Educación Superior bajo la lupa

Por Yailin Orta Rivera, especial para la Mesa Redonda

Fotos de Roberto Garaicoa

Solo un uno por ciento del más de un millón de graduados universitarios que ha formado el país después de 1959, ostentan la categoría científica de doctores y un 9 por ciento, la de máster. A partir de estas cifras, el Ministerio de Educación Superior (MES) alerta de la necesidad de que los organismos de la producción y los servicios tomen mayor conciencia de la importancia de la recalificación y actualización de los saberes de los trabajadores que poseen este nivel de enseñanza.

“La universidad cubana tiene un diseño de múltiples programas que se ajustan a las diversas necesidades que pueden tener los organismos, de forma tal que esta es una institución que siempre va a tener las puertas abiertas para el aprendizaje de quien lo desee. Además, se ha ubicado entre nuestras principales estrategias impulsar más la formación posgraduada (en el último período se han formado anualmente unos 270 doctores), por los beneficios que tiene en el desarrollo de la nación”, explicó Osvaldo Balmaseda, director de Educación de Posgrado en el MES.

Osvaldo Balmaseda, al argumentar sobre las maneras de formación postgradual, precisó que tiene dos vertientes, una dedicada a la superación profesional (cursos, entrenamientos y diplomados) y otra a la educación académica de postgrado (especialidad, maestría y doctorado).

Aurora Fernández, viceministra de esta cartera, añadió que debe lograrse también mayor coherencia entre los múltiples sectores y la Universidad Cubana, de forma tal que sea consecuente la formación de los profesionales y que las investigaciones que se realicen tengan una materialización en la práctica. Entre los ministerios conscientes del peso de esta realidad, mencionó al de Energía y Minas, al de la Construcción y al de la Agricultura.

Sobre el aporte del MES en la preparación y superación de los cuadros del Estado y el Gobierno, puntualizó que ya se han graduado unos 6 192 después de que se inaugurara, hace dos años, la Escuela de Cuadros.

Marisol González, directora de Ciencia y Tecnología en este organismo, especificó que la actividad en esta esfera se potencia buscando una mayor intencionalidad, para que lo que se investigue y los paquetes tecnológicos que se generen, estén ajustados a los mayores imperativos del desarrollo del país.

Entre los logros refirió el estudio hecho por la Universidad de Matanzas para evitar en alguna medida los efectos nocivos de la corrosión. También en la Universidad de Camagüey se creó un sistema de moldes metálicos para la construcción de viviendas con mayor agilidad. La Universidad de La Habana, dijo, realizó un producto que tiene un gran impacto en la mejora del arroz y los diversos centros de estudios están actualmente proyectando nuevas investigaciones que canalizarán varias necesidades.

La directiva enfatizó que hay que lograr que en los 123 centros universitarios municipales sea más fuerte la participación de sus estudiantes y claustro en general en la gestión del desarrollo local, y en el asesoramiento de la planeación estratégica de los gobiernos. “Solo en diez municipios observamos que existe un camino provechoso en este sentido”.

Miriam Alpízar, viceministra del MES, hizo referencia a la situación financiera y disponibilidad de los recursos en este trascendental organismo. “En este sector el país invierte el 7,7 por ciento de su presupuesto, lo que asciende a más de 2 300 millones de pesos. Una parte de ese dinero se dedica a gastos corrientes que a veces no percibimos en toda su magnitud, como es la garantía salarial y el estipendio estudiantil”.

Entre los mayores problemas que afrontan, citó el de la infraestructura constructiva, ya que muchas de nuestras universidades tienen más de 30 años, y los mantenimientos han sido insuficientes. “También hay una situación desfavorable en el equipamiento, sobre todo en las computadoras, de las cuales el 25 por ciento están rotas. Por ello este año se ha priorizado este programa. Entre los problemas, que su total solución implican desembolsos millonarios, se encuentran los equipos de clima, de generación de vapor, los equipos de cocción… cuya vitalidad no es la óptima. La restauración de todo esto implicaría un gasto de unos 20 millones, sin contar los diez millones que se han invertido en el sector”.

La Mesa Redonda continuó con el tema sobre la Educación Superior Cubana.

Aurora Fernández, viceministra de esta cartera, añadió que debe lograrse también mayor coherencia entre los múltiples sectores y la Universidad Cubana.

Marisol González, directora de Ciencia y Tecnología en este organismo, enfatizó que hay que lograr que en los 123 centros universitarios municipales sea más fuerte la participación de sus estudiantes y claustro en general en la gestión del desarrollo local.

Miriam Alpízar, viceministra del MES, hizo referencia a la situación financiera y disponibilidad de los recursos en este trascendental organismo.

Osvaldo Balmaseda, director de Educación de Posgrado en el MES, explicó “La universidad cubana tiene un diseño de múltiples programas que se ajustan a las diversas necesidades que pueden tener los organismos”.

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