Más que salvar a la bahía de Cienfuegos

Llegan labores de descontaminación a la bahía Jagua

La moraleja de que “camarón que se duerme se lo lleva la corriente” viene como anillo al dedo en Cienfuegos, tras las afectaciones a la bahía de Jagua por el derrame de aguas oleosas, provocadas por las intensas lluvias de la tormenta subtropical Alberto hace más de un mes.

Luego de varios días de aguaceros intensos, el 28 de mayo último, el agua acumulada en las piscinas de residuales de la Refinería de Petróleo de Cienfuegos sobrepasó sus límites y arrastraron hacia la ensenada sureña unos 12 mil metros cúbicos de sustancias oleosas mezcladas con hidrocarburos.

Por suerte, la contaminación solo afectó el lóbulo norte y el canal de entrada de la rada, sin llegar a la parte sur donde está ubicada el área protegida de la Laguna de Guanaroca.

En pocas horas el despliegue de medios, equipos y recursos humanos para acorralar el vertimiento y evitar males mayores fue fundamental, en una tarea que aún no culmina y permanecerá hasta tanto no extraigan todos los residuales de carburantes.

Aunque las precipitaciones sobrepasaron los pronósticos, el hecho es que las reiteradas alertas hechas por los expertos, relacionadas con el recrudecimiento de los fenómenos meteorológicos por el cambio climático, aún se mira con óptica conservadora.

Iván Figueroa, director de la Unidad de Supervisión del CITMA en este territorio, refirió a la ACN que eventos meteorológicos extremos como estos se van a estar produciendo y las conclusiones son trabajar más fuerte en los planes de reducción de riesgos de desastres, hacerlos más efectivos y ello debe servir de experiencia para todas las entidades.

Debemos tener una visión más técnica y científica, apoyarnos en los estudios realizados sobre peligros, vulnerabilidad y riesgo, y aplicar cuanto allí se orienta, indicó Figueroa.

El agua acumulada en las piscinas de residuales de La Refinería de Petróleo de Cienfuegos sobrepasó sus límites y arrastraron hacia la ensenada sureña unos 12 mil metros cúbicos de sustancias oleosas

Tenemos muchas industrias pegadas a la costa de la bahía – dijo el especialista-, eso debe servir a las entidades para revisar los planes de manejo de desastres y los estudios de peligro, vulnerabilidad y riesgos.

En la zona industrial de O Bourke producen entidades como la termoeléctrica Carlos Manuel de Céspedes, el Molino de Trigo, la Fábrica de Piensos de Cienfuegos, la terminal de azúcar a granel Tricontinental y el Combinado Pesquero Industrial, entre otros, además del trasiego de cargas líquidas como petróleo por el interior de la rada.

En la guía o plan de manejo tanto para los municipios y entidades se incluyen intensas lluvias, penetraciones de mar, terremotos, deslizamientos y grandes plagas en animales y plantas.

Es imprescindible trabajar de manera intensa para reducir vulnerabilidades, y concientizar a la población y a empresarios que cuando se habla de cambio climático es un hecho real. Aunque a veces no sea perceptible, está sucediendo.

Explicó Fiqueroa, además, que por los informes tributados durante esas intensas lluvias de mayo, de forma paralela efectuaron un estudio de actualización sobre el peligro y vulnerabilidad, con los cuales deben trabajar las instituciones para dar respuesta, y ponerlas en práctica con mayor frecuencia; y así a la hora de la verdad no tener que improvisar.

Sobre todo cuando se trata de un ecosistema tan relevante para la provincia, el cual merece protección porque en la bahía de Jagua hay un nicho de valores históricos, ambientales, patrimoniales e identitarios para todos los cienfuegueros.

(Con información de ACN)

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