El representante de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), Rodrigo Granda, en los diálogos de paz que se desarrollan con el Gobierno colombiano en la ciudad de La Habana, rechazó este lunes que la prórroga que se acordó para continuar las conversaciones en la capital cubana tengan que ver con una crisis dentro del proceso.

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”Yo no he oído esa palabra crisis, por lo menos aquí en La Habana jamás se ha mencionado, están dentro de lo normal, consultas, afinamiento de cosas, estudio de material”, dijo Granda en una rueda de prensa.

Sobre la prórroga el representante del grupo armado explicó que simplemente las dos partes habían llegado a un acuerdo para el aplazamiento del diálogo.

”Ahí no hay nada que pueda llamar la atención, simplemente convenimos entre las partes que debíamos ajustar unas cuestiones que todavía nos faltan, en cuanto a los temas que están pendientes del primer punto, del primer ítem del primer punto”, añadió.

Por su parte, otro miembro del equipo de las FARC en los diálogos, Ricardo Téllez, consideró que el aplazamiento en las conversaciones es necesario para analizar los temas que se discuten.

“Somos optimistas en que podemos progresar más, si se prestan las condiciones por parte del Gobierno”, subrayó

Indicó además que ”hay mucho que construir. Todos los días llegan nuevas propuestas. Pido a la opinión pública que tenga paciencia, que se trabaja con dedicación para tratar de construir un edificio con todos los cimientos que puedan dar garantías hacia el futuro”.

Mientras tanto, el representante del Gobierno colombiano en las conversaciones, Humberto de la Calle, negó también haya crisis en los diálogos y afirmó además que se han hecho avances en La Habana.

“Este aplazamiento es para mejorar, para imprimir impulso, pero no hay crisis”, afirmó De la Calle a la prensa colombiana.

Las FARC-EP y el gobierno del presidente Santos se encontraban inmersos en el séptimo ciclo de conversaciones, que finalizaron el pasado 21 de marzo bajo el esquema de tres días de pláticas y uno de receso, y con el tema de la tierra como centro del acercamiento para poner fin a unas cinco décadas de conflicto en el país suramericano.

Además del tema agrario, la agenda para el acercamiento acordada por el grupo insurgente y el gobierno incluye la participación política, el fin del conflicto, el problema del narcotráfico, la atención a las víctimas y los mecanismos de verificar los acuerdos que se logren en la mesa.

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