La cultura tiene un poder emancipatorio (+Fotos y Video)
Por Yailin Orta Rivera, especial para la Mesa Redonda
Fotos: Roberto Garaicoa
¿Cómo anda la programación cultural en el país? ¿Cómo la organizan las instituciones? ¿Qué inversiones se acometen para ampliar los espacios culturales? Sobre estos y otros temas se habló este miércoles en la Mesa Redonda, que contó con la participación de directivos del Ministerio de Cultura y sus Consejos.
María Elena Salgado, viceministra primera del organismo, definió que se trata de un proceso complejo, porque el momento cultural se realiza cuando el público tiene contacto y se imbrica con la obra. Por ello para que se complete este proceso y la obra se realice, hay que tener un diseño coherente en la programación, que tiene que partir de nuestra política cultural.
Sobre la política cultural, a su vez, definió que esta tiene su génesis en Palabras a los intelectuales, aquel intercambio que Fidel tuviera con este sector del pensamiento y la cultura hace casi 55 años, y en el que se precisó que el Gobierno Revolucionario quería la libertad de creación y de acceso a los programas, de la voluntad de institucionalizar la cultura.
Ya en aquel momento, dijo, se habían fundado el Icaic y la imprenta nacional que hizo masivo los clásicos de la literatura, y había sucedido la Campaña de alfabetización. Por lo que se iban creando las condiciones para la formación del movimiento artístico cubano y de las instituciones que le darían cabida a ese movimiento.
“Muy a principios de los 80 se extendió el sistema institucional de la cultura en aras de difundir las obras. Se creó la red de bibliotecas públicas y surgieron los coros, las librerías y las casas de la Cultura, para rescatar y difundir los saberes populares. Se le estaba dando un camino a lo intangible”.
Aquella génesis se fue nutriendo con el tiempo de un potencial muy valioso, con el cual hoy contamos. “Los jóvenes, por ejemplo, hoy tienen un liderazgo marcado en los procesos creativos y están en todos los espacios de nuestra geografía, por lo que queremos acentuar más su visibilidad, y que participen en el rescate de las tradiciones y pongan en el centro de sus actuaciones a las comunidades. Porque seguimos persiguiendo los mismos principios de hace más de medio siglo: formar valores desde el arte y sedimentar más nuestra cultura”.
La alta directiva del Ministerio de Cultura explicó que “tenemos que trabajar en el completamiento de lo que se hace en nuestras casas de cultura, y para que haya un relevo generacional con ideas novedosas que hay que aprovechar. Tampoco se pueden olvidar los grandes referentes en el trabajo cultural como lo son instituciones como Casa de las Américas y la Oficina del Programa Martiano, que tienen una labor fundamental en la búsqueda de los valores enaltecidos de la Patria. Así como hay que seguir inspirándose en la labor de Graziella Pogolotti, Fernando Retamar, Eusebio Leal…”.
Sobre el trabajo con los medios de comunicación, sostuvo que “a veces somos criticados porque en los eventos importantes hay campañas integradoras y después cuando pasan pareciera que no pasa nada, y hay que integrar los elementos y no quedarnos en el facilismo de un spot. Además, los medios tienen que ser espacios que nos ayuden a establecer las jerarquías, porque a veces nos conformamos con la cartelera. A veces tampoco con posterioridad le damos seguimiento a la crítica especializada del hecho artístico, al tiempo que tenemos que ser más intensos en las encuestas y en el conocimiento de los públicos. El mundo moderno tiene una dinámica muy grande y tenemos que acostumbrarnos a tener propuestas atractivas y no darle la espalda a los intereses del público”.
La programación cultural, advirtió, integra a otros organismos. “Tenemos una fuerte presencia de nuestros artistas en las instalaciones de la Gastronomía, del Turismo… Y es una responsabilidad de estas instituciones y de los gobiernos territoriales, que hacen uso del talento artístico, la atención a nuestro talento creativo”.
Igualmente, reconoció, que “tenemos que ser más efectivos y no dilapidar los presupuestos y hacer más con lo que pone el Estado en manos de la Cultura. En eso desempeña un papel muy importante lo que hacen nuestros directivos y las autoridades gubernamentales, para que en cada una de las comunidades y zonas desfavorecidas lleguen propuestas atractivas para esa población”.
Rubén del Valle, presidente del Consejo Nacional de las Artes Plásticas, se detuvo en lo que ha significado la 12 Bienal de La Habana, con la que se propusieron ser coherentes con la política cultural de que el arte no es un patrimonio exclusivo de élites. “Además, hemos sido fieles a los orígenes de este evento, que se propuso la realización entre el arte y los más diversos públicos”.
Según su opinión, uno de los frutos más dulces de la Revolución es la cantidad de artistas que ha formado, como ha reconocido el Comandante en Jefe. “Por eso en la Bienal, desde su concepto curatorial, se buscaba trascender los centros tradicionales de exposición y buscar las microlocalidades como Romerillo, el Parque Trillo, el barrio Colón…
Orlando Vistel, presidente del Instituto Cubano de la Música, describió las grandes fortalezas que tenemos para mantener nuestro patrimonio sonoro: 128 bandas de conciertos y seis sinfónicas, entre otros grandes valores, que se insertan en la vida cotidiana de nuestra gente.
Lo tradicional y lo folclórico, mantuvo, no queremos que caiga en el mercadeo. “Por ello procuramos complementar el sistema de la programación con lo que hacemos desde los centros de música de conciertos y con el plan de giras, que va encaminado a poner referentes de nivel nacional y lograr mecanismos de retroalimentación del talento local de cada uno de los territorios. Toda esta programación, además, se ve coronada por el sistema de eventos y los festivales”.
Hizo énfasis en el Cubadisco, que recientemente culminamos, “que estuvo precedido por más de 20 días por un evento que le llamamos la Gran Isla Coral que canta y que movilizó a todos los aficionados y coros”.
Igualmente, manifestó, debemos darle más visualidad al incipiente movimiento jazzístico y al rescate de la música bailable que estamos haciendo en el afiteatro Mariana Grajales.
En su intervención, ponderó que “nos falta diseñar programaciones para diferentes grupos de edades porque, por ejemplo, no hemos logrado concretar un programa encaminado a rescatar y proyectar una programación para las personas que tengan 60 años y más”.
El Doctor Noel Bonilla, especialista del Consejo Nacional de las Artes Escénicas, añadió que la Bienal de La Habana es un ejercicio intencionado e inclusivo, que procura un gran nivel de participación sin renunciar a las jerarquías.
También puntualizó que el 90 por ciento de los teatros están subordinados al Consejo Nacional de las Artes Escénicas, y que la estrategia debe ir encaminada a que el artista tiene que responder a los intereses plurales y seducir a un espectador cada día más aprehensivo.
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