EEUU podría tardar casi una década en recuperar la calificación de “AAA”
Estados Unidos, que vio cómo Standard Poor’s degradaba por primera vez en la historia su calificación máxima desde “AAA” hasta “AA+” el pasado viernes, puede tardar casi una década en recuperar la matrícula de honor de su deuda soberana si las lecciones del pasado se repiten.
Ningún país cuya calificación máxima haya sido rebajada por esa agencia ha logrado recuperarla en menos de nueve años, recordó hoy durante una conferencia de prensa telefónica el director general de S P, John Chambers, quien de cualquier modo precisó: “cada país tiene sus propios tiempos, no estamos sugiriendo ningún plazo”.
Australia, Canadá, Dinamarca, Finlandia o Suecia han conseguido en los últimos años reconquistar sus respectivas matrículas de honor, pero todos ellos han tardado alrededor de una década en conseguirlo y lo han hecho a base “de aplicar durante un sostenido periodo de tiempo reformas fiscales sustanciales”, dijo Chambers.
El camino para la recuperación de la preciada triple A, que indica máxima solvencia, se ha conseguido en esas naciones “no solamente con reformas fiscales, sino también económicas”, dijo.
Además, otros países, como Francia o el Reino Unido, han conseguido mantener sus notas gracias a “políticas fiscales bien diseñadas”, como el aumento de la edad de jubilación en el primero, explicó Chambers.
Pero los directivos de la agencia de calificación, la única que por ahora se ha atrevido a degradar la nota a la primera potencia mundial, no parecen estar muy convencidos de que los políticos de Estados Unidos puedan acercar posiciones en materia de política fiscal para que el país recupere la triple A.
Como Standard Poor’s no ve cercano ese entendimiento entre demócratas y republicanos, la calificación de Estados Unidos se encuentra ahora en perspectiva “negativa”, lo que supone que la agencia podría aplicar una nueva rebaja entre los próximos seis y 24 meses.
Un 33 % de probabilidades hay de que eso suceda, aseguraron los directivos de la agencia, que se decantaría por esa segunda degradación “si el paquete de recortes acordado la semana pasada en el Congreso de EE.UU. no se implementa completamente o si continúa el lento avance del crecimiento económico del país”.
De cualquier modo, Standard Poor’s también aseguró que, si finalmente ese paquete aplica en su totalidad y hay avances en materia fiscal, la perspectiva de la nota del país podría elevarse desde “negativa” hasta “estable”.
Aunque las dudas sobre la fortaleza de la recuperación económica estadounidense se han hecho más fuertes en las últimas semanas, la decisión de Standard Poor’s estuvo principalmente motivada por el desacuerdo político que dejó al país al borde de la suspensión de pagos la semana pasada.
El primero de agosto, cuando el Departamento del Tesoro había advertido de que se iba a quedar sin fondos para afrontar sus pagos, el Congreso aprobó “in extremis” un pacto bipartidista para elevar el límite de endeudamiento del país, que hasta entonces estaba fijado en 14,29 billones de dólares.
Ese plan, que comprende recortes iniciales de un billón de dólares en la próxima década, no convence a los expertos de Standard Poor’s, quienes creen que no es suficiente para estabilizar las cuentas públicas estadounidenses.
La decisión de la agencia de calificación ha despertado un gran rechazo en el Gobierno en Estados Unidos y el secretario del Tesoro, Timothy Geithner, dijo el domingo que S P ha demostrado “un criterio verdaderamente terrible y se ha comportado de forma muy pobre”.
Ante esas críticas, los expertos de la agencia aseguraron hoy estar “muy orgullosos” de su historia calificadora e instaron a quienes dudaran de sus métodos de medición de riesgo a estudiar los criterios de análisis con los que aplican sus decisiones.
Ahora todas las miradas están puestas sobre las otras dos principales agencias de calificación, Moody’s y Fitch, que la semana pasada decidieron mantener la “AAA” de la deuda soberana estadounidense, aunque la primera de ellas advirtió hoy de que puede bajar esa nota antes de 2013 si no se aplican nuevas medidas para reducir el déficit público.
Ante ese panorama, el nerviosismo entre los inversores es patente -hacia la media sesión de hoy los tres principales índices de Wall Street se dejaban cerca de los tres puntos porcentuales-, por lo que se suceden los llamamientos a la calma.
Entre ellas destaca la del multimillonario inversor Warren Buffett, el llamado “Oráculo de Omaha” por sus certeras predicciones, quien aseguró el domingo que Estados Unidos “todavía se merece la triple A”, aunque matizó que “el comportamiento del Gobierno no se la merece”.
(Con información de EFE)
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