Cuba abre paso a las fuentes renovables de energía (+ Video)

Por: Leticia Martínez Hernández

Fotos: Roberto Garaicoa

Emisión: 15/05/2019

Como parte del Plan Nacional de Desarrollo Económico y Social hasta el 2030, Cuba aspira a aumentar la participación de las fuentes renovables de energía en su matriz de generación eléctrica a un 24%, cifra que, ha dicho el Presidente Miguel Díaz-Canel Bermúdez, no debe constituir una meta cerrada sino el punto al que llegar en un primer impulso.

No por azar en el documento rector de la planificación del desarrollo en la Isla se han definido varios sectores estratégicos, entre ellos el electroenergético, sobre el cual plantea textualmente: “transformar la matriz energética con una mayor participación de fuentes renovables”.

Al tema se acercó una vez el más el debate de la Mesa Redonda de este miércoles, donde la directora general del Ministerio de Energía y Minas, Tatiana Amarán Bogachova, explicó que para llegar a ese objetivo es necesario tener instalados 2 269 MW, desgranados en 755 MW a partir de plantas bioeléctricas; 700 MW en parques solares fotovoltaicos; 633 MW mediante energía eólica; y aumentar 56 MW a la potencia instalada en las pequeñas centrales hidroeléctrica que tenemos en el país.

El 69,6% de la potencia a instalar como parte de la política aprobada por el gobierno cubano ─ precisó─ se gestiona actualmente a través de la ejecución de inversiones propias u otras modalidades previstas en la Ley de Inversión Extranjera. Los mayores avances se muestran en la energía fotovoltaica, con 65 parques construidos y en operación, que aportan al Sistema Electroenergético Nacional una potencia total de 152,3 MW.

Además se construyen otros 15 parques que, cuando estén en línea, incrementarán en 42 MW la potencia que existe actualmente.

Detalló la directiva que también se han instalado 7 MW adicionales en las cubiertas de instalaciones de otras entidades de la economía que no son operadas por la Unión Eléctrica, sobre todo de la Zona Especial de Desarrollo Mariel, el Ministerio del Interior y la Industria Alimentaria.

Según informó, existe un levantamiento sobre las instalaciones donde pueden instalarse paneles fotovoltaicos en sus cubiertas, estudio que evidencia la enorme potencialidad del país. “Existe un programa de instalación de paneles solares en los techos y se está gestionando el financiamiento en estos momentos para poder ejecutarlo”.

Una parte de los insumos del desarrollo de energías renovables, aclaró Amarán Bogachova, es asumida por la industria nacional, que se ha venido preparando para enfrentar su participación en los programas.

Sobre estos asuntos, el director de generación con fuentes renovables de energía en la Unión Eléctrica, Abel Concepción Díaz, acotó que instalar 1 MW lleva como promedio 4 mil paneles, lo cual quiere decir que a lo largo del país se han colocado 600 mil paneles. “Lo instalado hasta la fecha representa el 21,8% de los 700 MW que concibe la política hasta el 2030 en lo que respecta a parques solares”.

Esto significa un ahorro de combustible Diesel por la disminución del uso de los grupos electrógenos en los horarios del día donde los parques fotovoltaicos generan, o sea desde aproximadamente las siete de la mañana hasta más o menos las cinco de la tarde.

“En el 2018 se generaron 151 980 MW/hora, lo que equivale a un ahorro de 32 873 toneladas de combustible. En lo que va de año se han ahorrado 16 800 toneladas de combustible por la generación fotovoltaica y estimamos que para el 2019 se alcance 241 442 MW, lo cual permitirá un ahorro de 152 199 toneladas. Eso equivale al consumo promedio anual de 107 mil viviendas en nuestro país”.

Al mismo tiempo, se instalaron 17 536 sistemas fotovoltaicos en viviendas rurales que no tenían acceso a ningún tipo de servicio, lo cual contribuye a mejorar la calidad de vida de esas familias.

En este proceso, subrayó, hay territorios que avanzan más como Pinar del Río, Cienfuegos y Granma, aunque en casi todas las provincias existen parques construidos o en construcción.

En el caso de la energía eólica, explicó la directora general del Ministerio de Energía y Minas, se elaboró un mapa con las potencialidades de esta fuente de energía en el país, que ha identificado las mayores capacidades de viento en el nororiente de la Isla. El país cuenta con cuatro parques con una potencia de 11,5 MW.

Hoy se están construyendo dos parques eólicos con una potencia total de 102 MW al norte de Las Tunas, conocidos como Herradura 1 y Herradura 2. Asimismo, están en fase de preparación las inversiones para 10 parques más, que incrementarán la potencia en 375 MW.

En tanto, la generación con biomasa representará el 14% del 24% fijado para el uso de energía renovable en la matriz de generación eléctrica del país hasta el año 2030. “La política concibe la instalación de 755 MW en plantas bioeléctricas, de los cuales están hoy en construcción tres”.

Acerca de la hidroenergía, la potencia prevista no es significativa, dadas las condiciones geográficas de Cuba que no tiene grandes ríos ni embalses que permitan obras mayores. Al respecto, Concepción Díaz manifestó: “tenemos una potencia instalada en centrales hidroeléctricas de 68,3 MW y están en proceso de construcción 15 nuevas, con el objetivo de alcanzar los 56 MW adicionales previstos en la política”.

El propósito, puntualizó, es maximizar el uso del agua proveniente de presas y ríos con alto potencial hidroenérgetico. Actualmente se construye una central hidroeléctrica en Holguín, en el 2016 se terminó la primera etapa en la margen derecha del río Mayarí y actualmente se construye la segunda en la margen izquierda. También se edifica otra en la Presa Alacranes, de Sagua la Grande; y se preparan 13, que suman una potencia de 10,1 MW en ocho provincias del país.

A la par, el programa prevé, por ejemplo, la instalación de luminarias con tecnología LED, tanto en el sector residencial como para el alumbrado público, así como calentadores solares, cocinas de inducción, bombeos solares fotovoltaicos, plantas de biogás y biodigestores.

OJO CON LAS BIOELÉCTRICAS

Como parte del programa de diversificación de la industria azucarera cubana y de la estrategia para cambiar la matriz de generación eléctrica hasta 2030, en la Mayor de las Antillas también se introducen bioeléctricas con el fin de producir energía limpia mediante la biomasa.

Sobre la responsabilidad de AZCUBA en esa importante tarea comentó a la Mesa Redonda la jefa de generación eléctrica del Grupo Azucarero, Bárbara Hernández Martínez. Según puntualizó, con miras al 2030 se irán sustituyendo paulatinamente los bloques energéticos de los centrales azucareros de mayor capacidad de producción por plantas de alta eficiencia energética.

“Con la implementación del programa crecerá en más de 4 veces la eficiencia en la generación de electricidad, que hoy tiene una media nacional de 37 kilowatt/hora por cada tonelada de caña que se muele”.

Explicó la especialista que a partir de esta tecnología “existe una flexibilidad total para cogenerar durante el tiempo de zafra y generar con eficiencia fuera de él”. Además se eliminará el tiempo perdido en la fabricación de azúcar por averías en las calderas de vapor de aquellos centrales en los que, a través del programa de las bioeléctricas, se logren sustituir los equipos con más de 40 años de explotación.

Las bioeléctricas, detalló, aportan a la fabricación de azúcar el vapor de baja presión y la electricidad necesaria para el proceso fabril. En tanto, el central tributa bagazo y agua. “Los excedentes eléctricos se venderá a la Unión Eléctrica y se recuperarán por ese concepto las inversiones en las plantas bioeléctricas y también en el fomento de biomasa forestal”.

Según informó, se han identificado unas 89 mil 200 hectáreas de tierras para el fomento de la biomasa forestal. De tal manera, las bioeléctricas no solo trabajarán durante la zafra y con el bagazo acumulado que se genere de esta, sino en los demás meses del año a partir de la disponibilidad de biomasa forestal.

Hernández Martínez destacó la necesidad de “lograr un paquete de financiamiento completo que permita invertir en equipos agroindustriales,  en la propia plantas bioeléctricas y en el desarrollo de la caña, para que el país disponga de la máxima efectividad agroindustrial y energética”.

Los proyectos se ejecutan a través de créditos y también mediante  inversión extranjera directa, en los cuales se están gestionando un total de 236 MW. Uno de ellos, quizás el más importante por su envergadura y porque abrirá el camino de esta tecnología en Cuba, es el que se levanta en el ingenio azucarero Ciro Redondo, de Ciego de Ávila.

Del tema detalló Francisco Lleó Martín, director general de la empresa Zerus, entidad que se constituye como socio cubano en las empresas mixtas del sector azucarero de la Isla. La bioeléctrica del Ciro Redondo  tendrá una eficiencia de 157 kilowatt/hora por cada tonelada de caña que muela el central y generará 391 gigawatts/hora al año, de ellos venderá a la UNE 300. “Durante la zafra utilizará como combustible la biomasa cañera y fuera de ella recurrirá a la forestal para operar 300 días al año”.

Precisó que la obra se encuentra al 41% de ejecución y en ella laboran 500 trabajadores. En junio esa última cifra aumentará a 600 para cumplir los cronogramas previstos y que se ponga en marcha la bioeléctrica en la próxima zafra. “Todo el equipamiento fundamental está en Cuba y se selecciona el personal que operará la planta”.

 

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