El espacio televisivo Mesa Redonda del 20 de diciembre estuvo dedicado al XXX aniversario de dicha institución.

Por Manuel Alejandro Hernández, Especial para la Mesa Redonda

Fotos: Roberto Garaicoa

A pocos días de empezada la primavera de 1986 escribía Fernando Birri: Rodeados por el azul turquesa del Caribe azul turquesa, bajo la luna creciente, náufragos de la utopía, salvados de un mundo de injusticia imperial y de demencia atómica, la Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano decide dar vida a la Escuela Internacional de Cine y Televisión en San Antonio de los Baños, Cuba. Sobre-nombrada escuela de tres mundos: América Latina y el Caribe, África y Asia.

Así reza en el acta de nacimiento de la Escuela Internacional de Cine y Televisión en San Antonio de los Baños fundada oficialmente el 15 de diciembre de 1986. El espacio televisivo Mesa Redonda del 20 de diciembre estuvo dedicado al XXX aniversario de dicha institución, el cual contó como invitados con Susana Molina Suárez, Directora General de la escuela; Jerónimo Labrada Hernández, Vicedirector Docente; Tania Hermida, cineasta ecuatoriana egresada de la EICTV y actual directora de una escuela de cine en Ecuador; y el intelectual Edmundo Aray, escritor y cineasta venezolano, quien durante el 2000 y el 2002 fungió como director de la EICTV.

Edmundo Aray es testigo de los 30 años de historia que tiene la EICTV, fundador del Comité de Cineastas de América Latina, premio nacional de Cine en Venezuela, ha sido jurado en el Premio Casa de las Américas, dice que “la EICTV se ha convertido en la escuela de todos los mundos, pero con el acento puesto en nuestra América, en el Caribe y en África. La historia comienza en 1967 con la creación del Centro Latinoamericano de Cine en Viña del Mar. Un año después nos encontramos en Caracas con la hija de Salvador Allende y creamos el Comité de Cineastas de América Latina. Nos propusimos dos grandes tareas: una fundación que superara el tiempo de las dictaduras y una escuela de cine.

“Para llegar a eso fueron muchos los desaparecidos y los muertos. Creábamos con nuestras acciones el nuevo movimiento del cine latinoamericano. Con la conducción y dirección de Alfredo Guevara, hombre clave en ese proceso, el movimiento recorrió toda América Latina.

“Convocamos a Gabo a la Casa de las Américas para que fuese Presidente de la Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano y al amado Comandante para que fuese miembro de honor, quien en el séptimo Festival del Nuevo Cine Latinoamericano anuncia que se avecinaba algo, una idea de un grupo de intelectuales en los que tenía una enorme confianza. Un año después el anuncio se concreta el proyecto y Fernando Birri declara a Fidel custodio del acta de nacimiento de la EICTV”.

La EICTV nace rompiendo moldes, soñadores como Edmundo Aray tuvieron el cuidado de primero preguntarse qué escuela quería América Latina, “queríamos una escuela formadora de cineastas, dispuestos a combatir y a asumir resistencia social, que es la manera de lucha de nuestros pueblos, y no podíamos formarlos escolásticamente. Los egresados son cineastas de la práctica.

“Muchas películas llegaron a Cuba clandestinamente para ser salvadas de dictaduras. No había otro escenario más favorable para la creación en América Latina. Cuba era el país ejemplar, con una vanguardia única, con un hombre ejemplar al frente. Cuba compartía su historia con la lucha de nuestros pueblos. Cuba sigue siendo protección de los procesos de integración que soñaron Bolívar y Martí.

Jerónimo Labrada ha sido profesor y director de la EICTV, ahora director docente de la institución, hizo cine junto a Santiago Álvarez, tuvo la fortuna de haber grabado la música del Grupo de Experimentación Sonora del ICAIC, además ha grabado a Chico Buarque, y a Violeta Parra, acompañó en sus filmaciones a Humberto Solás, a Rogelio París y a Juan Padrón en sus animados. Hoy, cuando habla de la EICTV puntualiza que las líneas docentes de la institución fueron acordadas desde aquella tarde del 15 de diciembre de 1986. Fernando Birri desde el principio abogó por la anti-escolástica. Con el tiempo es que se entiende que ésta no es una escuela caótica y desordenada o improvisada, sino todo lo contrario, pero en la cual no tenían cabida las ideas dogmáticas de la educación y de la formación.

“La EICTV utiliza como maestros o instructores a profesionales en activo con una obra destacada. Por ella pasan anualmente alrededor de 300 profesionales en función de maestros que vienen de todas partes del mundo, desde Australia y Japón hasta Canadá o Haití.

“Los módulos de enseñanza que imparten son a modo de talleres intensivos que abarcan la mañana, la tarde y a veces la noche también, en los cuales se imparten el proceso de las especialidades o de la polivalencia en el primer año. Siempre tenemos caras nuevas en la escuela, lo cual hace que los métodos de enseñanzas y el espíritu de creación esté constantemente renovándose.

“Ninguna otra escuela en el mundo tiene la potencia de esta, porque ninguna otra tiene tantos profesionales de alto nivel confluyendo a la misma vez. Tiene un prestigio en el mundo que hace que esos profesionales quieran venir a San Antonio a dar clases. Es una escuela de vida, de 24 horas donde alumnos y maestros conviven allí en San tranquilino. Además en la escuela todos se sienten en la libertad de expresar su ideología política sin temor, lo que ha dado un nivel alto de intercambio humano y compenetración.

“Tenemos más de 800 graduados en más de 60 países del mundo. El 83 % son de América Latina, el Caribe y África. Cada año los graduados que vienen a presentar sus películas al Festival de Cine Latinoamericano se reúnen y debaten milimétricamente la situación de la escuela. Se han autodenominado eicetevianos y han creado una conexión mundial gracias a las facilidades informáticas de la actualidad”.

La EICTV se ha convertido en la escuela de todos los mundos, pero con el acento puesto en nuestra América, en el Caribe y en África.

Una de las graduadas de la EICTV es Tania Hermida, ahora miembro de la Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano, su obra documental es la más renombrada y en 2016 se produjo su primera obra de ficción, que fue premio ópera prima y segundo premio en el Festival de Cine latinoamericano de La Habana, tuvo premio en Montreal y además ha tenido responsabilidades políticas como constituyente en Ecuador y ahora es directora de la Facultad de Cine de la Universidad de las Artes de Guayaquil.

Los recuerdos de Tania la conmueven. Es heredera del movimiento y considera que “Cuba es mi Alma Mater, la escuela de San Antonio es mi Alma Mater, Fidel, el Gabo, Birri, son mi Alma Mater, no le puedo pedir más a esta vida.

“La EICTV me dio un sentido de para qué uno estudia cine. Y recordando a Fidel uno ve el alcance de su visión, porque él fue capaz de ver lo que significaba poner en Cuba una escuela de cine donde no viniéramos a hacer buen cine, sino además nos enseñaron a hacer un continente, a ser forjadores del continente. Es la persistencia a la historia de América. Heredamos un proyecto latinoamericanista.

“En la EICTV cada vez que uno enciende una cámara construye una historia. En ella descubrí que hacer poesía no es un gesto personal, sino colectivo. El cine se hace colectivamente.

“30 años después uno puede ver como la idea de los fundadores se ha hecho carne. Los egresados estamos ocupando lugares significativos en nuestra cinematografía. Otros estamos haciendo política pública, en las cinematecas de sus países, y otros andamos en la tarea de fundar escuelas.

“Los egresados no nos vemos solamente en el festival, aquí festejamos el encuentro físico. A lo largo de los años la escuela ha tejido una red muy fuerte de complicidad en el proyecto que llevamos adelante, que no es solo hacer cine, sino hacer posible una cinematografía que de cuenta de ese intento de ser soberanos en la historia que contamos, en la imagen que construimos de nosotros mismos. Estamos muy ligados entre egresados.

“En la escuela que estoy dirigiendo somos 15 docentes y 5 somos egresados de la EICTV. Eso no es casual que una parte de nuestra vocación es la necesidad de seguir construyendo ese continente posible, que ahora está nuevamente amenazada. En Ecuador tenemos política pública, una escuela de cine pública con 200 estudiantes que vienen de diversas clases sociales, de diversas partes del país.

El cine latinoamericano ha crecido en producción respecto a décadas anteriores. Se notan en la vida real del cine los resultados formativos de esta escuela. Para Tania Hermida se ha logrado hasta a hacer cine en escuelas públicas. El reto está en plantearnos cuál es el lugar que va a ocupar EICTV en medio de tantas escuelas de cine que han proliferado en estos 30 años. Escuchar a Fidel 30 años después nos hace refundarnos, porque tenemos como reto regresar a la época de la escuela de Becas, porque ahora por las vicisitudes del contexto se ha convertido en escuela de pago. Hay que hacer que la escuela vuelva a dialogar con la gente en temas de cine. A eso nos llamó Fidel, ese es su legado latinoamericanista”.

Cada momento de la escuela ha sido marcado por la impronta de sus directores. Desde Fernando Birri, Orlando Sena cineasta brasileño, Lisandro Duque de Colombia, Alberto García Ferrer argentino, Edmundo Aray, Julio García Espinoza, Tanya Valet dominicana y egresada de la misma escuela, Rafael Rosal Paz promotor cultural y cineasta guatemalteco, Jerónimo Labrada y la décima directora que es Susana Molina.

Susana Molina fue durante 16 años presidente del Instituto Cubano del Arte y la Industria Cinematográfica, dirigió la productora internacional del ICAIC y ha tenido una larga vida vinculada al cine latinoamericano.

“Este 30 aniversario se conmemora en el marco de un acontecimiento histórico irrepetible para nuestro país. Son días en que estudiantes y trabajadores han demostrado la importancia y la trascendencia de la Revolución. No concebimos a la escuela en otro contexto fuera de Cuba.

“Esta conmemoración es la refundación de la escuela. Todos en estos días hemos vuelto a escuchar las palabras de Fidel. Junto con la fundación tenemos el reto de aprender a contar un cuento como mismo lo contaba el Gabo, tenemos el reto de hacer un cine magistralmente perfecto y el reto de sembrar la utopía del ojo y la oreja. Es difícil que tratemos de cumplir con ese legado.

“Recorremos todos los días los pasillos de la escuela y todos los días volvemos a recordar las metas visibles que están en cada una de las frases dibujadas en las paredes de la escuela por otros cineastas.

“Si algún lugar construye futuro es una escuela. El mismo día del aniversario recibimos en la escuela un mensaje de Birri en el que nos pedía que siempre fuéramos rebeldes, y que siempre estuviéramos pensando en que la utopía está más allá. Birri siempre nos está corriendo el horizonte.

“San Antonio de los Baños es el pueblo más filmado del mundo. Allí la población sabe donde se pone una cámara, por donde entra el sol, que hacer para que no interrumpan los sonidos, donde hay que colgar el cable para bajar las luces. Desde hace 30 años San Antonio es el protagonista de esta obra también.

“Todos los eslabones de la escuela están engranados. El amor que sienten los que pasaron por allí es infinito y lo devuelven. La mayor parte del colectivo es egresado de la propia escuela. Más de 70 graduados estuvieron en esta celebración quienes pudieron compartir con los 91 estudiantes del curso regular y otros 30 más talleristas.

“El espíritu de Fidel nos pesa para seguir andando. Miramos el futuro con el ojo de la eternidad, como él mismo lo pedía”.

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