Biografía de la injusticia
Quince años después la realidad no es la misma, porque los ribetes son más dolorosos. René, para regresar a los suyos, tuvo que estar marcado por la muerte de su padre. Gerardo sigue tras los barrotes abandonando la idea de tener descendencia. A Tony lo martilla la tristeza de que a su madre no le alcance la vida para esperarlo. Ramón tiene las rodillas enfermas y en su casa duele hondo que algún día pueda ver a su Patria desde la altura de una silla de ruedas. Y a Fernando sus novias (su madre y Rosa Aurora) se le están poniendo viejas de tanta soledad.