Contrapesos de la XXV Feria del Libro (+ Fotos y Video)

Un balance sobre la Feria Internacional de La Habana e informaciones sobre los eventos en las provincias se realizó en la Mesa Redonda de este martes.

Por Yailin Orta Rivera, especial para la Mesa Redonda

Fotos: Roberto Garaicoa

La XXV edición de la Feria del Libro, el evento cultural más importante de Cuba por su carácter multitudinario, expansivo y de crecimiento espiritual, ha recorrido siete provincias, desde que el 22 de febrero cerrara su etapa internacional en La Habana, en su principal sede de La Cabaña.

Zuleika Romay, presidenta del Instituto Cubano del Libro, valoró lo acontecido hasta el momento y se detuvo en lo que es preciso superar para que no se repitan varias insatisfacciones que acompañaron a los asiduos a este espacio.

Entre los elementos positivos, afirmó que se ha remontado el atraso productivo que existió durante la edición capitalina, la cual desarrollaron con la ausencia de unos 200 títulos que estaban previstos presentar, lo que redondeaba la cifra de un millón de ejemplares.

Vamos a llegar a la feria de Santiago de Cuba –donde concluirá el evento-, la Isla de la Juventud y Sancti Spíritus con el 95 por ciento del plan, mientras unos 35 títulos que no fue posible imprimir los pasaremos para el año 2017”, precisó, al tiempo que comentó que la producción editorial de la Feria es un proceso productivo que responde a una organización que asumen las editoriales y que está respaldado por el plan de la economía.

En La Cabaña, dijo, se presentaron 418 títulos –cifra que aumentó en las provincias que le siguieron-, y los precios se comportaron como promedio en unos 10 pesos, porque hay libros para niños que cuestan 3 y 5, y otros especializados rondan los 20 pesos o más.

De las modificaciones que realizaron, explicó que el principio es que las provincias dispongan de más libertades en los cronogramas para que los escritores participen, como los libros demandados han contribuido a mejorar y darle más densidad a los programas literarios.

También, argumentó, nos propusimos mejorar las relaciones entre los editores y los lectores, porque no es lo mismo un vendedor, que no tiene habilidades especiales, que un editor, que tiene más competencias para sugerirle y convencer al lector.

Sostuvo que consideraron más favorable, además, eliminar el concepto de la gran librería, como bazar en el que no se diferencian por editoriales sino por perfiles las ofertas literarias, por una distribución que propiciara una mejor relación entre editor-lector, con la que las personas ganaran en mayor orientación respecto a sus demandas cognitivas.

Sin embargo, apuntó, se generó la insatisfacción entre quienes fueron a buscar libros para varios miembros de su familia y con diversos intereses, de que tuvieron que emplear más tiempo para llegar a esos textos, lo que implicó también someterse a más colas. “Para la próxima ocasión tendremos que buscar la manera de facilitar esta convergencia”.

Aludió a que se esforzaron para que en La Cabaña mejorara la señalética, y se acudió más  a la radio y a la comunicación con tecnologías digitales… “pero lo que hicimos no pudo compensar el sentimiento de desorientación”.

Reconoció que igualmente hubo un factor sicológico que no tuvieron en cuenta: una mayor oferta de servicios en cuc, a lo que se unió que las editoriales invitadas, cuando se ven afectadas en sus ventas: o suben los precios de los libros o hacen una promoción de artículos que no promueven la literatura, pero saben que tienen demanda, como fue la iconografía del fútbol.

Para modificar esta realidad, argumentó que “tenemos que lograr un equilibrio entre nuestra defensa de este evento como espacio cultural y de competencia comercial”.

La Presidenta del Instituto Cubano del Libro aseguró que se han concentrado en desmenuzar y evaluar la Feria de La Habana, y específicamente lo programado en La Cabaña, porque “las otras sedes tienen una codificación entre las aspiraciones de los habaneros, ya que son instituciones culturales emblemáticas con un perfil definido que elaboran un programa para determinado público. La Cabaña, en tanto, es un espacio al cual se accede para el paseo, los amigos comparten… y aunque durante 10 días la literatura se impone como protagonista, hay que lidiar entre el público que engrandece su saber y el que va a recrearse. Hay que manejar esa aparente contradicción y satisfacer a ambos tipos de público”.

Subrayó que este año “nos quedamos menos satisfechos porque la oferta editorial se vio un poquito más débil, y crecimos en asistentes pero no en los que compran libros. Asimismo hay que repensar la asistencia de los expositores extranjeros, porque tienen diferentes perfiles y hay que estimular la presencia de los que tengan buena literatura y ser exigentes con las normas de participación. En esta ocasión creo que nuestra exigencia no fue la suficiente”.

Llamó la atención sobre el criterio que defendieron de desplazar los servicios gastronómicos hacia la periferia, “pero parece que vendieron más cerveza de la adecuada, y no es necesario tener una feria del libro para vender cerveza, como igualmente el agua disponible no fue la suficiente”.

Sobre los aspectos positivos, Zuleika Romay destacó que hay que seguir avanzando en esos aspectos, mientras las demandas no satisfechas son el reto para la edición que viene.

Zuleika Romay, presidenta del Instituto Cubano del Libro, valoró lo acontecido hasta el momento y se detuvo en lo que es preciso superar para que no se repitan varias insatisfacciones que acompañaron a los asiduos a este espacio.

EXPERIENCIAS EN OTROS TERRITORIOS

En los territorios de Pinar del Río y Matanzas las vivencias tuvieron un mejor rostro, así lo confirmaron en la Mesa Redonda de este martes Luis Enrique Rodríguez y Alfredo Zaldívar, directores de Ediciones Loynaz y de Matanzas, respectivamente.

Luis Enrique Rodríguez abundó en que concibieron un programa profesional que incluyó todas las artes, y que fue en el emblemático teatro José Jacinto Milanés donde se desplegó la gala de apertura a la que asistieron importantes personalidades de la cultura cubana.

Precisó que más de 150 mil ejemplares estuvieron a disposición de los lectores en librerías, centros de educación, producción y los servicios, en un amplio programa que incluyó no solo presentaciones de libros, sino intercambios de lectores con escritores, descargas literarias, exposiciones y conciertos.

El Director de Ediciones Loynaz reverenció en su intervención la labor del colectivo que lo acompaña, que cuenta con una basta experiencia. “Tenemos un equipo de trabajo que se enfrenta a retos muy grandes como la edición, la impresión de los libros y la comercialización. Y la nueva manera de pensar la relación entre la editorial y sus lectores, nos sirvió de mucho para reactivar las ventas en nuestro territorio”.

Por su parte, Alfredo Zaldívar, director de Ediciones Matanzas, coincidió con que la Feria  se reafirma como el acontecimiento cultural más importante de La Atenas de Cuba, al tiempo que se detuvo en la provechosa trayectoria de Ediciones Matanzas, y sus aportes a un encuentro prestigioso como este.

Asimismo, destacó la gala de apertura en el territorio, que protagonizaron significativos artistas matanceros en la reinaugurada Sala White, y mencionó que aunque no dispusieron de una gran librería como los espacios que tiene La Cabaña, sí sostuvieron un programa de presentaciones de lujo, que tuvo el acompañamiento de un nutrido público.

Entre las novedades editoriales citó la autobiografía de Juan Francisco Manzano, que no se editaba desde los años 70. “Una edición preciosa, no solo como objeto, sino también por la labor de Alex Castro, brasileño apasionado de Cuba especialista en temas de la esclavitud, quien ahora insiste en presentar en su país la obra Cecilia Valdés.

“Vino a redescubrirnos a Manzano, el poeta esclavo, precisamente cuando se cumplen 130 años de la abolición de la esclavitud. A propósito, hicimos un panel en el que se presentó el libro Cepos de la memoria, de Zuleica Romay, y también intervinieron estudiosos del tema”.

Igualmente, dijo, tuvimos el beneplácito de tener con nosotros a los dos escritores cubanos homenajeados: Lina de Feria y Rogelio Martínez Furé, “a quienes se les entregó una nueva distinción creada por el Centro Provincial del Libro y la Literatura, El libro alto; que parte de un poema de Cintio Vitier, porque quisimos que este premio fuera también  un homenaje a él y todo lo que representa”.

Del catálogo que presentó Ediciones Matanzas, expresó que tuvieron unos 32 libros, y la revista Matanzas, más boletines y plaquettes.

Como carencia del evento en la provincia, señaló que no tuvieron la cantidad de libros previstos, por ser la segunda sede después de La Habana, aunque le alegra que las personas se queden con las ganas, porque eso quiere decir que el público pide que sigan existiendo libros.

La escritora y premio Casa de las Américas, Mildre Hernández, hizo énfasis en la demanda que tienen los libros dedicados a los niños en esta fiesta de la literatura, y mencionó la variedad de autores y de formatos que se pusieron a disposición de los más pequeños.

Vea la Mesa Redonda sobre la Feria del Libro

Más Fotos de la Mesa Redonda

En La Cabaña se presentaron 418 títulos –cifra que aumentó en las provincias que le siguieron-, y los precios se comportaron como promedio en unos 10 pesos, porque hay libros para niños que cuestan 3 y 5, y otros especializados rondan los 20 pesos o más.

La escritora y premio Casa de las Américas, Mildre Hernández, hizo énfasis en la demanda que tienen los libros dedicados a los niños en esta fiesta de la literatura, y mencionó la variedad de autores y de formatos que se pusieron a disposición de los más pequeños.

En los territorios de Pinar del Río y Matanzas las vivencias tuvieron un mejor rostro, así lo confirmaron en la Mesa Redonda de este martes Luis Enrique Rodríguez y Alfredo Zaldívar, directores de Ediciones Loynaz y de Matanzas, respectivamente.

Por su parte, Alfredo Zaldívar, director de Ediciones Matanzas, coincidió con que la Feria se reafirma como el acontecimiento cultural más importante de La Atenas de Cuba, al tiempo que se detuvo en la provechosa trayectoria de Ediciones Matanzas, y sus aportes a un encuentro prestigioso como este.

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