Aniversario 40 de la Educación Internacionalista (+ Video)
En el Día Mundial de África, el espacio televisivo Mesa Redonda rinde homenaje a ese continente adelantándose a la celebración por el 40 aniversario de las escuelas internacionalistas que en la Isla de la Juventud abrieron durante los años ´70 para contribuir a la liberación total de los pueblos africanos.
Todavía hoy no se puede ofrecer una cifra exacta de los estudiantes que allí se formaron hasta 2008, cuando salió el último grupo de estudiantes saharauis. En la actualidad no quedan instituciones de este tipo, sin embargo, la emisión de este jueves 25 de mayo puso sobre la Mesa la historia y el significado de aquellas escuelas que contribuyeron a la formación y el fortalecimiento del internacionalismo y la solidaridad, ambas ideas de las más hermosas del pensamiento de Fidel Castro.
El 40 aniversario de la Educación Internacionalista significa la celebración de un caso único en la historia de Cuba. La Máster en ciencias Inalvis C. Fernández, directora municipal de Educación afirmó que la creación de las escuelas extranjeras fue una Revolución dentro de otra Revolución. Durante ella se hicieron grandes aportes a la pedagogía cubana. Nunca antes ningún otro país se había proyectado de esa manera. Un capricho que no obedece a condiciones económicas, sino a la voluntad política de nuestro país.
Recordó que “Fidel impulsó este proyecto para llegar a otras latitudes impensadas a desterrar la ignorancia, la incultura, el analfabetismo. La práctica del internacionalismo como valor supremo, de la solidaridad y de la humanidad han sido siempre de las cualidades más sobresalientes que atesora el pueblo cubano en su formación cultural y axiológica”.
La práctica del internacionalismo y la solidaridad se aplicó en estas escuelas de forma absolutamente desinteresadas. El primer paso para la materialización de esta idea ocurrió durante la visita del entonces Ministro de las FAR Raúl Castro a Angola en Julio de 1977, quien a nombre de Fidel ofreció al entonces presidente angolano, Agustino Neto, la creación de cuatro escuelas en Cuba con capacidad para 600 alumnos cada una, y donde se podrían cursar la primaria, la secundaria, y se ofrecía la posibilidad de continuar a la educación técnica profesional.
A finales de 1977 llegan a Cuba alrededor de 1131 estudiantes provenientes de Mozambique y 850 angolanos. Se inicia así una nueva etapa en la educación pinera y de Cuba. El programa llega a abarcar estudiantes de África, América Latina y Asia. En 1988 la cifra de extranjeros en la Isla de la Juventud ascendía a 18 600 estudiantes de 37 naciones del mundo.
Inalvis Fernández aseguró que “esta hermosa obra no tuvo paralelo en el mundo. Para dar apoyo a este proyecto, único en el mundo, se organizaron varios contingentes integrados por personal docente de todas las provincias del país, previamente seleccionados y capacitados.
“Este programa impuso grandes retos. Desde 1975 en el Primer Congreso del Partido, Fidel dijo que preservar la cultura particular y la identidad de las naciones. El primero, fue la incorporación de los estudiantes al diseño sociocultural de la Isla. Participaban en el Festival de la Toronja, en el Festival de la Amistad. Otro, fue la creación de escuelas multinacionales con diferentes países en ellas.
“Una vez terminada la Secundaria Básica, muchos pasaban a la educación técnica profesional y es de destacar que el interés de garantizar el paso hacia la enseñanza politécnica no estuvo determinado por un enfoque académico, más bien, fue una solicitud de los propios gobiernos de acuerdo con sus necesidades para poder iniciar transformaciones socioeconómicas en su país. En 1987 se gradúan por primera vez más de 1200 estudiantes en la enseñanza politécnica.
Por la Isla de la Juventud pasaron más de 35 mil estudiantes. Para apoyar esta importante obra de gran envergadura, durante la primera década del Programa se creó una panificadora, tres círculos infantiles, 28 escuelas en el campo, dos piscinas olímpicas, 275 kilómetros de línea eléctrica, una estación de alevinaje, un centro de recepción de pescado, dos bases de campismo, un campamento de pioneros exploradores, y 2254 viviendas que favorecieron a alrededor de 13 mil personas.
“Sin este plan de Escuelas Internacionalistas la Isla no hubiera podido llegar con tanta prontitud a los niveles alcanzado en solo una década”, dijo la directora municipal de educación”.
Un espacio para cada nación, convivir en la diversidad
Refiriéndose a la estructura de estas escuelas, el licenciado Guillermo Felipe Toranzo Batista, jefe de Inspección de la Dirección Municipal de Educación explicó que “el principio de las Escuelas Internacionalistas partía del principio pedagógico de combinar el estudio con el trabajo. Funcionando en un sistema de dos sesiones, una de estudio y otra de trabajo.
“En el caso de las sesiones de estudio, hubo alumnos que no eran hispanohablantes y se pronosticó la preparación en el idioma español. No solo para que pudieran recibir las materias, sino también para que pudieran intercambiar con toda la sociedad, para que pudieran establecer una presencia más cercana y que no fueran extraños o ajenos en nuestra nación.
“Después de superado el idioma se incorporaban un grupo de asignaturas que incluía la matemática, física, química, biología, Educación Física, Educación Laboral, y se impartía la historia y la geografía de cada nación, así como su lengua materna, pero por profesores de su nacionalidad.
“Toda nación tenía un representante diplomático que era el gestor encargado de preservar estas asignaturas de manera que no tuviera desarraigo y que conservaran sus nexos con la nación que provenían.
“Cada grupo practicaba su propia religión. En el caso de los nicaragüenses, después del triunfo de la Revolución, hubo un momento en que hubo que llevarlos a la iglesia católica en Gerona, que era la tendencia más fuerte en esa nacionalidad. En cada escuela se creó un espacio para los provenientes de naciones árabes, salones de té, de rezos donde se practicaban sus creencias. Los saharauis practicaban el Ramadán.
“Los profesores fueron preparados en las naciones. Vinieron embajadores, cónsules a preparar a los docentes, porque de otra manera no hubiéramos logrado comprender a esas personas. Los educadores que llegaron a la Isla se convirtieron en familia porque compartíamos con ellos las 24 horas del día, del año completo. En los primeros años algunas nacionalidades sacaron a sus estudiantes de vacaciones. Pero como promedio permanecían 6 años en Cuba sin ir a su país, los tres de la secundaria básica y los correspondientes al preuniversitario o a la educación politécnica.
Muchas son las muestras de gratitud
La gran mayoría de los estudiantes eran africanos. Sobre el trabajo con ellos el máster en ciencias Carlos Orlando Silveiro Machado, subdirector municipal de Educación, describió que la Educación Técnica Profesional era la continuidad de lo que habían comenzado los profesores en Secundaria Básica.
“Era muy duro darles clases a ellos. Se ocupaban y preocupaban mucho. Se estudiaban los libros, y cuando le íbamos a impartir el contenido, ya ellos lo dominaban. Cada día nos ponían a prueba de examen. Ellos tenían conciencia de la necesidad de aprender. Sabían la necesidad de cumplir con su país.
“Los pioneros en la creación de los grupos de solidaridad fueron los nicaragüenses. Han tenido muestras de gratitud. Ellos han dicho que los profesores cubanos representan todo. Han invitado a Nicaragua profesores, cocineros, trabajadores de servicio.
“La comida también era un problema, porque la casa de ellos era la escuela. Los fines de año lo pasábamos con ellos. Había que buscar los recursos para satisfacerlos a todos. Había nacionalidades que buscaban sus propias comidas para las celebraciones, pero había algunas a las que había que buscarles los recursos. A todas teníamos que darles un espacio, y todos nos invitaban a la vez. No era posible evadirse de ninguno.
“En algunos de nuestros centros confluían hasta 17 nacionalidades, y cada una con sus características. Los angolanos tenían novias de otros países. Los etíopes y guineanos no compartían ese criterio. Por lo tanto, tendían a tomar medidas con las mujeres sobretodo. Trabajamos mucho con ellos en el orden sicológico y estábamos siempre atentos.
Las familias cubanas
Sobre las pretensiones del Instituto de Amistad con los Pueblos (ICAP) respecto a la Jornada de celebraciones por el 40 aniversario de las Escuelas Internacionalistas, la máster en ciencias Marlén Villavicencio Batista, delegada municipal de esa institución expresó que el plan de actividades para las celebraciones incluye todo el año en curso.
“Esta propia Mesa Redonda forma parte de nuestra planificación. El 27 de septiembre los CDR deben estimular a los cederistas que alguna vez trabajaron en las Escuelas Internacionalistas. Además, ese día es el aniversario de la llegada de aquel primer grupo. Tenemos previstas exposiciones, concursos para los niños y pioneros pueda incursionar ilustrando como fueron aquellos años en la Isla. Hemos previsto algunos FORUM con la universidad para incluir en las investigaciones académicas aquella etapa de la Educación Cubana.
De su experiencia en las Escuelas Internacionalistas cuenta que, en el caso de la escuela de los nicaragüenses, como ningún estudiante tenía pase de fin de semana, se les dio la posibilidad de compartir con familias en Gerona. Se hizo la petición a través de la Federación de Mujeres Cubanas pudieran seleccionarse familias que acogieran a los estudiantes el fin de semana, y fueron asignados un grupo de estudiantes a un grupo de familias, los cuales todavía mantienen comunicación con sus familias cubanas.
Un homenaje al pueblo de la Isla de la Juventud
El periodista Noel Otaño Reyes fue el hombre de la idea de esta celebración. Sobre las motivaciones de esta propuesta que ha acogido el ICAP dijo que es un homenaje al artífice principal de la obra, Fidel, y a una de las páginas más hermosas de la historia de la Revolución Cubana. Y es también un reconocimiento y un homenaje al pueblo de la Isla que compartió con ellos sus tristezas y sus alegrías.
El programa no se interrumpió por voluntad de Cuba, sino porque los propios países fueron cubriendo sus necesidades. El 12 de octubre queremos celebrar el acto central en homenaje a las palabras de Fidel que inauguraron la primera escuela de este programa en la isla.
Todavía recuerdo mi labor como tutor de estudiantes africanos en la Isla de la Juventud, que se graduaban en el Politécnico de la Construcción de técnicos medios de la construcción con estudiantes de Angola, Nicaragua, Mozambique, Cabo Verde, y realmente fue una experiencia extraordinaria, porque eran alumnos muy estudiosos y aplicados, con un carácter casi a lo cubano, y un deseo extraordinario de aprender y ayudar a su país a salir del subdesarrollo.
Es inolvidable lo que hizo en este sentido la escuela cubana, y debe ser siempre recordada, y quizás un día podremos rescatarlo de nuevo, cuando las condiciones lo requieran. Gracias por recordar este gesto tan humano y solidario del pueblo cubano.
Es de gran orgullo para muchos el haber participado en esta gran tarea; fuimos miles de recién graduados del glorioso Destacamento Pedagógico “Manuel Ascunce Domenech”, otra de las grandes victorias de la Revolución, los que tuvimos la oportunidad de trabajar con estos estudiantes. En mi caso particular participé en la formación de estudiantes de Nicaragua, Angola y el Congo, además de participar en la formación de algunos de ellos, luego en los politecnicos en la Habana. Todos estamos de celebración.
Hicimos una convocatoria para que todos los profesores que impartieron clases en las escuelas internacionalistas, aunque no vivan en la Isla, escriban sus vivencias y las envien al correo icapisla@icap.cu, para publicarlas en el periódico Victoria y exponerlas en una exposición en octubre en la sede del ICAP.