Un informe conjunto de la Misión de Asistencia de Naciones Unidas en ese país (UNAMA) y la Comisión Independiente de Derechos Humanos de Afganistán señala que el año pasado fallecieron 2,777 personas por causa del conflicto, un aumento del 15 % con respecto al período anterior.

Al menos 12 civiles murieron y otros cinco resultaron heridos, tras explotar una bomba caminera a su paso por un distrito del suroriente de Afganistán, confirmaron hoy autoridades regionales. Según el gobierno de la provincia de Paktika, fronteriza con Paquistán, las víctimas viajaban en un vehículo cuando se registró el estallido, que causó heridas a otras cinco personas.

La Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad (FIAS) dirigida por la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) aceptó la responsabilidad de la muerte de nueve niños afganos a consecuencia de un ataque aéreo en la provincia de Kunar, este de Afganistán, y se disculpó por el hecho, dijo la alianza el día 2 en un comunicado.

Me preguntan en el mismo día en que están ocurriendo los hechos mi opinión de lo que ha pasado con el General Stanley A. McChrystal, Jefe de la Tropas de Ocupación de los EE.UU. en Afganistán. Empecemos porque considero que nada de lo ocurrido es casualidad, ni un descuido, ni habilidad periodística de la Revista Rolling Stone.

Organizaciones defensoras de los veteranos estadounidenses de guerra tocan hoy a las puertas del Capitolio en busca de facilidades de empleo para quienes sirvieron al país en Iraq y Afganistán. Ex combatientes y sus representantes legales se quejan de que el gobierno los echa a un lado cuando regresan de servir al país y tienen que cambiar las armas por las estrategias de lucha en el mercado laboral.

Hace más de siete años murió un hombre en una prisión secreta que la CIA creó en Afganistán tras los ataques del 11 de septiembre. Aunque se sabe poco sobre la muerte del hombre, The Associated Press ha descubierto su nombre y nuevos detalles sobre su captura en Pakistán y su encarcelamiento.