Cuba, país de ciencia (+ Fotos y Video)
Fotos: Roberto Garaicoa
Por Yailin Orta Rivera, especial para la Mesa Redonda
Por su trascendencia en la concreción exitosa de procesos, por las posibilidades que ofrece de aumentar la eficiencia y en la búsqueda de nuevas alternativas, así como en la mejoría de la producción y los servicios, regresó el tema de la ciencia cubana, realizaciones y desafíos, a la Mesa Redonda de este jueves después de que los panelistas plantearan las políticas de este sector en la edición del martes.
Directivos del Citma y de reconocidas instituciones del país comparecieron además para responder a las opiniones e interrogantes de la población sobre el desarrollo científico de Cuba, sus resultados y retos.
El máster en Ciencias José Fidel Santana, viceministro del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, ahondó en que el nivel de financiamiento que tiene el país para este sector tiene la particularidad de que en los registros oficiales está planteado como el 0,03 por ciento del PIB, sin embargo, en este cálculo no se refleja todo lo que a ello se destina, porque en los momentos actuales los criterios de registro de la contabilidad diferencian lo que se dedica a la ciencia, la tecnología y la innovación. De tal modo, estamos trabajando en unificar esos registros.
“Por ejemplo, hay una distribución de gastos en diferentes organismos que se dedican a la innovación y ello aparece registrado como otros gastos. Debemos lograr identificar los indicadores que nos permitan compararnos con veracidad con otros países en esta contabilidad”.
No obstante a esto, manifestó que hay que seguir trabajando para que el sector empresarial incremente su actividad de innovación en función del desarrollo. “Es importante que el empresariado se acerque a los centros de investigación si quieren que sus organizaciones avancen. Sin ciencia y sin desarrollo no hay manera en que se pueda hacer algo correcto. Hay que aumentar la cultura innovadora en los empresarios para que impacten la gestión de las organizaciones que dirigen”.
Reconoció que es un tema complejo la solución de la inserción de las entidades científicas, las universidades y la empresa, lo cual transita por la identificación de una cadena productiva y de una cadena de valor que no necesariamente asegura que el dinero que se realiza al final se revierta en un incentivo a los trabajadores de la ciencia. “Los aportes científicos hoy pueden impactar esas cadenas productivas, pero no hemos logrado que esas ganancias que perciben las entidades beneficien también a las instituciones de la ciencia”.
Sobre las transformaciones que hoy se despliegan en el ramo, explicó que existe la percepción de que se dilatan en el tiempo, pero ello obedece a que se trata de un proceso en el que se corren riesgos si se hace de forma acelerada o se improvisa. “Hay dos políticas que se están desarrollando, una vinculada con el reordenamiento de las entidades de ciencia, tecnología e innovación, que tiene como finalidad que se empleen de forma racional los recursos que se empleen, y se eviten lagunas o solapamientos en esos procesos, y una segunda contempla que esas instituciones tengan un impacto estructural en la economía, de forma tal que todas sus capacidades tributen valor agregado a la cadena productiva”.
Ahora, dijo, estamos en la parte final del proceso de reestructuración, para lo cual hay que participar de manera más colectiva. Luego se avanzará en el perfeccionamiento de lo transformado.
Celso Paso Alberti, director del Instituto de Meteorología, se detuvo en precisiones conceptuales de los fenómenos de escalas temporales que estarán afectando el desarrollo del país este año. “Atravesamos el evento Enos, que es una combinación del nombre a partir del fenómeno del Niño y la oscilación del sur. Esta realidad está dada porque interactúan el océano y la atmósfera, y el Niño, en específico, influye en el calentamiento de la parte oceánica en el pacífico ecuatorial, lo cual cambia los patrones de las oscilaciones oceánicas, y la oscilación del sur se produce por la variación en los océanos pacíficos e índicos, y trae impactos importantes.
“El calentamiento que hemos sentido en 2015, con las temperaturas más cálidas que se han reportado desde 1951, forma parte del impacto de esta realidad que describimos y ello incide también en la variabilidad del tiempo, con las precipitaciones y la sequía, que generan afectaciones en sectores tan sensibles como la producción de alimentos”.
Ejemplificó que hay productos que se siembran en la etapa de menos lluvia, sin embargo, que varíe este comportamiento a un exceso de humedad, provoca vulnerabilidad de los cultivos a las condiciones del clima. “En la industria azucarera es una complicación para el corte mecanizado de la caña, e influye la lluvia en su maduración. Por ello insistimos en que cada sector de la economía debe conocer este fenómeno y sus impactos para plantearse las medidas de adaptación correspondientes”.
Para la Doctora Ondina León, directora del Censa, la ciencia agrícola, que siempre ha estado muy vinculada a la social y a la económica, entre otras, ha aportado resultados y experiencias exitosas, pero ello no se multiplica ni se extiende a todos los sectores.
Mencionó como otro reto incentivar la innovación, porque es el camino correcto a seguir, aunque exige mucha preparación. También reconoció que se trata de un proceso social donde intervienen muchos actores y mecanismos, y para estimularlo es importante una adecuada estructura de financiamiento y de infraestructura.
Se impone, igualmente, para que la ciencia tenga un mayor impacto en nuestra cotidianidad, hacer estudios de cadenas productivas que generen valores y que esté bien diagnosticada en los momentos actuales. El Ministerio de la Agricultura, aseguró, ha hecho un diagnóstico acorde, pero hay que lograr que se cierre el ciclo, ser más eficientes y que se logre el beneficio en nuestra economía.
Recordó que hay logros exitosos, como que en estos momentos la mayoría de las variedades que se cultivan son obtenidas por científicos cubanos. Así como hay bioproductos que han disminuido el uso de químicos dañinos, sin embargo, queda pendiente aumentar su producción.
Sumó al análisis que se han desarrollado medicamentos y vacunas para la salud animal; y Cuba posee un centro colaborador para la salud animal, lo que le da mérito y tranquilidad. “Cualquier enfermedad o plaga que pueda producir un desastre puede ser vigilado”.
Refirió que Cuba es un país de ciencia, en el que hay una cadena importante de actores pero hay que visibilizar esos resultados. Además, “el carácter socialista permite que se puedan integrar los centros, las universidades, los productores… y se logren resultados superiores”.
En opinión de Karel León Monzón, subdirector de Investigaciones del Centro de Inmunología Molecular, el tema de la superación preocupa a los jóvenes, sobre todo cuando se insertan a un espacio profesional. Advirtió que quien no se supera se descalifica progresivamente, por lo cual es contraproducente que todavía en algunas instituciones se pongan trabas que lastran la superación.
“En mi centro, en cambio, hay una política de compromiso de la dirección con la superación. Todo joven debe tener un plan de superación profesional, y empezar lo más pronto posible, con posibles componentes de estancias de formación en el exterior y en función de los objetivos de la institución. La traba es que la formación profesional combine los intereses del joven con los de la institución y no haya una desarticulación y se divorcien los intereses de ambos”. Destacó que mientras más los califiquemos más impactos van a tener en la empresa.
Ante otra de las preocupaciones expresadas por los seguidores de este espacio, sobre hasta qué punto los jóvenes de la universidad pueden ingresar cuando se gradúen a la industria biotecnológica, respondió que aunque actualmente hay un acoplamiento de la plantilla al tamaño de crecimiento de la empresa, “las perspectivas de crecimiento son amplias, sobre todo con las inversiones que están previstas, y en el marco de ese crecimiento vamos a necesitar cada vez más profesionales y creo que va a haber muchas oportunidades para esos graduados”.
Sobre el papel de la informatización, reconoció que lo cierto es que no todas las entidades ven la informatización con el valor que tiene, sino como algo cosmético. “El papel de la informatización es trascendente en los centros científicos, por el acceso a la información especializada, y para generar un nivel de desarrollo que aumente la eficiencia. En el caso de BioCubaFarma, existen relaciones con Etecsa para ponerle Internet en sus casa a los científicos”.
Igualmente se creó un software para la gestión de los ensayos clínicos que debe implantarse en los policlínicos. “Esto aumentará y mejorará el proceso de investigación científica nuestra”.
Interrogado sobre el éxodo que se da en ese sector y la percepción y las acciones que tiene prevista el Citma, el viceministro José Fidel Santana aludió a que esta es una realidad que los afecta, y más cuando se trata de jóvenes, por el proceso de envejecimiento poblacional que vive el país. “El tema del éxodo no es un problema de Cuba, es un problema mundial, y más en este momento de globalización de las fuerza de trabajo. Es un problema y no podemos encerrarnos en una campana de cristal. Por ello se están estudiando medidas y algunas de ellas que sean de forma más inmediata para aliviar algunas causas para que los jóvenes vean la realización de sus vidas en este país y para salvar esas capacidades. Debemos darle incentivos para retener esta fuerza, que es estratégica para la ciencia y para el desarrollo del país”.
En los minutos finales de la Mesa Redonda, reconoció que el camino desandado hasta hoy en el sector es el resultado de la mirada visionaria de Fidel, y de las capacidades que se ensancharon a partir de esa proyección estratégica. Por último felicitó a todas las mujeres y hombres que han abrazado esta entrega y han labrado estos resultados.
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