El Petro, criptomonedas, geopolítica y sanciones gringas
A grandes males, grandes soluciones. Ese podría ser el refrán que anteceda a la puesta en circulación por Venezuela de su criptomoneda, el Petro: la apuesta del Gobierno bolivariano para cumplir con sus compromisos internacionales y que el país siga caminando a pesar de las sanciones de la administración de Donald Trump, que buscan ser el tranque final de una crisis dada por la caída de los precios del petróleo, el desabastecimiento y la especulación desatados por el empresariado derechista, y, pese a todo, la necesidad del Estado de mantener la atención social que caracteriza al modelo, con las consecuentes erogaciones.