El bloqueo, los fondos para la subversión y el terrorismo son tres elementos en los que se mueve la industria del mal en la Florida, como se ha calificado a los grupos e individuos de la contrarrevolución anticubana, los que se sienten respaldados por el gobierno de Estados Unidos, que sigue con la política contra Cuba practicada por todas las administraciones de Washington.
La actual de Barack Obama ha dedicado más fondos que las administraciones de George W. Bush y Bill Clinton para promover la subversión en la Isla. Todo vale contra Cuba, atacan al país desde cualquier ángulo, y continúan empeñados en tratar de derrocar al gobierno legítimo de la Isla, que se empeñan en no reconocer. Recientemente, la secretaria de Estado Hillary Clinton dijo que había que cambiar el régimen en Cuba y escalar las agresiones.
Y en esa cruzada, los congresistas de la mafia anticubana llevan a cabo acciones para un mayor acoso, entre ellas la presentación de legislaciones que nos afecten, como es el caso de David Mauricio Rivera.