Cara a cara sobre el derroche (+ Fotos y Video)

Casi el 98 por ciento de los comentarios que llegaron a la Mesa Redonda se refieren al derroche de agua.

Por Yailin Orta Rivera, especial para la Mesa Redonda

Fotos: Roberto Garaicoa

Periodistas y funcionarios públicos responsabilizados con la promoción de las políticas de ahorro en sectores estratégicos de la economía y la sociedad, apoyados en opiniones de la población, pusieron el Derroche a debate en la Mesa Redonda de este viernes.

José Alejandro Rodríguez, premio nacional de Periodismo,  comentó que tenemos pocas cosas para derrochar y paradójicamente es frecuente esta actitud entre cubanos. “El derroche es el gasto inútil e ineficaz, o el gasto excesivo de materias primas, de recursos… Se han perdido las normas de consumo, la base normativa que te permite decir qué se está derrochando”.

En su opinión, le preocupa la mentalidad de regañar al ciudadano, que sin lugar a dudas tiene responsabilidad, pero que a su vez es el reflejo de las reglas de la sociedad en la que vive. “Si percibe que no hay sentido de control de los recursos, si ve que los salideros impunemente están emanando agua por la ciudad, si observa que en determinado centro de trabajo los inodoros botan agua… entonces él puede replicarlo o quedarse al margen. Además, si los responsables del derroche tuvieran que pagar estarían con una mano delante y otra atrás”.

Advirtió que este problema no se resuelve con llamados a la conciencia, sino que hay que buscar los móviles. “Porque todo este dilema se entronca con la falta de sentido de pertenencia, por eso es tan necesario rescatar el sentido de que las personas trabajen con sentido y responsabilidad para que vivan mejor”.

El destacado periodista reconoció que había que  ir a la raíz de este tema. “En una economía como la cubana, que está siempre tensionada, que no ha logrado una reproducción ampliada, floreciente… el problema del despilfarro tiene causas estructurales y hay que buscar las razones por las cuales un director de una empresa o a un funcionario no le va ni le viene o no tiene entre sus preocupaciones esenciales el hecho de que se dilapiden los recursos. Cuando una inversión no se controla, cuando no se lleva el control estricto y riguroso usted está despilfarrando, y si no controla que le desvíen los recursos tiene que romper la pared o tiene que volver a pintar, por poner ejemplos”.

Alegó que la empresa estatal tiene que aprender de lo que hoy está ocurriendo en el sector no estatal. “Un cuentapropista o un cooperativista sabe que le va a afectar el bolsillo el derroche, una vez que se repartan las utilidades”.

Su colega Vivian Bustamente, del periódico Trabajadores, explicó que hay preocupaciones diversas sobre este tema. “Los lectores redundan, en las cartas de denuncia que envían a nuestras redacciones, en el problema del malgasto del agua. Pero a veces no advertimos otro derroche sensible, el de nuestro tiempo, porque con no poca frecuencia debemos invertir muchas horas para resolver quizá un papel. Y si está en un trámite de Vivienda este tipo de derroche puede ser más expansivo”.

Para esta columnista, el asunto no solo estriba en enfrentar este mal a partir de lo legislado o establecido, sino que hay que afrontarlo a partir del correcto ejercicio de las funciones de quienes tienen que responder. “Además, donde se observe una ineficiencia, ahí hay derroche”.

El ingeniero Ramsés Montes Calzadilla, del Ministerio de Energía y Minas, compartió muchas de las experiencias de su sector. “En 2012 surgió nuestra Oficina para el uso racional de la energía, como parte del perfeccionamiento de la Revolución Energética, a partir de la cual se desplegó en el país una amplia inversión”.

Refirió que casi el 98 por ciento de los comentarios que llegaron a la Mesa Redonda se refieren al derroche de agua, lo que, en su criterio, tiene una explicación. “Algo semejante pasaba antes de que el país acometiera la Revolución Energética, porque se había acumulado un deterioro tremendo en el ramo, lo que ocurre de manera semejante con los recursos hidráulicos. “En el año 97 surgió el PAEC, que estaba enfocado al cambio de equipos ineficientes, lo que ganó fuerza y se concretó en los años 2005 y 2006, cuando se cambiaron 4,4 millones de equipos ineficientes, se instalaron 2 mil 400 megawatts con generación más eficiente y comenzó un amplio programa de rehabilitación de redes con una situación técnica difícil. De alguna manera, con relación al agua estamos en un proceso algo similar. Las redes eléctricas tenían un problema técnico y había que hacer una inversión. Estos problemas técnicos terminan en un problema de derroche. En cambio, a partir de esta gran transformación que emprendió el país de cara al consumo de energía, el panorama varió. Del año 2005 al 2013 vemos cómo se ha dado un crecimiento de un 41 por ciento en el PIB con relación a los consumos de combustible. En 2013 se consumió para generar electricidad un 6 por ciento menos que en 2005”.

En las estadísticas, dijo, se constata que se ha dado un ahorro de 18,8 millones de toneladas de combustible, lo cual no lo tuvimos en dinero físicamente, pero de seguir como estábamos lo hubiéramos tenido que pagar y los apagones hubieran podido ser más intensos que en 2005.

La inspección que hoy realiza la Oficina en la que trabaja se está concentrando con más empeño hoy en los 2 mil centros que consumen el 80 por ciento del combustible en el país y más del 50 por ciento del consumo de electricidad.

“En la mayoría de las inspecciones que realizamos detectamos luces encendidas innecesariamente, o aires acondicionados prendidos si las adecuadas condiciones de hermeticidad… y hablamos de cuestiones que se resuelven con relativa facilidad”.

Precisó que la Oficina hace un plan de medidas a la entidad inspeccionada, “pero lo que más lamentamos es que en estos lugares se detectan los problemas a partir de una inspección externa porque no tienen un sistema para autodetectar esas fisuras”.

Entre las causas de esta tendencia, mencionó la ausencia de personal especializado o la falta de capacitación y de dominio técnico para afrontar estos perjuicios.

También llamó la atención sobre el hecho de que la reducción de los portadores energéticos se traduce en una mayor utilidad, y hoy con la Resolución 17 esto se traduce en más salario. Al mismo tiempo, reconoció, se observa una especie de tabú con la postura de que no hay dinero para resolver esta situación, y así nos hemos adaptado a vivir con esta perniciosa realidad. Como hay quienes tienen mal concebido los planes, y aún con sus derroches de corriente o de otro recurso no incumplen sus planes de consumo.

José Antonio Hernández, del Instituto de Recursos Hidráulicos, sostuvo que no existe en el país total conciencia de la necesidad de ahorrar el agua. Sin embargo, el cambio  climático provoca que cada vez haya menos lluvia y en Cuba, por su carácter insular, cada vez habrá menos agua. “El 60 por ciento del agua lo consume la agricultura, y de esta derrochan un 20 por ciento, como del 20 por ciento que se consume en los hogares se pierde más de un 40 por ciento”.

Para evitar esta situación, ponderó que hay que tener técnicas más eficientes en los sistemas de riego, como ahora en el acueducto se está llevando un programa para la reducción de pérdidas.

Por su parte, argumentó, en las instituciones sociales –escuelas, hospitales…- hay que hacer un llamado para hacer un uso más racional de este vital recurso.

El caricaturista Adam Iglesias reflejó desde el dibujo el derroche en la sociedad cubana.

José Alejandro Rodríguez, premio nacional de Periodismo, comentó que tenemos pocas cosas para derrochar y paradójicamente es frecuente esta actitud entre cubanos.

El ingeniero Ramsés Montes Calzadilla, del Ministerio de Energía y Minas, compartió muchas de las experiencias de su sector.

Para la periodista Vivian Bustamante el asunto no solo estriba en enfrentar este mal a partir de lo legislado o establecido, sino que hay que afrontarlo a partir del correcto ejercicio de las funciones de quienes tienen que responder.

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