9 de abril de 1958: Un acto de valentía en la historia cubana
Por Aniel Santiesteban García
Fotos de Roberto Garaicoa
Emisión: 09/04/2018
“La historia de un país se escribe así, dando la sangre ayer, dando el sudor hoy; y si nuevamente hubiese que dar la sangre para defender el fruto del sudor, dar la sangre, y dar siempre la sangre, y dar siempre el sudor…”
Así definía Fidel el compromiso de los cubanos por un país; el de tantos hombres valerosos, herederos de tradiciones revolucionarias y dispuestos a entregar sus vidas por una misma causa: la definitiva independencia.
El espacio televisivo Mesa Redonda, en su emisión de lunes, homenajeó los hechos gloriosos del 9 de abril de 1958, como parte del ciclo que dedica a conmemorar los aniversarios 150 del Grito de Independencia en La Demajagua y 60 de los Combates decisivos de 1958, sumamente necesarios para el triunfo revolucionario definitivo.
La Huelga General Revolucionaria del 9 de abril, si bien es considerada como revés para la historia cubana, significó uno de los acontecimientos que extendieron a toda la Isla la lucha revolucionaria por sus más jóvenes hijos.
Importantes historiadores e investigadores del tema fueron invitados al programa para recordar los hechos de hace 60 años; Mario Mencía Cobas, periodista, ensayista e investigador, señala que entonces se vivía una situación que aspiraba a derrotar la serie de acciones históricas ya desarrolladas.
Varios sucesos tuvieron vinculación con la Huelga en sus principales epicentros, sin embargo, de esa misma manera, en todo el país se desencadenó un grupo de hechos revolucionarios que se relacionaron, apunta.
Mencía afirma que la participación nacional le da una connotación especial a este hecho, a pesar de los calificativos de revés, fracaso; aún así la Huelga fue un acto de heroísmo colectivo frente al gobierno batistiano prácticamente en poder en todo el país.
La Huelga, resalta Mencía Cobas, fue el hecho revolucionario que más vidas costó, días antes y después; aún hoy no se ha hecho un estudio exacto de cuántas víctimas ocasionó el hecho.
El profesor e historiador apunta que hay otros factores que, en cuanto a los calificativos que ha obtenido la Huelga del 9 de abril, influyeron y deben ser analizados, en la Sierra y en Llano, afirma, no se pensaba igual.
En tanto, Heberto Norman Acosta, investigador e historiador, destaca que en el momento de la etapa insurreccional, Fidel tenía una idea convencida de que la guerra irregular en las montañas sería el vínculo de provocar la derrota del régimen e instaurar el poder revolucionario.
En la medida en que las fuerzas del enemigo eran derrotas, el ejército revolucionario ganaría en posibilidades, apunta Norman Acosta apoyado en la premisa fundamental de Fidel de la lucha irregular.
En la medida de la cercanía de la fecha acordada, recuerda el historiador, fueron tomadas medidas por el gobierno revolucionario; las principales era hostigar al enemigo dondequiera que estuviese e impedir el paso por carreteras y ferrocarril, próximos a combates que simultáneamente se daban en territorios montañosos.
En el diálogo, Mario Mencía Cobas subrayó las contradicciones que coexistieron con los deseos de éxito de la huelga y que luego fueron limadas por las fuerzas revolucionarias, entre ellas, el fraccionamiento de la propia fuerza.
Fidel siempre defendió la continuidad de lucha, a pesar del pesimismo de muchos, señala Heberto Norman Acosta.
Mario Mencía defiende que la Huelga del 9 de abril no fue realmente un fracaso. ¿Si la Huelga del 9 de abril fue un fracaso, qué fue entonces el Moncada, el Desembarco del Granma, el 13 de marzo de 1957?, dice, acciones que sembraron la voluntad de oponerse a la tiranía.
Heberto Norman resalta además que la Huelga General significó un fortalecimiento de las fuerzas revolucionarias por la definición de la línea de combate, por el análisis que aceleró la conciencia del pueblo y del propio Ejército Rebelde.
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