Septiembre de horizontes nuevos
Septiembre tras septiembre hay cosas que nunca cambian. Se me ocurre pensar entonces en el siempre bien recibido “todo está garantizado” que respaldan los montones de libros que, desde mucho antes, esperan en almacenes; la magia de la costurera para sacar a mamá de apuros con la enorme talla de uniforme que alcanzó, o el esfuerzo familiar para agenciarse un par de zapatos o una mochila a la altura de la ocasión.