¿Sequías o lluvias?, esa es la cuestión

Por: Marta Gómez Ferrals, Prensa Latina

SequíaUn nuevo Día Mundial de Lucha contra la Desertificación y la sequía -el 17 de junio- remite a la comunidad mundial a uno de los más graves asuntos pendientes del mundo de hoy, vinculado al cambio climático planetario.

El asolador avance de la desertificación y la sequía afecta hoy directamente a unos mil millones de personas, de acuerdo con datos aportados por la ONU.

El Convenio Marco contra la Desertificación y Sequía, instaurado por la organización internacional en 1994, ha ido ganando suscriptores en naciones de todo el mundo.

Pero el principal problema, según observadores, es la falta de concreción real y práctica de los programas y leyes derivados a nivel de país y localidad

En fin, que muchos planes de acción todavía son letra muerta y en la praxis de la mayoría de los gobiernos de naciones afectadas todavía se prioriza, por ejemplo, las políticas deforestadoras o plantadoras de monocultivos.

O siguen dando luz verde a la sobreexplotación minera o petrolera, que tanto destruye o degrada ecosistemas y la biodiversidad de sus naciones.

Como han enunciado los especialistas la sequía y desertificación presentes en 110 países tienen un origen antrópico en lo fundamental, combinado con la presencia de causas naturales.

El hombre ha acelerado esos procesos desde hace mucho tiempo con la destrucción de hábitats y ecosistemas, mal manejo y sobre explotación de las tierras, empleo incorrecto de fuentes de agua potable y el incremento de emisiones nocivas a la atmósfera, entre otras creaciones

La sequía y desertificación, al dejar baldías e improductivas grandes extensiones de tierras antes cultivables, agudizan la pobreza, el hambre y la inseguridad alimentaria.

Además, afectan el desarrollo sostenible de múltiples naciones pobres e incentivan, según expertos, guerras y conflictos. Como se ve, su costo social es enorme.

La degradación de las tierras afecta hoy directamente a unos 250 millones de personas y pone en riesgo los medios de vida de más de mil millones y la mayoría reside en los países más obres y de menores recursos.

El pasado año, los resultados de varios estudios científicos confirmaron la vinculación entre los cambios en los patrones de lluvia y climáticos en general en todo el planeta.

Mannava Sivakumar, experto en el tema de la Organización Meteorológica Mundial, el pasado año llamó la atención sobre la creciente intensidad y duración ganados por las sequías desde la última década.

A esto habría que añadir algo cada vez más recurrente: La sequía y desertificación, fenómenos devastadores por sí mismos, vienen ocurriendo en estrecha interrelación con eventos extremos opuestos, como es el caso de ciclos largos e intensos ciclos de lluvias torrenciales.

La combinación alternativa de esos fenómenos ya ha causado cuantiosas pérdidas humanas y materiales a naciones en desarrollo y se espera que el número de esos sucesos se incremente.

Es el caso de las lluvias torrenciales registradas recientemente en el sur y centro de China, incluidas algunas regiones afectadas hasta hace muy poco por una de las sequías más severas de los últimos 25 años.

La tierra erosionada y degradada por la larga sequía perdió su capacidad de absorber los altos volúmenes de agua y los torrentes alcanzaron hasta dos metros.

Han muerto más de 100 personas a consecuencias de las lluvias. Antes, la sequía había castigado la cosecha de trigo y la disponibilidad de agua potable.

La FAO volvió a advertir en fecha reciente que el cambio climático tendrá graves consecuencias en la disponibilidad de agua destinada a la producción de alimentos y en la productividad de los cultivos durante las próximas décadas.

La Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura estima que el incremento de las temperaturas beneficiará el crecimiento de los cultivos en las zonas templadas del norte pero, reducirá su efecto benefactor en la mayoría de los otros lugares del planeta.

El presidente de México, Felipe Calderón, advirtió que para el 40 por ciento de su país 2011 será el año más seco en 70 años.

Calderón destacó recientemente el hecho de que mientras en 2009 el territorio mexicano sufrió la peor sequía en la historia de la nación, el 2010 fue el más lluvioso.

El mandatario se lamentó de la subestimación de que era objeto el tema del cambio climático, debido al exceso de problemas existentes en el mundo, a su criterio.

Llegados a punto en el que casi todo el mundo parece coincidi, respecto al papel decisivo del cambio climático, en el desarrollo y avance de la desertificación y la sequía, es bueno recodar las negociaciones para la próxima Cumbre del Clima.

Desde el pasado primero de junio arrancaron en Bonn, Alemania, las sesiones previas a la cita mundial de la COP 17, que debe realizarse en diciembre en Durban Sudáfrica.

Nada ha sonado hasta ahora que signifique un cambio positivo a favor del saneamiento del clima y salvación del planeta.

De todas formas, se conoció acerca de una buena iniciativa presentada allí por Pablo Solón, negociador del gobierno de Bolivia sobre el tema.

Bolivia sugirió la adopción de un impuesto voluntario sobre las transacciones internacionales a fin de recaudar fondos para la lucha contra el calentamiento global.

Con la contribución del 0,01 por ciento de “todo el dinero que ingresa al país” o, se engrosaría un fondo internacional de apoyo a países en desarrollo, puntualizó el negociador suramericano.

Ojalá que esta propuesta sea escuchada. Ya es hora que en este año alguien recuerde, a nivel de los medios, que se acerca la Cumbre el clima y muchos de sus temas cruciales, intolerablemente, siguen relegados a un último plano.

1 Comentario »

  • RICARDO dijo:

    PARA RESOLVER ESTE PROBLEMA SE DEBE CAMBIAR EL MODELO ECONOMICO QUE SOLO DEPREDA EL MEDIO AMBIENTE. PARA CAMBIAR ESTE CONCEPTO SICOLOGICO IMPERANTE DEBEMOS CAMBIAR NUESTRO NIVEL DE CONCIENCIA. CREO QUE YA NO ES POSIBLE DE ACUERDO AL PENSAMIENTO IMPERANTE

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