Los bosques que crecen en el mar
Por: Manuel Hernñandez Barrios
Fotos: Roberto Garaicoa
Emisión: 08/02/2018
La Protección de los manglares, una labor concebida dentro del programa de estado Tarea Vida, la importancia de este ecosistema para Cuba y las consecuencias del cambio climático sobre esta barrera natural fueron los temas abordados en el espacio televisivo Mesa Redonda de este jueves 8 de febrero.
El máster en ciencias José Manuel Guzmán Menéndez, Director técnico e investigador auxiliar del Instituto de Ecología y Sistemática del Ministerio de Ciencia Tecnología y Media Ambiente (CITMA) sentenció de forma casi poética que los manglares son los bosques que crecen en el mar.
Explicó que los manglares son bosques tropicales y subtropicales con una alta productividad y encargados de la protección en la zona costera ante huracanes, el ascenso del nivel del mar, y el avance y penetración de cuñas salinas hacia los acuíferos y las tierras de cultivo. Constituyen cerca del 20 por ciento del área boscosa del país son las primeras barreras de protección de la agricultura. Ocupan el cinco por ciento de la cobertura de las costas y están en el 70 % de las costas, por ello poseen gran relevancia como barrera natural para mantener la vida en la línea costera.
Señaló que junto con los bosques de ciénaga constituyen los principales humedales que permiten la sostenibilidad de la vida en la zona costera, aseguran la actividad pesquera y la protección de las zonas agrícolas que es el sustento económico de la seguridad alimentaria.
Comentó que los manglares por mucho tiempo se consideraron bosques inservibles y por esta razón fueron desbastados y sufrieron muchas presiones y degradaciones, sobre todo antes del triunfo de la Revolución, cuando su explotación era intensiva por parte de los carboneros en la época de zafra muerta.
Resaltó que Cuba es el país del Caribe que más cobertura de manglar posee en sus costas y con el óptimo estado de conservación para brindar bienes y servicios. Añadió que desde la década del 70 del siglo pasado comenzaron las primeras investigaciones sobre este tema en la Mayor de las Antillas. Cuando aparece la temática de Cambio Climático en la Convención de Diversidad Biológica, el manglar se convirtió en uno de los elementos fundamentales de mantenimiento y calidad de vida en las zonas tropicales por la alta productividad que tiene.
Los manglares albergan una biodiversidad extraordinaria al servir de plataformas de colonia de nidificación de aves costeras y de hogar donde desovan las especies de vertebrados e invertebrados que constituyen renglones económicos relevantes como langostas, peces.
Mencionó que no muchos científicos se dedican a la temática del manglar, sin embargo, gracias al proceso revolucionario cubano cambió ese panorama. Destacó el papel y la guía de la doctora Leda Menéndez como precursora y formadora de todas las generaciones de científicos cubanos que trabajan la zona costera y específicamente el ecosistema de manglar.
Entre las estrategias desplegadas por el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (Citma) para la adaptación al cambio climático, y que más recientemente están recogidas en la Tarea Vida, constituye la aparición del macro proyecto que tenía como principal objetivo estudiar el papel de los manglares y la salud del ecosistema para proteger la zona costera. En la actualidad el manglar constituye un interés nacional.
Sobre su importancia ecológica expuso que los manglares retienen y amainan los efectos de las inundaciones. Cuba es un archipiélago que alberga sus aguas de forma subterránea, si los manglares no estuvieran en la primera línea de costa la salinidad contaminaría a los acuíferos que constituyen la principal fuente de agua.
Manglar Vivo, una apuesta por la vida
Reducción de la vulnerabilidad a las inundaciones costeras en el sur de las provincias de Artemisa y Mayabeque es el nombre completo del proyecto Manglar Vivo que tiene como principales objetivos la reducción de la vulnerabilidad, de las inundaciones y de la intrusión de la cuña salina en las comunidades de la costa sur de esas provincias, además de la recuperación de los ecosistemas costeros, explicó el licenciado David Almeida Famada, Director General del Proyecto Manglar Vivo y especialista del Instituto de Ecología y Sistemática del CITMA.
Señaló que la tarea está dirigida fundamentalmente a buscar recuperar ese ecosistema como la principal medida de adaptación ante el cambio climático debido a que el manglar puede retener cerca del 60 al 70 % del oleaje de penetración por una surgencia o de un huracán de categoría cinco.
Con la ayuda del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en Cuba; el CITMA presentó un proyecto al Fondo de Adaptación al Cambio Climático, el cual ejecuta dinero en más de 73 países, con el propósito de recibir financiamiento para la rehabilitación de áreas de manglar en un tramo de 84 km entre ambas provincias, uno de los más afectados por el cambio climático.
Aprobado por el Fondo de Adaptación en febrero de 2014, Manglar Vivo aspira a proteger a las comunidades costeras de los efectos de las inundaciones, la erosión y la intrusión salina, así como fortalecer las capacidades de los actores locales para aplicar medidas de adaptación al cambio climático.
Añadió que este proyecto busca lograr una concientización de la población sobre estos temas como la única manera de logar su sostenibilidad en el tiempo. Las comunidades deben ser los gestores y los principales actores a la hora de la restauración de los ecosistemas de manglar. Se aspira a que las propias comunidades junto a sus gobiernos sean los gestores de estas actividades. La continuidad del proyecto está asegurada gracias a la oportunidad que representa la Tarea Vida como coyuntura.
El especialista aclaró que se concentran en Artemisa y Mayabeque porque son las más vulnerables en el país a los efectos del cambio climático, al constituir una zona baja en la que los manglares tienen un alto grado de deterioro.
¿Cómo resolver el conflicto uso y conservación?
Al sur de las provincias de Mayabeque y Artemisa la línea de costa retrocede cerca de 1,2 metros cada año, por lo que en el 2050 podrían desaparecer 5 comunidades costeras por el cambio climático. De ahí la importancia de la protección de manglares, acciones en las que ha sido clave la interrelación de las diferentes entidades involucradas de conjunto con los gobiernos locales.
Elenne Quiñones Echevarría, jefa de Sección en el CITMA de Batabanó, cree que la conciencia de la población en cuanto a la protección de los ecosistemas en las costas ha aumentado significativamente.
Ejemplificó que en Surgidero están conscientes de que si no recuperan la línea roja de costa tendrán que mudarse por la vulnerabilidad de la zona. Especificó que en las escuelas de Batabanó y Surgidero se implementan estrategias para que los estudiantes en sus trabajos de clases estén encaminados a solucionar las diferentes problemáticas ambientales de la comunidad y logren así involucrar a la familia.
Señaló que el mangle rojo, una de las especies más importantes por sus propiedades medicinales por lo que era muy usado de manera indiscriminada. Las personas lo descascaraban y se moría la planta, pero hoy ha disminuido su uso descontrolado.
La especialista comentó que en la actualidad el conflicto entre el uso y la conservación del ecosistema ha disminuido, aunque todavía falta mucho por hacer en la conciencia de la población, fundamentalmente de los pescadores.
El manglar está en la agenda del gobierno y la administración de Artemisa
En Artemisa la acción humana ha sido causante en gran medida de la degradación de los manglares, sobre todo con la construcción del Dique Sur, explicó Alexis Argudín Pereira, coordinador del Proyecto Manglar Vivo en la dirección de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente del Consejo de la Administración Provincial de Artemisa.
El CITMA, el Servicio Estatal Forestal, Recursos Hidráulicos son entidades de la administración provincial encargadas del control de la disminución de los impactos ambientales y de la accesibilidad de la población a estos lugares, debido a que la población maltrata el ecosistema con el transito constante y el disfrute de los beneficios naturales y recreativos de las costas. Estos organismos constituyen una cadena de engranaje y apoyo al proyecto.
El proyecto Manglar Vivo ha tenido un gran impacto en los diferentes asentamientos con tres municipios involucrados directamente: Artemisa, Alquízar y Güira de Melena, los cuales son altamente agrícolas y con un peso fundamental en la economía del país al ser territorios con un gran peso en la producción agrícola del país y con suelos cultivables que en su mayoría se encuentran cercanos a la línea costera.
Ejemplificó que en Cajío, asentamiento fuertemente afectado por el Huracán Charley en el 2004 y en Guanímar, había un fuerte rechazo de la población a las actividades al inicio del proyecto por el desconocimiento. Hoy se nota un marcado cambio de perspectiva y mentalidad, por lo que es notable la existencia de un apoyo de los habitantes de las costas gracias a las acciones de capacitación y de concientización que se llevan a cabo por parte del proyecto, con la ayuda de los medios de prensa de la provincia de Artemisa.
Se mostró satisfecho por el trabajo que se hace y por la manera en que se está llevando a cabo. Cuando el proyecto comenzó a trabajar la brigada forestal estaba constituida por 33 trabajadores y hoy trabajan en ella unos 79 trabajadores en tres municipios a los cuales cuáles también se les ha incrementado el salario medio de unos 300 pesos a mil 200 pesos mensuales. Anunció el impacto de la inclusión a este trabajo de la mujer las cuales llevan los trabajos más nobles y sencillos pero que son protagonistas y actoras fundamentales del proceso.
El Manglar, un ecosistema necesario para el desarrollo
José Manuel Guzmán Menéndez, director técnico e investigador auxiliar del Instituto de Ecología y Sistemática del CITMA comentó que desde el 2016 la UNESCO declaró el 26 de julio como Día del Ecosistema del Manglar, en honor a un activista de Indonesia que falleció ese día de 1998. En Cuba se celebra en fechas cercanas, aunque por su importancia y como proyecto se ha propuesto que se celebre en septiembre la Jornada Nacional del Manglar en conmemoración a la doctora Leda Menéndez.
La fecha se celebra en el país con la divulgación del conocimiento y diferentes actividades en las comunidades para disminuir las vulnerabilidades costeras ante los efectos del cambio climático y de la acción del hombre, señaló Guzmán Menéndez, quien enfatizó además es importante que se mantenga la vida en las costas porque es fundamental para el desarrollo de nuestro país.
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