En plena crisis del euro, donde según las calificadoras ninguna medida parece dar resultado para encausar la economía, los ánimos se van exasperando y aparecen las divisiones en Europa. En ese contexto se está dando una insólita “guerra de declaraciones” entre Gran Bretaña y Francia, que demuestra los rencores que despertaron los británicos cuando en un acto de arrogancia conservadora rechazaron el pacto fiscal de Bruselas. A esto se suma la antipatía y discrepancias profundas que mantienen los mandatarios de ambos países, David Cameron y Nicolas Sarkozy, aunque en público lo oculten.

La mayoría de estadounidenses considera que el presidente Barack Obama merece concluir solamente un mandato al frente de la Casa Blanca, según reflejó hoy una encuesta de opinión nacional. El sondeo encontró que un 52 por ciento de los adultos consultados cree que el mandatario demócrata debería abandonar la mansión ejecutiva en 2013, mientras que un 43 por ciento opina que merece otro término en la Oficina Oval.

La mayoría de los principales periódicos italianos quedaron hoy en el tintero a causa de la huelga de tres horas convocadas la víspera por los sindicatos, pero que los tipógrafos decidieron continuarla toda la jornada. Entre los diarios que este martes están fuera de circulación figura el Corriere della Sera, La Repubblica y La Stampa, así como el económico Il Sole 24 ore y el rotativo de información deportiva Gazzetta dello Sport.

La negativa de Gran Bretaña de formar parte del pacto fiscal inter-gubernamental de la Unión Europea, centró el intercambio de la Mesa Redonda de este lunes. De esa manera 26 naciones de la Unión se acogen a un grupo de macro ajustes que exigen máxima austeridad, dirigidos contra los sistemas de seguridad social. En la Cumbre, que tuvo lugar en Bruselas, no se habló del desempleo, ni las necesidades sociales, razones por las que los indignados reclaman en las calles del viejo continente.

Una decepción ha sucedido a la borrachera de expectativas del pasado viernes. Una vez desmenuzados los pormenores del acuerdo europeo, del que sólo se apartó el Reino Unido, los temores volvieron este lunes a los mercados. El Ibex sufrió su mayor pérdida desde noviembre, un 3,11 por ciento que lo situó por debajo de los 3.400 puntos básicos. La tónica fue similar en el resto del ‘viejo continente’ y cruzó el Atlántico hasta Estados Unidos. Con el miedo volvió también la tensión a las primas de riesgo. La española cerró en 377 enteros después de haber alcanzado los 400, y la italiana clausuró la sesión en 500.

La reciente cumbre en Bruselas mostró ciertas grietas en la fortaleza del Viejo Continente. El Reino Unido renunció a la propuesta de Francia y Alemania de reformar el Tratado europeo imponiendo un control más rígido de los presupuestos. Por enérgicas que sean estas medidas, en la opinión de varios economistas son demasiado tardías para cambiar significativamente la situación. Así Arjo Klamer, catedrático de economía de la Universidad Erasmus de Róterdam, opina que “tomará años llevar a cabo estas enmiendas, porque todos los integrantes tendrán que aprobarlas y ya no serán oportunas para afrontar la crisis”. El Viejo Continente está esforzándose para mantener a flote la economía. Sin embargo, entra en el nuevo año con viejos problemas. Y aunque hay tiempo para evitar el desastre financiero, es muy poco probable que los ciudadanos sean capaces de arrastrar eternamente las consecuencias de las decisiones que toman sus dirigentes.