El Regalo de Vijay a los Estados Unidos
Para muchos de nosotros norteamericanos, los nombres de lugares y personalidades extranjeros son difíciles hasta the pronunciar. ¿Phnom Penh? ¿Sri-Lanka? ¿Príncipe Bandar? ¿Qué es ésto? ¿Quién es ése? Cuando aparecen por un instante en nuestras pantallas de televisión, o cuando suenan de pasada por las ondas de radio, rápidamente los hacemos desaparecer como si fueran moscas. “Condenados extranjeros”, nos decimos entrediendes, mientras tratamos de volvernos a cobijar en nuestros destrozados sueños norteamericanos.