Cuba apuesta por una agricultura sostenible (+ Video)

Por: Manuel Alejandro Hernández Barrios

Emisión: 20/04/2017

La Asociación Cubana de Técnicos Agrícolas y Forestales cumple 30 años en el desarrollo de un tipo de agricultura orgánica que propicia el fortalecimiento de formas de producción más naturales y sostenibles. A la definición, importancia y desarrollo de la agroecología en Cuba estuvo dedicada la emisión del espacio televisivo Mesa Redonda de este jueves 20 de abril.

El desarrollo sustentable de la agricultura con bases agroecológicas es la motivación principal de la Asociación Cubana de Técnicos Agrícolas y Forestales (ACTAF) al llegar a su 30 aniversario de creada. Sobre cómo se ha logrado impulsar esos conceptos en estos 30 años en los agricultores cubanos, la master en ciencias Idalmis Nazco Chaviano, presidenta de la Asociación Cubana de Técnicos Agrícolas y Forestales (ACTAF) refirió que “la ACTAF se crea en 1987 para promover y adoptar un tipo de agricultura orgánica. Tenemos 15 filiales provinciales y en el municipio especial Isla de la Juventud, ya tenemos estructuras en 158 municipios. Contamos con unos 26 mil afiliados agrupados en órganos de base y socios institucionales.

“ACTAF desde sus inicios ha estado al servicio de la agricultura cubana, considerando que el mejor servicio para poder impulsar todos los procesos de desarrollo de la agricultura son sus hombres y mujeres que son los verdaderos influyentes en el desarrollo sostenible.

“Estos 30 años han estado marcados por las etapas de desarrollo de la agricultura cubana, influenciado por las tendencias internacionales asociadas al movimiento agroecológico internacional, al movimiento de cultura orgánica internacional, a la evolución del concepto de desarrollo sostenible.

“Desde 1992 Fidel Castro alerta sobre los efectos de la globalización desde el punto de vista ambiental y social, y alerta sobre la progresiva liquidación de las condiciones naturales de la vida del hombre, lo que constituye un riesgo para la supervivencia de la vida humana.

“La ACTAF posiciona sus inicios en contexto nacional del periodo especial cuando se inician movimientos como el de la agricultura urbana, el movimiento agroecológico campesino a campesino. La ACTAF promociona una nueva manera de hacer agricultura con un enfoque orgánico, capacitando y preparando a aquellos interesados y pretende con el desarrollo científico y humano contribuir al desarrollo de estos movimientos.

“Es justo en ese tiempo que, a partir del trabajo del Grupo de Agricultura Orgánica, enmarcado en el trabajo de la organización, se le entrega un premio nobel alternativo en 1999 a la ACTAF en reconocimiento internacional, The Right Livelihood Award.

“La segunda etapa de desarrollo del grupo es la etapa de institucionalización. Durante el periodo especial tuvimos una marcada descapitalización notable de la agricultura cubana desde el punto de vista tecnológico, económico y humano, con una migración de la fuerza técnica hacia otros sectores, la migración de jóvenes hacia las zonas urbanas. En ese momento comenzamos a atender como instituto a todos esos técnicos y agricultores asociados e interesados en la agricultura orgánica.

“Tratamos de fortalecer, durante diez años, la atención a los técnicos y agricultores y el desarrollo endógeno de la organización. Eso nos llevó a ampliar la membresía, a trabajar con las necesidades de capacitación, de información y de reconocimiento a los hombres y mujeres que defendían este tipo de agricultura por encima de las escaseces del sistema.

“La tercera etapa comienza en 2011 con la aprobación de los lineamientos de la política económica y social, se inicia la actualización del modelo económico cubano y se comienza a ver a la ACTAF como otra forma de contribuir al desarrollo de la agricultura cubana. En este periodo se marca también el proceso de perfeccionamiento de la agricultura cubana, donde la ACTAF asume un leguaje motivador que en la actualidad está llevando un alto proceso inversionista.

“Nos posicionamos sobre la base de potenciar la atención a los hombres y mujeres que están dentro del sector, para seguir defendiendo el paradigma de la ACTAF de una agricultura sostenible sobre bases agroecológicas con retos y aspiraciones al futuro.

“Formamos parte del sistema de ciencia de la agricultura cubana, formamos parte de su sistema de extensión agraria. Llevamos el conocimiento y la información por todas las vías posibles. Nos articulamos con otras asociaciones y actores locales. Realizamos y ejecutamos proyectos que se aplican con la colaboración internacional, para promover nuevas maneras de hacer agricultura”.

¿Qué es la agroecología?

Sobre lo que significa la agroecología y los conceptos sobre los cuáles Cuba desarrolla la agricultura basada en la agroecología, el doctor Roberto A. Caballero, coordinador del Programa Agroecológico de la Asociación Cubana de Técnicos Agrícolas y Forestales (ACTAF) considera que “en Cuba hay un modo de producción establecido que dificulta la aceptación por técnicos y agricultores de una propuesta de agricultura sostenible sobre bases agroecológicas, porque no hay un completo entendimiento de lo que significa agroecología.

“Agroecología no es un conjunto de tecnologías, ni es un modelo productivo. Es una ciencia que se nutre de los saberes campesinos, de la cultura agraria local, se nutre del estudio detallado del sistema en que se desarrolla la agricultura, la finca, la empresa, el lugar donde debe desarrollarse el proceso de producción y se nutre de los conceptos más avanzados de la ciencia cubana e internacional.

“Los modelos productivos sostenibles deben servir de base a la seguridad alimentaria cubana. La agroecología lo que suministra es el saber para hacer la tecnología, no es la tecnología. Tiene total coherencia con los Lineamientos de nuestra política económica y social, con los objetivos que plantea el desarrollo de nuestro país, donde está claramente definido que pretendemos el logro de un socialismo próspero y sostenible.

“En Cuba la seguridad alimentaria es un asunto de seguridad nacional. Si no tenemos seguridad alimentaria, resultará muy difícil lograr un socialismo próspero y sostenible.

“Una agricultura próspera y sostenible debe ser eficiente en el uso óptimo de los recursos técnicos y humanos, la agroecología al ser mucho más científica que la agricultura de altos insumos tiene mayor rendimiento y estabilidad productiva, tiene que tener una reducida dependencia externa porque la dependencia crea riesgos, tiene que ser reciliente a las condiciones climáticas adversas, tiene que ser ambientalmente responsable y socialmente justa.

“Agricultura sostenible sobre bases agroecológicas: es una propuesta de desarrollo agrario ambientalmente amigable, económicamente rentable y socialmente justa, enfocada al fortalecimiento de la Soberanía Alimentaria local.

“La agroecología nace en el mundo bajo el enfoque de la pequeña finca porque es el de más fácil adaptación a la diversidad que se requiere para un balance agroecológico.

“A diferencia de la agricultura orgánica que veta totalmente el uso de productos químicos, la agricultura sostenible sobre bases agroecológicas no cataloga los recursos ni los medios empleados en la producción por su origen, los valora por el efecto que pueden ocasionar respecto a las características que debe tener una agricultura próspera y sostenible.

“Siempre que hagamos agricultura estaremos creando determinados niveles de desequilibrio natural. Es imposible hacer agricultura sin crearlo. Haya que buscar opciones maneras que sean las que menos desequilibrios creen al mismo tiempo sean manejos a recuperar los desequilibrios creados”.

Campesino a campesino

El movimiento Campesino a campesino sigue andando hoy en el país, y la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP) sigue apoyando el desarrollo de una agricultura con bases agroecológicas. Sobre los resultados evidentes de ese movimiento la master en Ciencias Adilén Roque Jaime, coordinadora del movimiento agroecológico de la ANAP refirió que “en el caso de la ANAP la agroecología tiene como antecedente la sabiduría del campesino.

“La metodología Campesino a campesinos nos llega en el año 1997, un momento crucial para la agricultura cubana. Desde ese momento hasta la actualidad hemos llegado hasta 150 mil familias campesinas que hoy producen de forma agroecológica por convicción. Hoy tenemos agrupadas más de 200 mil fincas con diferentes integraciones agroecológicas.

“Hemos establecidos tres categorías: Finca iniciada en el camino agroecológico, finca en transformación agroecológica, y fincas agroecológicas. Estas fincas logran una gran integración familiar, facilitando el trabajo de la mujer, de los jóvenes, de los niños y hasta de los ancianos en dependencia de las posibilidades de cada uno. Estas fincas las encontramos en todo el país en diversidad de suelos y condiciones.

“Estas fincas tienen un trabajo muy positivo en la formación vocacional de las futuras generaciones a través de círculos de interés de agroecología, que muchas de ellas lo tienen. Tenemos aulas anexas donde los estudiantes de politécnico vienen a realizar sus prácticas.

“Hemos acudido a todas las herramientas posibles para realizar el trabajo de convicción y divulgación de buenas experiencias. Plegables, videos sobre el impacto de los químicos. Estamos conscientes de la importancia de la capacitación permanente de nuestros campesinos”.

Agricultura Urbana, Suburbana y Familiar

El movimiento de Agricultura Urbana, Suburbana y Familiar constituye un ejemplo palpable de lo que se puede hacer. Sobre el trabajo del movimiento en ese propósito de lograr una agricultura agroecológica, y su relación con la ACTAF el ingeniero Francisco Martínez Rodríguez, investigador del Instituto de Suelos, miembro del Grupo Nacional de Agricultura Urbana, Suburbana y Familiar comentó que “hace 30 años también, el General de Ejército orientó la generalización de los organopónicos en Cuba, una tecnología de altas ventajas estudiada por un grupo multidisciplinario.

“Durante el periodo especial el país pierde la capacidad para adquirir insumos necesarios para el desarrollo de la agricultura y nos vimos en la necesidad de aplicar métodos de aprovechamiento de recursos locales para poder producir y mantener altos niveles productivos. Así surge el movimiento de la Agricultura Urbana, Suburbana y Familiar, y el programa nacional de la Agricultura Urbana, con el que se comienzan a producir vegetales en el sistema de organopónicos en las grandes ciudades.

“Se han desarrollado dentro de las ciudades organopónicos y huertos intensivos semi-protegidos. Hoy contamos con 8300 hectáreas bajo este sistema de cultivos. Aspiramos llegar a las 10 mil. En este sistema productivo se produce el 50 % de los vegetales que se consumen.

“Ahora producimos en las periferias de las ciudades, en las capitales provinciales, en las cabeceras municipales, en los asentamientos. Siempre mirando la creciente demanda de la población en esos territorios. Por eso ahora pasamos de urbana a suburbana, la cual constituye el 15 % de la superficie del país. Contamos con 90 mil fincas de producción.

“En la Agricultura Urbana, Suburbana y Familiar los resultados son palpables. En el movimiento de frutales estamos constituyendo 100 nuevas cooperativas en las cuales se han introducido 57 especies de frutales, incluso aquellos escasos o en peligro de extinción. Eso ha ayudado mucho a la sustitución de importaciones con todas las prácticas agroecológicas que se han realizado como la producción de abonos orgánicos y de semillas. El movimiento ha logrado el autoabastecimiento municipal en concordancia con el lineamiento 171 de las orientaciones del Partido”.

Retos

La población debe crear conciencia para que crezca la producción agrícola con bases agroecológicas. Sobre los retos en ese sentido, la presidenta de la ACTAF, Idalmis Nazco Chaviano, indentificó que “son los mismos que tiene toda la agricultura cubana. Desde el punto de vista asociativo queremos llegarle a todos los técnicos y profesionales y tener incidencia también en los productores y productoras, ampliar nuestra afiliación, fortalecer el trabajo con las nuevas generaciones, queremos llegar a una escala superior del modelo sobre la base de la integración con instituciones científicas y académica. Generalizar las buenas prácticas. Eso requiere mucha información y preparación.

“Está previsto para el martes 25 en la Universidad Agraria un encuentro nacional para promover un trabajo articulado y crear el Comité Nacional de Agroecología y transitar desde la ACTAF con otros actores hacia una cultura no solo de producción, sino de consumo responsable. José Martí dijo que la tierra no la heredamos de nuestros padres, sino que la pedimos prestada a nuestros hijos. Solo entendiendo este precepto podremos lograr una sostenibilidad ambiental y social”.

Vea en Video la Mesa

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