Envases y embalajes en Cuba, apuntes necesarios

Por Yailin Orta Rivera, especial para la Mesa Redonda

Fotos de Roberto Garaicoa

La Industria cubana de Envases y Embalajes no satisface la demanda que existe en el país, por lo que el mayor por ciento de los que se emplean debe ser importado cada caño. Revertir esa realidad es el propósito fundamental que persigue la política trazada para el despegue coherente de este sector.

Adriana Barceló, del Ministerio de Industrias, siguiendo el curso de las interrogantes formuladas por diversos seguidores de la Mesa Redonda, puntualizó que se pretenden crear líneas tecnológicas que permitan la elaboración de envases de pequeño formato.

Sobre los de tipo flexible, que se obtienen a partir del plástico, argumentó que en la Zona Especial de Desarrollo de Mariel se creará una industria con este objetivo, y en estos momentos, entre otros elementos, se definen los formatos de líneas de envasado.

Para Iris Quiñones, viceministra de la Alimentaria, lo que se haga en la Industria de Envases y Embalajes nunca será suficiente si no está acompañado de la recuperación de las líneas de conservación de la Alimentaria, que es la mayor demandante de estos productos en el país.

Precisó igualmente, ante el reclamo de una televidente, que la tecnología que tiene la industria hoy de conservas y vegetales es obsoleta para garantizar todos los envases que se requieren. “No tenemos las máquinas tapadoras de latas, al igual que más del 30 por ciento de la maquinaria de esta industria que tenemos por ejemplo en Holguín de producción de latas es de mediados del siglo pasado. Y aunque son máquinas resistentes, ya hoy en el mundo no se fabrican las piezas de repuesto que garantizan un poco más su vitalidad”.

Para el 2014, dijo, está prevista la importación de los requerimientos para que se puedan elaborar las tapas de las latas, en tanto, se busca la solución definitiva para que sea más accesible para la población el puré de tomate, como otros productos, de forma tal que no tengan que comprarlo siempre en un mayor formato.

Ante algunas inquietudes de los seguidores de este espacio, igualmente argumentó que el material del envase flexible (de nylon) del aceite es importado. “Esta fue una alternativa que se incorporó en el año 2009 para buscar una variante en un precio más bajo al que se ofertaba en los pomos plásticos. No existía una experiencia en el país con este tipo de envasado, y entonces se pensó en esa alternativa. Las problemáticas que se dieron con estos envases, en materia de roturas, ya fueron resueltas, pero aún nos queda pendiente la manipulación en toda la red logística. Cuando se incumple con ello, y en una caja se revienta una bolsa, esto genera que las otras se contaminen, y si no tenemos cuidado y le vendemos al consumidor el envase embarrado, va a creer que su envase se está saliendo. Hoy el problema no está en el envase, sino en el incumplimiento de las normas para la manipulación. Pero cuando un producto alimenticio tiene en un principio una mala imagen, demora después que regrese esa confianza”.

Adriana Barceló explicó que la recuperación de los envases de los huevos es la misma que existe en todo el país, por la vía de materia prima, en la que se adquieren y valoran como papel y cartón. “Estas bandejas no deben reutilizarse por lo que fijan las normas internacionales sanitarias”.

Bárbara Acosta, viceministra del Comercio Interior, destacó que en la red de comercio la mayoría de los productos se venden aún a granel, y en el caso de la canasta familiar normada se le ha dado prioridad a la sal y al café, y se están haciendo esfuerzos para vender el aceite envasado. “En la red minorista de los Mercados Ideales, puntualizó, sí hay una nomenclatura mayor de productos que tienen esta mejor factura: las galletas, los fideos…”

Para que la población tenga una alternativa frente a estos productos a granel, destacó, se previó que en todos los locales de la red del comercio se vendan jabas de nylon a un peso, y “si en algunas de estas unidades no sucediera así, es por la mala gestión de su administrador”.

Sobre la calidad de la presentación de los envases y embalajes cubanos, Carmen Gómez, la directora de la Oficina Nacional de Diseño, abordó que no siempre hablar de alta tecnología implica que se garantice un gran diseño. Subrayó que el tema de la etiqueta es muy importante porque cada día los productos deben ofrecer a sus consumidores la mayor confianza y estas son cuestiones que le atañen al diseño. “Acá tenemos una capacidad profesional para satisfacer esas
exigencias”.

Mencionó la experiencia de productores de calzado que han puesto en las cajas la conversión de las tallas, y la bolsa que los acompaña posee toda la información sobre el productor. Pero alertó, como mismo hay ejemplos muy favorables, hay otros en los sectores emergentes de la economía que pudieran ser presas de la ignorancia. Frente a esta realidad hemos decidido instrumentar el Registro nacional de diseño, para que quien realice este ejercicio sean las personas adecuadas y se está conformando igualmente un sistema nacional de evaluación, que permitirá regular esta actividad.

La Mesa Redonda dedicó su emisión a responder las interrogantes de la población respecto a la Industria cubana de Envases y Embalajes.

Adriana Barceló, del Ministerio de Industrias, siguiendo el curso de las interrogantes formuladas por diversos seguidores de la Mesa Redonda, puntualizó que se pretenden crear líneas tecnológicas que permitan la elaboración de envases de pequeño formato.

Para Iris Quiñones, viceministra de la Alimentaria, lo que se haga en la Industria de Envases y Embalajes nunca será suficiente si no está acompañado de la recuperación de las líneas de conservación de la Alimentaria, que es la mayor demandante de estos productos en el país.

Bárbara Acosta, viceministra del Comercio Interior, destacó que en la red de comercio la mayoría de los productos se venden aún a granel, y en el caso de la canasta familiar normada se le ha dado prioridad a la sal y al café, y se están haciendo esfuerzos para vender el aceite envasado.

Sobre la calidad de la presentación de los envases y embalajes cubanos, Carmen Gómez, la directora de la Oficina Nacional de Diseño, abordó que no siempre hablar de alta tecnología implica que se garantice un gran diseño.

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