla y se mantiene en las calles defendiendo su Revolución; del otro, un presidente sin banda presidencial pero con muchos padrinos imperiales.

Los primeros días de mayo son jornadas para la solidaridad, la unidad y la concertación de posiciones. Al menos así ha sido durante muchos en Cuba, lugar donde cientos de trabajadores, sindicalistas y luchadores sociales se reúnen para compartir con los cubanos la fiesta del proletariado.

Abril, en Venezuela, despierta heroicidades. Así fue aquel cuarto mes del año 2002 cuando el pueblo venezolano trajo de vuelta a su líder, el Comandante Hugo Chávez, hasta el palacio de Miraflores, luego de un fallido golpe de Estado que pretendió descabezar a la Revolución Bolivariana. Desde entonces abril impulsa a la unidad de los chavistas.

Brasil y Venezuela al debate en la Mesa Redonda. Las líneas de trabajo del gobierno de Nicolás Maduro sobre la situación actual, así como las acciones con el autoproclamado Juan Guaidó y sobre Brasil la realidad en la que se encuentra ese país con el gobierno de Jair Bolsonaro.

Es una vergüenza que la comunidad internacional, las organizaciones internacionales, todavía no colaboran lo suficiente para exigir y lograr de alguna manera que se detenga el conflicto en el que Estados Unidos entró sin ser invitado bajo el pretexto de lucha contra el terrorismo en Siria.