El cineasta Michael Moore denunció hoy que la muerte del líder de la red terrorista Al Qaeda, Osama bin Laden, en una operación de las fuerzas especiales de Estados Unidos, fue una “ejecución” y lamentó las celebraciones que hubo en EE.UU. “No creo que Jesús fuera a la ‘zona cero’ con botellas de champán como hizo mucha gente el domingo” para celebrar la muerte de Bin Laden, dijo Moore, conocido por documentales críticos con la política de Washington como “Bowling for Columbine” y “Farenheit 9/11”.

Un grupo de trabajadores entró el jueves en el edificio del reactor número uno de la planta nuclear japonesa de Fukushima Daiichi por primera vez desde que una explosión de hidrógeno destrozó su techo un día después del devastador terremoto y tsunami de marzo. Los altos niveles de radiación detectados dentro del edificio habían impedido que el personal entrara para reparar sus sistemas de refrigeración y poner bajo control la planta, un proceso que el operador Tokyo Electric Power (TEPCO) ha dicho que podría durar todo un año.

El Grupo de Contacto sobre Libia, integrado por 22 países de la OTAN, acordó hoy aquí crear un fondo especial para financiar las actividades de los opositores al gobierno de Muamar el Gadafi. Esa decisión forma parte del documento conclusivo de la tercera reunión del grupo, donde participaron los ministros de Exteriores de esos estados y seis entidades internacionales o regionales, entre ellas la Organización de la Conferencia Islámica y el Banco Mundial.

El gobierno paquistaní sostiene que advirtió a la inteligencia estadounidense hace alrededor de dos años sobre la existencia del complejo donde murió Bin Laden. En una declaración, el Ministro de Relaciones Exteriores de Pakistán dijo que habían compartido inteligencia con la CIA sobre el complejo desde 2009. La declaración afirma: “El hecho es que este lugar en particular fue señalado por nuestra inteligencia a la inteligencia estadounidense ya hace bastante tiempo”.

El militar de los Navy Seals que, supuestamente, asesinó a Osama Bin Laden será condecorado en secreto y su identidad permanecerá en el anonimato por razones de seguridad, según medios estadounidenses. La opinión publica estadounidense se pregunta estos días quién es el soldado de élite que disparó contra el terrorista más peligroso del mundo.

La guerra en Libia desde el comienzo de la operación internacional el pasado 19 de marzo ya le ha costado a Francia 50 millones de euros, y de seguir así las cosas al cabo de tres meses de bombardeos se llegará a 100 millones y a 200 en seis meses, publicó hoy “Les Echos”. Las cifras las ofreció el martes a los parlamentarios de la comisión de Defensa en una comparecencia el ministro francés de esta cartera, Gérard Longuet, señaló el periódico económico, que dio el detalle de los gastos.