Reflejo de las elecciones demuestran polarización política en Costa Rica

El triunfo de los sectores más conservadores y una sonada derrota de los partidos tradicionales constituyen las conclusiones más relevantes de la primera vuelta de los comicios generales en Costa Rica.

En la primera ronda ninguno de los 13 candidatos logró el necesario 40 por ciento de los votos válidos emitidos para proclamarse presidente electo y por lo tanto habrá un balotaje el 1 de abril entre los dos aspirantes con mayor cantidad de sufragios: Fabricio Alvarado, del Partido Restauración Nacional (PRN), y Carlos Alvarado, del gobernante Partido Acción Ciudadana (PAC).

Fabricio Alvarado, un predicador evangélico, ganó la primera vuelta de los comicios, gracias al respaldo de los sectores más conservadores, contrarios a la legalización del matrimonio igualitario.

En las encuestas de diciembre pasado, el aspirante evangélico no sobrepasaba el tres por ciento de la intención de voto, pero un fallo de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) a favor del matrimonio igualitario el 9 de enero caló en lo más profundo de la campaña electoral.

El candidato del PRN aprovechó esa decisión, de obligatorio cumplimiento para Costa Rica, por ser firmante de la entidad continental, para oponerse rotundamente y amenazar incluso con sacar al país de ese organismo de llegar a ser presidente, además de basar su campaña proselitista a partir de ese momento en el rechazo al matrimonio igualitario.

Con una frase repetida hasta el infinito de ‘principios y valores’ defendió el concepto cristiano de familia para atraer los votos de los costarricenses más conservadores, que en las consultas de enero lo catapultaron al primer lugar, con un 17 por ciento de respaldo.

En la jornada electoral del domingo 4 de febrero, Fabricio Alvarado ratificó esos pronósticos y se alzó con la victoria en la primera vuelta, con un 24,91 por ciento de los sufragios válidos emitidos, escrutadas el 94,04 por ciento de las Juntas Receptoras de Votos, último corte preliminar del Tribunal Supremo Electoral, sobre esos comicios.

Para sorpresa de analistas y no pocos habitantes de este país, Fabricio Alvarado disputará la segunda ronda electoral frente al aspirante por el PAC, un exministro del actual gobierno, que también mostró un crecimiento considerable en la opinión de los electores ticos.

Tras estar bien atrás, en las últimas encuestas, Carlos Alvarado apareció ya en tercer lugar con un 10,6 por ciento de la intención de voto, cifra que duplicó, porque con el mismo porcentaje de centros de votación escrutados, tiene un 21,66 por ciento.

Pero el hecho más sobresaliente de las elecciones de Costa Rica radicó en que por primera vez en su historia política, los dos partidos tradicionales, Liberación Nacional (PLN) y Unidad Social Cristiana (PUSC) quedaron fuera de la definición presidencial.

Desde 1949 y durante 65 años, los liberacionistas y los social cristianos se alternaron la presidencia de esta nación centroamericana, hasta que en 2014, el candidato del PAC, Luis Guillermo Solís, derrotó en segunda ronda al aspirante del PLN, Johnny Araya.

Otro resultado curioso de los comicios es que el abstencionismo marca un 34,34 por ciento, aunque elevado, inferior a lo vaticinado por las encuestas previas, que lo situaban cercano al 40 por ciento.

Ahora solo resta esperar al domingo 1 de abril para conocer al nuevo presidente de Costa Rica para el período 2018-2022.

(Tomado de Prensa Latina)

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