Expertos de Santiago de Cuba monitorean los impactos del cambio climático

El impacto del cambio climático en la Reserva de la Biosfera Baconao es uno de los asuntos que ocupan a investigadores del Centro Oriental de Ecosistemas y Biodiversidad (Bioeco), líder aquí en esas indagaciones.

Autoridades de la institución, surgida al calor de la cumbre de Río de Janeiro en 1992, explicaron que esas áreas devienen laboratorio para mostrar al país y en particular a las zonas costeras surorientales las negativas consecuencias en 25 años de esas vertiginosas transformaciones.

Indicaron que esas secuelas se aprecian en los ecosistemas y en algunos de sus componentes como los bosques, manglares, playas y especies de la flora y la fauna incapaces de reaccionar adecuadamente a la velocidad y la brusquedad con que se están dando esos golpes ambientales.

Junto a ese proyecto, que es uno de los principales desarrollados por Bioeco, aludieron a otros relacionados con las plantas y otros elementos naturales invasores, entre los cuales se incluyen el pez león, los perros jíbaros, el pájaro vaquero, el ipil-ipil y el marabú.

Entre esos programas impulsados por los especialistas están también los referidos a la cuenca del río San Juan, un enclave natural de notable significación para la vida en esta ciudad y con desfavorables huellas por la deforestación, la contaminación y los cambios en el relieve que se extienden a entornos ribereños.

Estudios para la conservación de sistemas costeros y cuencas hidrográficas con variantes de reforestación y un proyecto demostrativo piloto, que explorará las potencialidades de energías renovables como la del biogás y los sistemas de filtrado natural, integran igualmente la agenda científica del centro.

El auge de la agroecología que pudiera tomar experiencias desarrolladas en Alemania, y la iniciativa Conectando el paisaje, que insertada en el Corredor Biológico del Caribe apunta a la conservación de la biodiversidad en las montañas orientales, ocupan a los científicos de la entidad.

Otro de sus puntos de mira está en la bahía de esta ciudad, la segunda en importancia en Cuba, donde estudian la contaminación a partir de sitios altamente vulnerables y con la colaboración del Centro de Biotecnología Industrial, de la Universidad de Oriente.

(Tomado de Sierra Maestra)

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