Por Yailin Orta Rivera, especial para la Mesa Redonda

Fotos de Intenet

Nuestra delegación deportiva quedó en un cuarto lugar, secundando a Estados Unidos, Canadá y Brasil.

Desde 1971, con excepción de Habana 91, cuando Cuba alcanzó el primer lugar del medallero, la delegación antillana ocupaba el segundo lugar en los Juegos Panamericanos. Pero en esta ocasión, en Toronto, no fue así. Nuestra delegación deportiva quedó en un cuarto lugar, secundando a Estados Unidos, Canadá y Brasil.

Los expertos aseguran que una actuación similar la tuvimos en la V edición, efectuada en Winnipeg en 1967, cuando el orden de los primeros cuatro fue el mismo que ahora en Toronto, a donde fuimos con el pronóstico de revalidar el segundo puesto entre los máximos ganadores de títulos.

Entre los favoritos para desplazarnos, siempre se supo que podría estar Brasil, quien llevó una delegación que se aproximó a los 600 atletas, y Canadá, el país anfitrión, que quiso regalarle un verano excepcional a su afición.

Para el subdirector del periódico Granma, Oscar Sánchez, se sabía que la rivalidad con Canadá y Brasil sería fuerte desde el primer día de competencias. Los primeros por su condición de sede, que es un privilegio que no se puede desconocer por muchísimas razones, entre ellas que fue con su mayor delegación en la historia de estas citas multideportivas, y los segundos porque se alistan para las Olimpiadas del año próximo.

Tampoco, dijo, se puede olvidar la condición de los tres a los que nos enfrentamos: Estados Unidos es la primera economía del mundo, Brasil es la octava y Canadá es la décima. Además de que luchamos contra el robo de talento y las dinámicas del deporte en el mundo. A lo que se añade que muchos de los campeones latinoamericanos son formados por entrenadores cubanos.

Siempre se habló de más de 50 preseas de oro. El rango oscilaba entre las 45 y 55 aproximadamente. Pero Cuba no se acercó a esa previsión. Terminó con 36 de oro, 26 de plata y 34 de bronce.

De antemano se sabía que la representación cubana, compuesta por  461 atletas, tenía que ser muy eficiente para lograr las medallas de oro que le garantizaran el lugar que tradicionalmente ocupó desde Cali 1971.

Cuba podría aspirar al 61,8 por ciento de las preseas doradas que se otorgarían en Toronto, ya que se inscribieron atletas en 225 de las 364 pruebas convocadas. Quiere decir que con menos atletas y en menos pruebas, había que ganar más. Sin embargo, de las 364 pruebas convocadas hubo atletas de la mayor Isla de las Antillas en 217, y solo pudieron incluirse en 121 finales. No obstante, en la delegación reinó un gran espíritu. Nuestros deportistas se esforzaron. Querían una medalla.

Para el periodista Dayán García, este es un buen momento para analizar el funcionamiento de nuestro sistema deportivo, que entre sus fortalezas dispone de una estructura piramidal para la formación de los atletas, coherentemente pensada. Hay que detenerse en sus fortalezas y en sus debilidades, y trabajar para restituir las fracturas.

En opinión de Raiko Martín, jefe de la página de Deportes de Juventud Rebelde, si comparamos el comportamiento por deportes en Guadalajara y ahora, solo canotaje, taekwondo, tiro, gimnasia artística y clavados mejoraron en su aporte dorado.

Entre los que debían catapultar a Cuba en la tabla general por países, la lucha decreció en cinco coronas (de 9 a 4); el judo, en tres (6-3), y el boxeo, en dos (8-6). Del atletismo sí era de esperar que el botín no fuera como el anterior (18), pero que tampoco se quedara en cinco.

Oscar Sánchez argumentó que hay que trabajar más con las potencialidades que tenemos y no sentirnos decepcionados, porque entre los deportistas que estuvieron en Toronto hay muchos que son posibles campeones olímpicos, y que eso lo veremos en la próxima actuación en Río.

Por su parte, Dayán García insistió en que las otras escuelas de deporte podrán tener mucho dinero, pero que nosotros tenemos que seguir trabajando con la nuestra, en la que con anterioridad se combinaba todo. “No solo se puede pensar en fortalecer las EIDE, sino todo el sistema deportivo en general, que es el que hace posible que llegues a esas instancias”.

Raiko Martín precisó que no alcanzamos tampoco un resultado apocalíptico, pero que hay que partir de esa realidad para perfeccionarnos y corregir lo que está mal. “Tenemos atletas en esta delegación, como Yarisley Silva, que se crecieron enormemente. Pero hay que ser realistas, y saber que hemos mermado mucho, por eso hay que optimizar el trabajo y tenemos que pulirla, como decimos entre cubanos”.

A esta reflexión, Dayán García sumó que el sistema deportivo hay que cuidarlo más, a los alumnos, a los profesores… porque a veces el abandono golpea.

En los minutos finales de la Mesa Redonda, René Jiménez, directivo del Inder, informó que el 7 de agosto se inaugurarán en Toronto los Parapanamericanos, en los cuales estaremos representados en 8 deportes, al tiempo que de las 393 pruebas convocadas podremos aspirar a 71 de esos títulos.

Cuba podría aspirar al 61,8 por ciento de las preseas doradas que se otorgarían en Toronto, ya que se inscribieron atletas en 225 de las 364 pruebas convocadas.

Oscar Sánchez argumentó que hay que trabajar más con las potencialidades que tenemos y no sentirnos decepcionados, porque entre los deportistas que estuvieron en Toronto hay muchos que son posibles campeones olímpicos.